Por Esto!
No todos los malditos son iguales
María Teresa Jardí
Aún si partimos de que estamos de acuerdo en que Hitler fue un genocida y si entendemos que en México —como salta a la vista— se están cometiendo muchos y variados “modernos” genocidios, igual llegaremos a la conclusión de que existen diferencias notables entre lo ocurrido en la Alemania de Hitler y lo que aquí ocurre hoy con Peña Nieto del PRIANVERDEPRD como “cabeza”.
Aún si partimos de que estamos de acuerdo en que Hitler fue un genocida y si entendemos que en México —como salta a la vista— se están cometiendo muchos y variados “modernos” genocidios, igual llegaremos a la conclusión de que existen diferencias notables entre lo ocurrido en la Alemania de Hitler y lo que aquí ocurre hoy con Peña Nieto del PRIANVERDEPRD como “cabeza”.
Allá, Hitler mandaba. Aquí los favoritos de Peña dictan todas las reglas. No es a Osorio Chong a quien deben dirigirse los miembros de la CIDH para pedir “permiso” de entrevistar a los militares claramente involucrados en el caso de Ayotzinapa. No hay posibilidad de duda respecto a la responsabilidad de la partida asentada en Iguala. No se trata, en el caso mexicano, de un ejército, como están en la mayoría de países los ejércitos, mantenido en sus cuarteles. La brutalidad del genocidio que se viene cometiendo a base de violencia y de tortura tiene que ver con la estancia en la calle del Ejército nacional y la Armada y con los muchos grupos paramilitares criminales, entrenados por esos ejércitos y por yanquis y sionistas, que han ido brotando a lo largo y ancho del país como malas yerbas que como la humedad lo han invadido todo y que van camino de ser cortadas porque son colaboradoras necesarias para hacer la entrega que convertirá en erial el territorio mexicano.
Emilio Alvarez Icaza debería haberles dicho a los miembros de la CIDH que a quien tenían que dirigirse es al represor Luis Miranda. Al subsecretario de la Gobernación que siempre ha estado por encima de Osorio Chong, hasta cuando en esa institución, también del todo desarmada en su estructura ética, se negaba su existencia.
Luis Miranda es quien dirige la represión que se aplica en el país y quien manda como el favorito número uno de Enrique Peña Nieto.
Aunque también podrían dirigirse a Alfredo Castillo, el otro favorito, degradado a un segundo puesto cuando ya no se podían ocultar sus nexos evidentes con el cártel elegido para sustituir a los otros, suponiendo que fueran cárteles, cuando fue nombrado dueño de Michoacán por Peña y al que mantiene escondido en la CONADE, una de las instituciones que deberían estar rescatando a la juventud a base de promover el deporte. Pero nunca de manera más evidente institución desarmada, también, en su estructura ética. Estructura que, por cierto, pocas veces y por periodos cortos ha mejorado porque el dinero destinado al deporte suele ser el gran negocio de algún favorito del de turno.
Otra gran diferencia es que Hitler llegó ganando la elección y Peña Nieto la compró. Una más es que a pesar de la similitud criminal es diáfano que en el caso de Peña ni siquiera se da una cierta malvada “grandeza”. La incultura de Peña espanta, al igual que su nula inteligencia. Sin acabar de imponer Peña la dictadura en marcha, ya hasta los chinos consideran a Peña poco confiable por sus nexos y obediencia ciega al imperio yanqui.
Calderón, también se soñó Hitler, como debe soñarse Peña, pero siendo criminales imperdonables, los dos mexicanos, entre otros igual de esperpénticos, Hitler no va a ser olvidado por la historia como gobernante, malvado, pero gobernante elegido por los alemanes. Mientras que los mexicanos neoliberales por el basurero de la ignominia, de la historia, ya están catalogados.
Las conclusiones de la CIDH dan buena cuenta de la manipulación esperpéntica que se ha hecho en México del caso Ayotzinapa. Es claro que militares están involucrados en los hechos sangrientos y en estricto derecho así como se ha “perdonado” al que como gobernador del PRD se desempeñaba es diáfano que Abarca y su mujer, en solitario, son chivos expiatorios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario