¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El Ceniciento
Francisco Rodríguez
Indice Político
Una y otra vez Felipe Calderón muestra ser víctima del Complejo de la
Cenicienta: tiene un miedo atroz a ser el menos querido, el más
minimizado. De acuerdo a expertos, lo padecen aquellas personas que
sienten que fueron rechazadas por su familia cuando eran niños,
considerando erróneamente que, gracias a su talento, conseguirán no sólo
el reconocimiento de sus méritos por parte de la sociedad, sino que
salvará a su familia de esa supuesta situación dramática en la que se
encuentra.
Habitualmente se coloca igualmente en una situación dramática, de víctima, a pesar de que la realidad no sea del todo así.
También, de acuerdo a Colette Dowling, se caracteriza por ser un
complejo que suelen sentir muchísimas mujeres a la hora de
independizarse. Sentirse inferiores al Príncipe Azul de sus sueños.
Y es que como Ceniciento, también, una y otra vez Calderón habla de su
carroza a punto de convertirse en calabaza. Lo hizo, la primera vez, a
finales del más reciente octubre cuando, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,
señaló que, como ya tenía muy poco espacio en la agenda, debía hacer
muchas cosas a la vez, y “antes de que se nos haga calabaza la carroza,
estamos entregando todas las obras (incompletas) pendientes”.
Volvió a mencionar la parábola del cuento de Charles Perrault este
último sábado cuando, ahora en Mérida, Yucatán, manifestó que ya se le
anda convirtiendo en calabaza la carroza…
Le duele dejar el poder que ocupó ilegítimamente. Le duele más el tener
que dejarlo en manos de un priísta, de lo que se lamenta a cada rato
entre sus más cercanos, de acuerdo a lo que ellos mismo filtran entre
los periodistas.
Pero ese dolor es todavía mayor cuando se siente víctima y no coautor de
lo que el destino le depara, al seno de su propio partido, el PAN, para
empezar. Ante la sociedad a la que lastimó como nunca antes se había
hecho, más adelante.
¿Cuál sería El Príncipe (o Princesa) Azul de Felipe Calderón?
Yo creo que la tranquilidad de conciencia.
Y esa sí que está muy lejos de Los Pinos.
EL PIE POPULISTA
Hay autores, como María Moira Mackinnon y Mario Alberto Petrone
(“Política y medios de comunicación: La construcción de liderazgos
neopopulistas en el marco de los multimedios. Reflexiones acerca de
Menem en Argentina y Fujimori en Perú. 1989-1995.”) que han elaborado
teorías sobre personajes muy similares a Calderón Hinojosa, pues son
productos “video-construidos”, que cobran vida y animación merced
únicamente a la labor de estrategas publicitarios y productores de
televisión. Mueren al dejar de aparecer en las pantallas.
Otros, como Isaiah Berlin (citado por J.B. Allock en“Populism, a Brief
Biography”), han dicho que “existe un zapato –la palabra ‘populismo’–
para el cual existe un pie en algún lugar. Existen toda clase de pies
que casi lo pueden calzar, pero no nos deben engañar estos pies que casi
ajustan a su medida. En la búsqueda el príncipe siempre vaga errante
con el zapato; y en algún lugar, estamos seguros, espera un pie
denominado populismo puro. Este es el núcleo del populismo, su esencia.
Todos los otros populismos son derivaciones y variaciones de éste, pero
en algún lugar se oculta, furtivo, el populismo verdadero, perfecto, que
puede haber durado sólo seis meses, o haberse dado en un solo lugar...
Este es el ideal platónico del populismo, todos los otros son versiones
incompletas o perversiones de aquél.”
Y así encontramos que nuestro Ceniciento es y ha sido un populista,
aunque su zapato sea de talla muy chica. Un populismo que, en el caso de
Calderón, se ha manifestado reiteradamente en la negación de los
valores elementales de la democracia al poner el énfasis en la cuestión
del liderazgo “demagógico”, en las relaciones clientelares y la
manipulación de la conciencia social, a través de un constante golpeteo
de spots donde, incluso, se autodefine como “valiente”, cuando lo que se
requería era uno eficaz.
Desde el próximo sábado, pues, Calderón caminará con un pie descalzo. Buscando el zapato que le calce bien.
Índice Flamígero: Dice Calderón que la carroza se le está convirtiendo
en calabaza y sus pajes en ratones. Bueno, dijo que sus colaboradores se
le están convirtiendo en “¿alguien sabe en qué?”. ¡Ah qué don Felipe
tan despistado! Ya eran ratas, ¡sólo se descararon! + + + Y, efectivos,
efectivos, ya sólo faltan tres días…
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario