martes, 27 de noviembre de 2012

Por qué no dejalo decir todas sus burradas

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Ya basta de farsas 
Por María Teresa Jardí

En el libro que me he dedicado a leer el fin de semana pasado hay una frase que resume por sola, me parece, la aspiración de los mexicanos. El autor está de moda y seguramente muchos de ustedes han leído al menos uno de sus libros y aunque yo me sigo quedando, de los varios de su autoría que he leído, con “Kafka en la orilla”. Haruki Murakami, un escritor muy prolífico. Y en “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, el personaje protagonista de la novela, que les comento, en la página 340 se hace, mientras se baña, la siguiente pregunta: “... Mientras me lavaba la cabeza, me palpé el chichón y pensé en el joven que me había derribado empujándome en las calles de Shinjuku. No lograba entenderlo. ¿Qué impulsaría a la gente a comportarse así?

La aspiración de la gran mayoría de hombres comunes y corrientes tendría que ser, me parece, la de llegar al punto de preguntarnos qué impulsa a alguien a empujar a otro como hecho aislado. Lo que puede pasar en cualquier lugar, lo que va a pasar siempre en tanto sobre la tierra exista el animal humano. Pero donde -cuando pasa- las personas se preguntan qué impulsa a alguien a comportarse de esa manera, porque la regla no es la indigna brutalidad del asesinato impuesto como regla del sistema en cualquier momento para cualquiera.

En nuestro caso las respuestas saltan a la vista: la miseria, la injusticia, el miedo convertido en horror, la infamia, el desprecio que se sabe que sienten los que disfrutan de todos los privilegios por los condenados incluso a ser desaparecidos de manera impune por quien, desde el más alto cargo, se presta también a cometer ese delito de lesa humanidad que se tipifica a nivel internacional como desaparición forzada de personas.

Me parece un error que a Peña no se le deje hablar ante eso que seguimos llamando Poder Legislativo, aunque sepamos todos que se encuentra convertido ya solamente en negocio de las familias que se reparten el poder. Me parecer un error que no dejen decir lo que tenga que expresar al que toma posesión ese día.

Muy pesado es el bagaje que se lleva Calderón aderezado con el desprecio que lo perseguirá, al punto de no poder volver a presentarse en un sitio público sin miedo a que alguien le escupa en la cara el desprecio compartido con el resto de mexicanos.

Y por eso, porque salimos de doce miserables y canallas años del poder en manos de la derecha panista, que , que ya se sabe que el regreso del PRI con Peña como cabeza es otro horror dejado por Calderón e impuesto por las televisoras, y que el PRI y el PAN forman el PRIAN y etc.

Pero la realidad es que Calderón se va y con él sale de Los Pinos, es de esperar que para siempre, el PAN, igual de corrupto que el PRI, pero infinitamente más insensible que muchos de los militantes del PRI.

Que a la mala y comprando llegó Peña,. Pero a final de cuentas la realidad es que la gente igual lo ve como un respiro luego de los ríos de sangre derramada con la que ha ahogado al país Calderón. Quien debió incluso enviar la banda para el relevo sin pisar el Congreso.

No está mal de entrada que regrese a Gobernación lo relativo a la seguridad de los mexicanos ni tampoco se puede decir, sin mentir, que los nombres que se ha barajado por la prensa para la Procuraduría general sean peores que los que, desde que Zedillo sentara en ese lugar a un panista que además de desenterrar cadáveres y usar brujas para cobrar venganzas, convirtieron a la PGR en lo que es hoy: una porquería. La Morales está limpiando justamente para barrer bajo la alfombra la mierda que se entera que existía en ese lugar quince minutos antes de su partida.

Los mexicanos tenemos el derecho, más allá de las luchas partidarias sobre la mesa, en tanto se ponen de acuerdo en el sótano, de escuchar lo que quiera que sea que tenga que decir a los mexicanos Enrique Peña Nieto. Lo que no quiere decir que por eso vaya a recibir un voto de duda ni menos aún ningún tipo de complacencia. Pero lo otro es una farsa y la realidad es que una parte grande de la sociedad estamos hartos de las farsas que sólo sirven para no se pueda creer en nadie ni en nada.

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