Cordero con piel de… Calderón y sus aullidos
Álvaro Cepeda Neri
Ernesto
Cordero, el preferido de Felipe Calderón Hinojosa, no sabe cómo hacerse
notar en la competencia arreglada dentro del Partido Acción Nacional
(PAN), pues con gestos caricaturescos que se asemejan al cómico
personaje Mr. Bean, en el filme El hombre del desastre (asesorado por su consejero y manager Calderón, con quien se ve muy seguido y que lo anima a ponerse fiero), se muestra agresivo y peleonero de cantina, hasta con sus compañeros. Y es que “cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde”. Con alfiles
como el policiaco secretario de Gobernación y el secretario de Finanzas
de Oaxaca, Gerardo Cajigas, está muy nervioso, porque salvo un golpe
maniobrero de Calderón y sus incondicionales entre los consejeros
ultraderechistas, todo apunta a que Josefina Vázquez Mota (quien va
arriba y con mucho en las preferencias del PAN) será la candidata y,
derrotado Cordero, Calderón le podrá sacar jugo, pues las electoras son más de la mitad del padrón.
Cordero presume ser el que sacó a Humberto Moreira (el del préstamo
por más de 30 mil millones de pesos que es deuda de Coahuila), de la jugada
peñista y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que no
tarda –dicen los corderistas– en ser exhibido Luis Videgaray, mano
derecha del copetes. Acaba de subir el tono de sus aullidos (se disfrazó de Calderón al simular ser lobo) y convoca a los panistas, inclusive a Creel y a Chepina, a ponerse los guantes
contra la oposición: PRI-Enrique Peña Nieto de centro y el Partido de
la Revolución Democrática-Andrés Manuel López Obrador de izquierda; al
argumentar que no debe de haber delicadezas. Propone que lo sigan en su ferocidad, yéndose a la yugular
de sus candidatos (únicos, López Obrador y Peña tuvieron miedo de
realizar hasta una competencia arreglada con sus adversarios: Marcelo
Ebrard y Manlio Fabio Beltrones).
Las declaraciones corderistas-calderonistas (dos caras de la misma moneda), fueron en el sentido de subirse al ring y no al podio de las también arregladas encuestas, invitando al amoroso del tabasqueño y al cara bonita de Peña, para darse hasta con la cubeta. Y los retó a que se despeinen, para ver sin copete al mexiquense y quitarle el “gallito” que se le hace a Obrador. Con aullidos lastimeros, arenga a los panistas a dejar las buenas formas y que lo acompañen a una lucha ruda. La piel calderonista de Cordero no lo hace lobo, pero sí bastante cómico. Y en lugar de que le tengan miedo, le tienen precaución, no vaya a ser que en verdad se crea lobo, y los quiera morder… o comérselos.
Todo indica que Calderón seguirá intentando imponerlo como
candidato (como hizo por enésima vez con su encuesta “indicativa” que le
echaron abajo) y lo mandará de peleonero, con piel calderonista quien ni siquiera tiene lo de La importancia de llamarse Ernesto (título de la célebre obra teatral de Oscar Wilde). Por su mediocridad y poses de bravucón
no llegará al primer lugar de preferencias y menos cuando Creel, al
retirarse de la perversa contienda calderonista orquestada por el títere Gustavo Madero (quien no hace honor a su apellido), lo haga a favor de Vázquez Mota. Cordero aúlla, haciéndose pasar por lobo, solicitando de forma rabiosa que los panistas infundan miedo al PRI y al PRD que no son, precisamente,
Caperucitas rojas.
Caperucitas rojas.
*Periodista
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