Contralínea
La inseguridad aumenta: comunitarios, autodefensa y paramilitares
Álvaro Cepeda Neri *
El suplemento de publicación mensual La Jornada del Campo, del pasado 18 de mayo, coordinado por Armando Bartra, ofreció a los lectores un amplio trabajo de investigación suscrito por varios colaboradores, sobre el tema de las guardias comunitarias, grupos de autodefensa y paramilitares, en el contexto de las acciones policiacas y de militarización gubernamentales, en lo que presagia “la guerra de todos contra todos” si las violencias a sangre y fuego continúan multiplicándose. Esto sin contar la movilización de las guerrillas, las tentativas de terrorismo urbano y las potenciales represiones a los actos de la democracia directa de quienes ejercen los derechos constitucionales fincados en los Artículos 8 y 9, con los de la manifestación de las ideas como punta de lanza de la libertad de expresión.
Con el titulo de Las armas del pueblo el suplemento recorre gran parte del abanico del problema y la respuesta que se me ocurre, tal vez enraíza en las llamadas “guardias rurales” de cuando la Revolución de 1910, y que estuvieron vigentes, hasta que a finales del cardenismo los campesinos enterraron sus armas… a la espera de Zapata y Villa. Pero, la inseguridad generada por el calderonismo y sus panistas, donde participan soldados, policías, paramilitares, sicarios y la irrupción de las guardias comunitarias y grupos de autodefensa, es un caldo de cultivo para la acumulación de más de 100 mil homicidios, miles de desaparecidos, cientos de secuestrados… viudas, niños sin padres, familias disminuidas. Y un país ensangrentado, porque la inseguridad de Calderón a Peña, sigue aumentando. No para. Y los mexicanos sobreviven en la angustia, el luto de sus hogares y la desesperanza.
Dice el suplemento que tenemos en
Guerrero, Oaxaca, Sonora, Puebla, Veracruz, Michoacán, Jalisco, Morelos,
Estado de México, Chihuahua, San Luis Potosí, Tabasco, Quintana Roo y
Chiapas, presencia de guardias comunitarios, grupos de autodefensa y
paramilitares. En total suman más de 36 de ellos. Y todos los días la
prensa informa de más de esos grupos, que han causado alarma en el
gobierno federal y de las entidades, ya que ante la inseguridad los
pobladores asumen su propia seguridad. Todo el suplemento La Jornada del Campo
se ocupa de ese fenómeno. Esto, porque la violencia criminal está
imperando y los mexicanos, desamparados, no tienen más opción que
defenderse, amenazados por sicarios, paramilitares, soldados, marinos y
policías que también se van contra ellos.
La nación vive y sobrevive a esa
crisis de seguridad, que se complica por el final de los gobiernos
panistas y el ascenso del “nuevo” priísmo que no atina a resolverla. De
aquí que vayan en aumento los grupos de autodefensa en sus diversas
manifestaciones, creando conflictos políticos. Todo eso en el contexto
de atropelladas reformas y contrarreformas del peñismo, que alborotan
más esas crisis estudiantiles, magisteriales, guerrilleras, de los
sicarios y el resto de las delincuencias que han trastornado la vida
colectiva nacional.
*Periodista
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