¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Frank Kafca (1881-1924) “El Profeta de México”
Es un verdadero milagro que el destacado escritor praguense haya
adivinado a fines de su vida cuál iba a ser el porvenir de la Justicia
Mexicana. Sus libros póstumos “El Proceso” y “El Castillo”, han sido
ejemplo para nuestro país, que los sigue paso a paso.
¿Por qué? preguntarás curioso lector, sigue leyendo:
Quizá el problema de la administración y procuración de justicia sea el
más grave de los muchísimos y gravísimos que confrontamos, desde la
abolición en la Constitución de 1824 del “Juicio de Residencia”.
Las trapacerías, los laberintos, la despiadada conducta de los
personales descritos por Kafca, parecen, ante los nuestros, un verdadero
juego de niños.
Hace ya más de veinte años, en una reunión de “periodistas” en torno a
Magdalena Saldaña, que dirigía el “Diorama de la Cultura” de
“Excélsior”, salió a la plática el problema que hoy volvemos a comentar,
Opiniones por aquí y por allá, todas sabias y justas. Juan Martínez
Ruiz, (Ráfaga) señaló en su inolvidable forma crítica y satírica, que
nuestra justicia era sencillamente MACABRA. Magdalena, inteligente y
mordaz, le corrigió empleando una palabra que desde luego, inventó en
ese momento. —“No Juanito, no es macabra, ¡ES MACABRÓNICA!”. Con todo
respeto, me parece la más perfecta definición de nuestros malhadados
sistemas de impartición y procuración de justicia, inventados, puestos
en vigor y nunca modificados primero, por Antonio López de Santa Anna,
después Victoriano Huerta y como colofón, por todos los gobiernos
emanados de los “Partidos Políticos” inventados por el Jefe Máximo de la
Revolución, Plutarco Elías Calles y su “cachorro” fascista disfrazado
de rojo, titular del Ejecutivo en el sexenio delirante 1934-1940 y sus
inefables seguidores.
El artículo 17 de nuestra sacrosanta Constitución, (tan manoseada) señala:
Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
Punto por punto, vamos a analizar, en forma somera y corta, como lo
exige el periodismo, el precepto para fundar el título de este
artículo.. Principiaremos por “los tribunales” que “funcionan” en el
Distrito Federal.
La Justicia Federal se imparte por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, los Tribunales Colegiados del Primer Circuito y los Juzgados de
Distrito del Distrito Federal que cuentan con más de veinte sedes,
colocadas a kilómetros y más kilómetros una de otra; ¡no cuentan con
estacionamiento para automóviles de los ilusos “gobernados” sus forzados
usuarios! Los hay, eso sí, para los trabajadores del Poder Judicial. Indudablemente el propósito manifiesto no es otro que el de impedir el
fácil acceso a ellos, colocándolos en lugares superpoblados o poco
conocidos. En el caso de la Suprema Corte, ubicada en Pino Suárez # 2,
pleno Centro histórico, para llegar, salvo el caso de personas que estén
en edad de viajar en Metro, se invierten hasta dos horas. Hay
estacionamientos cercanos de a $40.00 la hora o fracción. ¡Que tiempos
aquellos en que se podía entrar a la Corte sin problema alguno! Hoy los
“visitantes” somos objeto de todo tipo de vejaciones. Nos esculcan, nos
obligan a dejar en la “aduana” local todo lo que de metal tengamos,
llaves incluidas. Nos retratan… ¡Quien nada debe, nada teme! reza aún un
viejo refrán y es aplicable a la H. Suprema Corte de Justicia de la
Nación y a su personal…
En el horripilante e inadecuado “Palacio de Justicia de San Lázaro”,
enorme, pero con una sola puerta por la que se permite el acceso y la
salida, (Calle Eduardo Molina) y sin uso dos (por la Calzada Ignacio
Zaragoza), aislado y sin estacionamientos públicos cercanos, se prohíbe
estacionarse en torno a todo al inmenso conjunto y, ¡eso sí!,
constantemente circulan en derredor grúas que en menos de un minuto se
llevan tu automóvil, una veces a los “corralones” otras, ¡quién sabe a
dónde!
No sería aventurado considerar un pacto con las autoridades del Distrito
Federal para proporcionarle una entrada muy respetable de dinero por el
acarreo y las “multas” que hay que pagar. Los gobernados, los que pagan
impuestos, los que se supone que gracias al artículo 17 tienen a su
alcance una justicia “expedita”, ¡no tenemos derecho a alcanzarla en esa
forma en ningún lugar del Distrito Federal, y no hay modo más sencillo
para denegar la justicia, que el esconderla en tribunales inaccesibles.
Aparte de este inconveniente, cuando puedes acceder tropiezas con
irregularidades y plagas sin fin.
Iniciamos nuestro ejercicio profesional hace 70 años, y la primera vez
que nos hicieron un “requerimiento” fue en el año de 1992, Hoy, para
empezar desde abajo, es más fácil cosechar de temporal en asfalto que
tener la suerte de que un “juez” reciba UNA DEMANDA DE AMPARO sin pedir
el cumplimiento de mil y un requisitos. Para que la Justicia sea más
“expedita”, la “nueva Ley de Amparo” estableció una forma de
notificación de las prevenciones que los jueces hacen ¡para llorar! El
actuario acude al domicilio de quien va a ser notificado, y “(ja, ja,
ja) le deja un citatorio para que dentro de dos días, acuda al Juzgado
de marras…” a notificarse de la prevención”. Viaje de dos o tres horas
para llegar al lugar donde se ubica el Juzgado y…el actuario que le
llevó el citatorio en poco más de una hora y media, le entrega copia de
la tremenda prevención, con un término de cinco días PARA DESAHOGARLAS.
Obvio, es una alegre modificación y mejora a la justicia “pronta y
expedita”.
“Las resoluciones” sólo con un pariente muy influyente, pueden lograrse
“de manera pronta, completa e imparcial”. Los juicios duran años y más
años, normalmente.
¿Su servicio será gratuito? En qué País deben haber vivido los
Constituyentes. Bajo el agua, desde luego, pero no hay trámite que no se
pague. Las “copias”, “las cédulas”, “la celeridad en el dictado de los
autos” las multas porque sí o porque no, etc., NO SON COSTAS JUDICIALES,
¡ÉSTAS ESTÁN PROHIBIDAS!
Existen funcionarios judiciales intachables, pero hay muchos que no lo
son, pero LOS QUE SÍ SON gozan de plena inmunidad para “no empañar la
imagen de la justicia”, aparte de los que reciben o “adivinan”
“consignas” increíbles pero ciertas, para proteger a las instituciones
gubernamentales y…a los sacrosantos bancos. Contra ambos NO HAY JUSTICIA
QUE VALGA, SE ELUDE MEDIANTE TODAS LAS TRAPACERÍAS POSIBLES. Y…SIN
EMBARGO, LOS CONCEPTOS HAN CAMBIADO LA JUSTICIA PRONTA, EXPEDITA,
COMPLETA Y SOBRE TODO IMPARCIAL, HOY ES ESA QUE RECIBIMOS LOS GOBERNADOS
EN MÉXICO.
Y, hasta aquí hoy, seguiremos con nuestro análisis (muy personal, desde luego) de la Justicia MACABRÓNICA QUE PADECEMOS…
No hay comentarios:
Publicar un comentario