¡¡Exijamos lo Imposible!!
79 homicidios de periodistas de Fox a CalderónÁlvaro Cepeda Neri
La obra titulada El libro rojo da cuenta de la historia
criminal en México, misma que se está editando en cinco tomos. Erika P
Bucio relata en una nota los dos primeros que se publicaron (Reforma,
9 de diciembre de 2011) y que inician “con el fusilamiento del
socialista Julio López, ordenado por Benito Juárez, para poner fin a su
revolución agraria en Chalco y termina con el asesinato de Álvaro
Obregón […] La nueva entrega inicia con el fusilamiento de José de León
Toral, el asesino de Obregón, y termina con el caso del médico asesino
Antonio Piña Reyes, quien se hacía pasar por una cirujana”. No sólo son
los delincuentes el tema, sino también “el asesinato como método de
eliminación de opositores políticos […] La masacre de los partidarios
del candidato presidencial Miguel Henríquez Guzmán […] La misteriosa
muerte de Maximino Ávila Camacho”. Son libros que van de 1856 a 1928, el
segundo de 1928 a 1959. Y se publicará otro de 1960 a 1979.
Se necesitan más tomos de 1980 a 2012, en los que deben de aparecer
la criminalidad del lópezportillismo al calderonismo. Con una amplísima
investigación de los más de 50 mil homicidios de la “guerra” de Felipe
Calderón Hinojosa con ¡casi 2 mil niños asesinados vilmente por sus
militares que disparan a discreción; y durante los gobiernos del Partido
Acción Nacional (PAN), 79 periodistas muertos, 12 desaparecidos y
cientos de amenazados al grado de que se han tenido que exiliar,
retirar del oficio y no pocos obligados a no informar sobre los combates
entre soldados, delincuentes, marinos, narcotraficantes y policías.
Debido a la criminalidad de Calderón y su partido, el presidente ha
sido objeto de una demanda ante la Corte Penal Internacional, en La
Haya, Holanda, con pruebas suficientes para que sea juzgado junto con su
grupo de (in)seguridad (el secretario de Seguridad Pública,
Genaro García Luna, sobre todo) y sentenciado por crímenes de lesa
humanidad. Y es que, con su facultad de jefe nato de las Fuerzas Armadas
es corresponsable con los sicarios de la delincuencia y, en particular
del narcotráfico, del terror a muerte al que ha sometido a la nación, sin resultados de siquiera disminuir la sangrienta barbarie que lleva más de un lustro.
Entre esos miles de homicidios están los periodistas a los que Calderón, al igual que los narcos,
piden no publicar la información ni comentar los hechos de su “guerra”.
Criminales y calderonistas se han unido al exigir el silencio y la
censura en los medios de comunicación (la mayoría ni caso les hicieron)
como si de esta manera los homicidios no se supieran. Y una vez más: no
se trata sólo de protección a los periodistas y a sus instalaciones,
sino de la seguridad de todos los mexicanos sin excepción.
Trabajadores, estudiantes, familias y niños que transitan por las
calles son asesinados, y Calderón, con sus generales, almirantes y
encargados de velar por la seguridad, intensifica su fallida estrategia
en la que han muerto de forma simultánea soldados y marinos en el
cumplimiento de las órdenes castrenses de un falso “general de cinco
estrellas” que es Calderón (quien es cada vez más otro Victoriano
Huerta) con amenazas encubiertas al acusar a los partidos (no al PAN) de
estar “infiltrados” por el narcotráfico, con lo que busca cancelar las
elecciones presidenciales que lo echarán del poder, poniéndolo a
disposición de los tribunales nacionales e internacionales. Y demandarlo
ante la Corte Penal Internacional es el primer paso para exigirle
responsabilidades penales y civiles.
Su mal gobierno antirrepublicano y antidemocrático y de sus amigos
en los cargos del gobierno del Poder Ejecutivo federal es el origen de
sus gravísimos fracasos en política económica y social, la corrupción
incontenible y el saqueo descarado del dinero del pueblo, su desvío y su
equivocada inversión. El homicidio de 79 periodistas fundamenta el Informe sobre la libertad de expresión en México,
elaborado y presentado por las relatorías de la Organización de las
Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la
Organización de los Estados Americanos, respecto a que nuestro país “es
el más riesgoso para ejercer el periodismo en América Latina y el quinto
a escala mundial”, como indicó Patricia Muñoz Ríos (La Jornada, 25 de octubre de 2011).
Y que los autores intelectuales y materiales de esos crímenes y del
resto de los 50 mil asesinatos no han sido ni buscados y menos
juzgados, porque la Procuraduría General de la República no lleva un
registro de éstos, ya que Calderón los amontona en el anonimato
al considerarlos “daños colaterales” y una consecuencia de su “guerra”.
De manera pública, hace como si ordenara “respeto” a los derechos
humanos de la población y en la realidad sus tropas matan, violan
sexualmente a las mujeres, se meten a bayoneta calada a los domicilios, roban (igual o peor que la delincuencia común), en cuya pinza están atrapados los mexicanos.
*Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario