Editorial
Simplificando el asunto.
Entendiendo que este Planeta hay muy pocas cosas ciertas (absolutas) como las matemáticas, pues como bien dijo el inmortal Pitágoras, “La verdad es lo que es común a todos los hombres, de todos los tiempos”.
Y que, por
consiguiente, lo demás, incluyendo por supuesto a todas las religiones,
especialmente a las que dicen tener la verdad, son solo puntos de
vista.
Por lo que, como
en la inmensa mayoría de los casos, finalmente hay, cuando menos, dos
opiniones divergentes. Y lo que sucede en la Cumbre de Davos,
ciertamente que no es la excepción.
Sin poder
soslayar, que cuando terminan los “trabajos”, es costumbre que, para
celebrar, se lleve a cabo una cena y una gran fiesta. Que tiene un
costo superior a los ¡¡¡cuatro millones de dólares!!! Sí, lo leyó usted bien, amable lector, ¡¡¡cuatro millones de dólares!!!
Escandalosa e inconcebible cifra
para una fiestecita, que solo se entiende si recordamos que la
inauguración de la “estela de Luz” costó más de cuatro millones de
pesos; y duró menos de una hora.
Y nos enteramos
del oprobioso costo, sobre todo porque se reúnen para solucionar una
crisis económica, porque el país “homenajeado” es quien la ofrece; y
como a nuestro México le toca el turno de presidir la simpática Cumbre,
afortunadamente denegó tal “honor” y por consiguiente no la pagó
(ignorando a quién cargaría emboletarían con la factura)
El caso es que
en la cita Cumbre hay un grupo que expertos que opina que para salir de
la crisis mundial que se avecina, hay que gastar dinero para que este
circule por todas partes y para todos.
Solo que como
los alemanes (el Pueblo, no el Gobierno) se oponen a seguir “rescatando”
a los que por sus malas administraciones y dispendios gubernamentales
están literalmente en la quiebra.
Los integrantes
del Grupito han volteado los ojos hacia quienes tienen dinero, a efecto
de que les sigan prestando; con sus sabidos intereses. Y como el dinero
por lo visto solo lo tienen los narcotraficantes y los chinos, han
optado por mirar hacia Oriente, pues igual que a los capos, a los chinos
les sobra el dinero y no saben en qué invertirlo.
Cabiendo
comentar, que no mencionaron a los barones de las drogas como posibles
salvadores, porque ese fabuloso negocio solo está reservado para unos
cuantos (particulares y gobernantes; especialmente las policías, que
supuestamente deberían de combatirlas)
Y como para que
les prestaran dinero tendrían que legalizarlas, como sucedió con la
prohibición (en aquel entonces el alcohol era una droga) no solamente se
les saldría de control el negocio, sino que se generalizaría y
cualquiera podría participar.
Además de que se
correría el riesgo de que algunos de ellos, de los barones, los
desplazaran de sus cargos políticos, se convirtieran en Presidentes de
muchas naciones y literalmente manejaran al mundo quitándolos de en
medio. Como sucedió en el caso de los propios EEUU y la familia
Kennedy.
Pero hay otro
grupo de expertos, al parecer bastante más sensatos, que opinan todo lo
contrario, es decir, que hay que ahorrar en el gasto para equilibrar las
finanzas.
Y se acota que
al parecer son bastante más sensatos, porque simplificando el problema,
ningún padre de familia, a quien no le alcanzan sus ingresos para cubrir
sus gastos, no se le ocurriría pedir dinero prestado para continuar con
el tren de vida que quiere seguir llevando; pues eso solo serviría para
solucionar momentáneamente el problema, que fue precisamente lo que
sucedió con la crisis del 2008-9. Sino que tendría que equilibrar sus
gastos y sus ingresos e idear otras formas para hacer rendir mejor su
presupuesto.
Solo que, por lo
visto, prescindir de sus palaciegas e inútiles reunioncitas, no está
contemplado dentro de sus atrofiadas neuronas, y prefieren seguir
viviendo poltronamente a expensas de los que pagamos impuestos y que
ellos gastan como si fuera su dinero.
Como claramente
ha quedado demostrado con la penosa actitud del Presidente de la
República Portuguesa, don Aníbal Antonio Cavaco Silva, quien se
encuentra en el ojo del huracán. Pues miles de ciudadanos piden su
renuncia por haberse quejado de que una de sus pensiones (recibe más de
10 mil euros mensualmente) había sido reducida; mientras, como por todos
es sabido, las medidas de austeridad han sido aplicadas a todos los
portugueses.
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