miércoles, 25 de enero de 2012

Es verdad lo que dice López Obrador

¡¡Exijamos lo Imposible!!  
Experiencias con la corrupción Juan José Morales

Escrutinio


López Obrador ha dicho que sus planes para crear en breve plazo siete millones de empleos a través de un gran programa de obras públicas, se financiarán con fondos económicos provenientes de dos fuentes: por un lado, la reducción a la mitad de los exagerados salarios que cobran los altos funcionarios públicosdesde luego sin afectar a los burócratas comunes y corrientesy por el otro la honradez en el manejo de los recursos públicos, evitando que el dinero del presupuesto se fugue hacia los bolsillos de funcionarios corruptos y contratistas mediante la clásica “mochada”, que encarece las obras públicas.

Hace años, cuando fui director de la Casa de la Cultura de Cancún, pude conocer de cerca esa situación, y pude también demostrar con ayuda de un valioso grupo de amigos y colaboradores de la instituciónque si el dinero del presupuesto se maneja con limpieza y honradez, puede rendir muchísimo más.

La historia es la siguiente: al tomar posesión del cargo, se me informó que ya se había aprobado una partida de 200 mil pesos para impermeabilizar los techos del edificio, que eran una auténtica coladera, y para reparar el tinaco de agua potable. Ya se había asignado la obra a un contratista y se me pidió que sólo, como mero trámite, formara un comité de vecinos para vigilar que se realizara.

Formé el comité con maestros de la propia Casa de la Cultura y con un grupo de ingenieros, arquitectos, contadores, expertos en administración pública y otras personas. Pero no fue mero trámite. Pedimos presupuestos a otras empresas, y resultaron muy inferiores al de la compañía a la cual ya se había contratado, la cualpor lo demásno tenía experiencia en impermeabilización. Decidimos, entonces, asignar el trabajo a una empresa especializada, que ofrecía garantía por el triple de tiempo y cobraría mucho menos.

Hubo presiones para que la obra la realizara la empresa original, con el argumento de que “ya estaba decidido”. Pero nos mantuvimos firmes.

Para no hacer el cuento largo: con los 200 mil pesos que hubiera costado un mal trabajo de impermeabilización y una superficial reparación al depósito de agua potable, se pudo hacer una impermeabilización de mucho mejor calidad, adquirir un tinaco nuevo y reparar totalmente la instalación hidráulica del edificiolo cual no estaba previsto y hasta sobró un poco de dinero que se destinó a reparaciones menores. Todo ello con buen material y una estricta supervisión para asegurar la calidad del trabajo.

Poco después, tuve otra experiencia parecida, al pedir cotizaciones para instalar sistemas de aire acondicionado. Una vez recibidas y seleccionada la mejor, solicité que se hiciera un descuento adicional del 15%, dada la magnitud del pedido. Para mi sorpresa, el vendedor me respondió: “Claro que se lo daremos. ¿Cómo lo quiere? ¿En efectivo o en cheque al portador?”

Suponía que estaba yo pidiéndole “mi tajada” a cambio de comprarle los aparatos. Todavía recuerdo su expresión de azoro cuando le aclaré que le pedía un descuento sobre el precio, no dinero para mí.

Fueron, ciertamente, experiencias en mínima escala, pero si las extrapolamos a los cientos de miles de millones de pesos que se destinan a obras públicas en todo el país, nos daremos cuenta de que, como dice López Obrador, la honradez en su manejo puede multiplicar los recursos sin necesidad de crear nuevos impuestos ni elevar los actuales.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx 

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