¡¡Exijamos lo Imposible!!
Carpetazo al Monexgate
MÉXICO, D.F. (apro).- Los priistas son muy cumplidores. Tanto que
ante “el bloqueo” del resto de los partidos en la Cámara de Diputados,
acudieron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) para que, mediante resolución judicial, se obligue a sesionar al
Congreso de la Unión.
Nunca los priistas habían defendido con
tanto ahínco su obligación de legislar. Hoy lo hacen, no porque
pretendan desquitar los más de 200 mil pesos mensuales que ganan, ni
porque sean unos brillantes impulsadores de reformas. No. Se trata de un
asunto de impunidad.
Detrás de su arrojada decisión de acudir al
Tribunal Electoral está la urgencia de Enrique Peña Nieto por cerrar en
definitiva el caso Monexgate y con ello anular cualquier reclamo de
ilegitimidad.
Hay que recordar que apenas el miércoles 29 el
TEPJF determinó “por unanimidad” dar la razón a la fracción del PRI que
encabeza el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera y, para “proteger
los derechos políticos” de los ciudadanos, ordenó al Congreso de la
Unión elegir de una vez por todas al sucesor del filo-priista Sergio
García Ramírez en el Consejo General del Instituto Federal Electoral
(IFE).
El tema, que mereció poco espacio en los medios de
comunicación, fue opacado por toques de queda “auto-inflingidos” en
comunidades de Michoacán; por la desaparición de 11 jóvenes en un bar
del Distrito Federal; por la postergación del “apagón analógico”, y la
lucha de poder entre Miguel Angel Osorio Chong y Luis Videgaray
(secretarios de Gobernación y de Hacienda, respectivamente), y también,
suponen algunos, por una decisión que salió de las oficinas
presidenciales.
Como sea, lo que hay que entender es que detrás
de esta decisión “unánime” del TEPJF y la urgencia del PRI se esconde el
deseo de mantener la impunidad.
Me explico. En febrero pasado,
el IFE reconoció lo que durante dos meses denunciaron PAN, PRD, PT y
Movimiento Ciudadano (MC): que durante la campaña electoral de Peña
Nieto el PRI recurrió a triangulación de recursos prohibida por la ley,
donde se recurrió a cinco bancos, una decena de empresas privadas –una
de ellas vinculadas a Sergio García Ramírez–, y que se desconocía el
origen de los recursos, así como a dónde habían ido a parar por lo menos
43 millones de pesos.
El IFE aceptó todo lo anterior pero
consideró que no fue “ilegal” la operación. Los nueve consejeros se
dividieron: cuatro estaban por aceptar el análisis del encargado de
revisar las cuentas, cuatro más por considerarlo ilegal, y por lo tanto
sancionar al PRI, y el noveno voto se mantuvo en suspenso hasta el
último momento, el del filo-priista García Ramírez.
Al observar
García Ramírez que su voto daría la exoneración al partido que le dio
trabajo durante varias décadas, decidió inclinar la balanza hacia el
PRI. La votación quedó 5 a 4 a favor de la exoneración.
Su
actuación generó un torrente de críticas. Dos semanas más tarde, el IFE
analizaría y votaría los “gastos de campaña”. De nuevo el dictamen,
considerado burdo en su defensa hacia el PRI por hacer válidas facturas
absurdas, dividió el voto e, incluso, durante la discusión de consejeros
salió a relucir de nuevo el Monexgate; además se aceptó reabrirlo de
manera indirecta.
Para esa sesión, el torrente de críticas hacia
Sergio García Ramírez hacía insostenible su permanencia como consejero
general del IFE, por lo que de manera sorpresiva y tratando de rescatar
un poco de su prestigio político renunció y no emitió su voto. Es decir,
no “desempató” el tema.
El empate provocó que el Consejo
determinará posponer la votación, la cual se definirá la primera semana
de julio; en tanto, el PRI en la Cámara de Diputados trataría de imponer
a un consejero afín a sus deseos, pero PAN y PRD se opusieron a elegir
al nuevo integrante del IFE ya que, argumentaron, “su presencia no es
indispensable, pues no hay en puerta elección federal alguna” y, de
paso, el Estado se ahorraría otro estratosférico salario.
Por otro
lado, la ley electoral establece plazos para elegir al consejero,
tiempos que PRD y PAN ignoraron, de ahí que el PRI haya recurrido al
TEPJF para que por “orden” de éste los diputados elijan de una vez por
todas al sustituto de García Ramírez y este relevo pueda votar a favor
de los priistas la primera semana de julio.
Al PRI le urge dar
carpetazo al Monexgate y a las dudas que pesan sobre cómo y desde dónde
se financió la campaña de Peña Nieto, por eso su urgencia por legislar
no es un asunto de responsabilidad sino de impunidad.
Pero aunque
se obligue a la Cámara de Diputados a definir el noveno consejero, lo
más probable es que ello ocurra en un periodo extraordinario de
sesiones, pues PRD y PAN ya anunciaron que no votarán por ningún
personaje que proponga el PRI, y advierten: “Podrán obligarnos a
sesionar pero no a votar con el PRI, por lo que nunca se alcanzarán las
dos terceras partes que se necesitan” para desahogar el punto.
Como
están las cosas, el tema de gastos de campaña y Monexgate será votado
en el IFE, de nuevo, por ocho y no los nueve consejeros electorales.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx Twitter: @jesusaproceso
No hay comentarios:
Publicar un comentario