Manuel Cossío Ramos
¡¡Exijamos lo Imposible!! Homozapping
#YoSoy132 y el infiltrado
Jenaro Villamil
Todo Estado o gobierno autoritarios
tienen como consigna esencial dividir y fracturar cualquier brote de
disidencia. La crítica, las movilizaciones sociales, la oposición no son
vistas como un derecho ciudadano sino como un riesgo para el
control autoritario. Esta fue la escuela de siete décadas de sistema
priista y esto es lo que sucedió en vísperas del retorno del tricolor a
la presidencia de la República, hace exactamente un año.
Sin que nadie lo pronosticara, en medio de la inevitable campaña
de ascenso de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República –el
“producto político” más vendible y costoso en los últimos años–, surgió
un movimiento estudiantil a raíz de un pésimo manejo mediático para
ejercer el “control de daños” de la visita del aspirante priista a la
Universidad Iberoamericana.
El
surgimiento del #131AlumnosDeLaIbero el 13 de mayo y, un día después,
del #YoSoy132 , cimbró las tranquilas aguas del ascenso demoscópico de
Peña Nieto. No se trató de una simple protesta de 131 estudiantes de la
Universidad Iberoamericana que ejercieron en Youtube el derecho de réplica
que los medios electrónicos e impresos les negaron al acusarlos de
“infiltrados”, “provocadores” y falsos estudiantes que protestaron
contra Peña el 11 de mayo.
El #YoSoy132 les generó la peor crisis
en medio de la campaña. Por primera vez, estudiantes de nivel superior,
de universidades privadas, decidían salir a las calles para mostrar su
repudio al control de la opinión pública (de ahí la demanda de la
democratización de los medios) y a la candidatura de Peña Nieto,
construida bajo el esquema de un incuestionable infomercial que no debía ser cuestionado, ni documentado y mucho menos criticado.
Este grupo pequeño, pero muy viralizado
en las redes sociales, fue un golpe en la línea de flotación del modelo
peñista y de su principal aliado-beneficiario mediático: Televisa.
¿Cómo “vender” a un candidato que
representaba el nuevo rostro del PRI si los propios jóvenes de clase
media y media alta lo repudiaban? ¿Cómo evitar el “contagio” en otras
escuelas y grupos de jóvenes, las audiencias del futuro tanto para el
PRI como para Televisa?
La respuesta fue sencilla y burda. Como
en los mejores tiempos del diazordacismo o en la época de la simulación
echeverrista que pretendió “acercarse” a los jóvenes después de
participar en la matanza del 2 de octubre del 68. Buscaron infiltrar,
dividir y fracturar el movimiento. En buena medida, lo han logrado, pero
las pistas de esta operación ya comenzaron a salir.
Hace un año, el 18 de junio del 2012, el joven Manuel Cossío Ramos difundió un video
para acusar a algunos líderes estudiantiles, especialmente a Saúl
Alvídrez, estudiante del Tec de Monterrey y participante en las
protestas de la Estela de Luz y frente a las instalaciones de Televisa,
de estar “cooptados” por Andrés Manuel López Obrador.
Ahora sabemos
que este joven “decepcionado” es director de Información de Fuentes
Abiertas –dedicada a infiltrar movimientos sociales para dividir y
espiar a sus dirigentes- del Centro de Información y Seguridad Nacional
(CISEN). Su sueldo es de 171 mil 901.34 pesos, según los documentos a
los que tuvo acceso la revista Contralínea. Su jefe inmediato es
Gerardo García Benavente, coordinador general de Inteligencia, que le
reporta a Eugenio Imaz Gispert, director general del CISEN.
La revelación de Contralínea volvió
a abrir la caja de Pandora sobre uno de los episodios más claros de
“guerra sucia” a través de Youtube y otras redes sociales contra el
movimiento #YoSoy132, contra algunos de sus integrantes, como Saúl
Alvidrez, a quien Cossío grabó y editó sus declaraciones
para “probar” que recibía apoyos de Marcelo Ebrard, ex jefe de Gobierno
capitalino, del actual senador perredista Alejandro Encinas, y del
productor televisivo Epigmenio Ibarra, quien apoyaba entonces la campaña
de López Obrador. Tener preferencias electorales se volvió un delito
(¡en plena campaña presidencial!) y la línea de argumentación de los
jefes de Cossío (desacreditar al movimiento por estar “manipulado” desde
fuera) tuvo su primer logro en ese momento.
La denuncia de Cossío, redactada en el war room (cuarto
de guerra) de la campaña priista, no tenía ni pies ni cabeza. Sin
embargo, los medios cercanos a la campaña de Enrique Peña Nieto lo
divulgaron como una “prueba” de que el #YoSoy132 estaba manipulado.
El PRI, bajo la dirección de Pedro
Joaquín Coldwell, emitió días después un boletín para acreditar las
palabras de quien ya trabajaba para el CISEN, de acuerdo a testimonios
confidenciales de quienes trabajaban en el organismo de espionaje e
inteligencia política del régimen.
“Está medio loco”, dijo en su momento
Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, para desacreditar a Cossío
Ramos. Zambrano recordó el episodio del 2006, cuando Cossío embistió un
campamento del plantón lopezobradorista en la Avenida Reforma. Incluso,
quiso golpear con un bat a algunos de los asistentes.
No era locura, era provocación
perfectamente planificada. Para entonces, Cossío Ramos, sobrino del
ministro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío, ya se dedicaba al
“coyotaje de marcas en páginas web”, según acreditó otro video subido a
Youtube, por el colectivo de ciberactivistas Anonymous.
Cossío Ramos se acercó a los jóvenes del
#YoSoy132 haciéndose pasar como empresario de la industria web, dueño
de Global Star 360.com y Progete Tu Marca.com y “especialista en
propiedad industrial”, según testimonios de distintos integrantes del
movimiento estudiantil. Su objetivo fue quedarse con el dominio de la
página web www.yosoy132.mx.
Antes de acercarse a los estudiantes,
Cossío Ramos participó en la organización no gubernamental fundada por
el hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, Emiliano Salinas,
para difundir “la paz” y los cultivos alternativos entre comunidades
indígenas.
En particular, utilizó sus pláticas con
Saúl Alvídrez para exhibir el supuesto vínculo del #YoSoy132 con el
perredismo. Alvídrez no tenía ninguno antecedente perredista. Fue alumno
lasallista de Chihuahua. Participó en el organización no gubernamental
Nuevo Proyecto, dedicada a ayudar a los habitantes de las periferias de
la capital chihuahuense.
En 2007, Alvídrez se trasladó al
Distrito Federal e ingresó como alumno del Tecnológico de Monterrey.
Antes de la irrupción del #YoSoy132 participaba en el proyecto de
información alternativa “México, Ahora o Nunca”. Se integró al
movimiento y participó en las convocatorias para integrar a estudiantes
de otras universidades privadas, distintas a la Universidad
Iberoamericana, en las marchas del 18 y 23 de mayo de 2012.
Cossío Ramos se hizo pasar como su amigo. Se ofreció a ayudar a manejar y difundir las páginas on line y
redes sociales relacionadas con el #YoSoy132. En otras palabras, quería
tener el control del corazón cibernético de un movimiento que surgió en
internet y se convirtió en la principal amenaza para la candidatura (y
la presidencia) de Enrique Peña Nieto.
No sólo Cossío Ramos estaba infiltrado
en el #YoSoy132. Los estudiantes de la Universidad Iberoamericana y
otros integrantes del movimiento comenzaron a ver que hasta algunos
profesores que se acercaron a ellos tenían el mismo perfil: agentes del
CISEN.
Al calor de la nueva revelación, Carlos
Brito, uno de los dirigentes más respetados en la última etapa del
#YoSoy132, recordó que desde el 11 de mayo, Cossío Ramos había redactado
varios tuits
para desacreditar las protestas de los jóvenes de la Ibero y tratar de
vincularlos con la campaña de Josefina Vázquez Mota. Por supuesto,
Cossío borró las publicaciones.
Estos mensajes demuestran que la
intención de partidizar la protesta inicial de la Iberoamericana estaba
en el guión de la respuesta priista. La candidatura de Vázquez Mota se
desinfló en medio de la feroz disputa interna de los panistas. Por eso
el objetivo era encontrar “la línea” de conducción a López Obrador.
¿Qué hace ahora Cossío Ramos? ¿A cuántos movimientos ha infiltrado? ¿Por qué el CISEN no ha respondido a las revelaciones de Contralínea?
¿Se puede confiar en una agencia de inteligencia que se dedica a
reclutar y pagarle los servicios a un personaje que decidió ser el
fontanero de la campaña electoral del 2012?
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