Contralínea
“Deshilachado”… y “deshilvanado” discurso de Osorio Chong
Por radio y sobre todo televisión, ahora sí que en vivo y en directo, se transmitió el acto donde la élite de los partidos y el peñismo –en esa ya cansada serie de firmar pactos y pactos con sus anexos, o usando el latín adenda, que significa: “cosas que hay que añadir”–, suscribieron el enésimo pacto para que dizque los gobernadores, presidentes municipales y, en especial, el peñismo (como gobierno federal), saquen las manos de los procesos electorales de julio próximo –que tendrán lugar en 14 entidades y en un distrito de Sonora–. La transmisión no se llevó a cabo por el canal de las embrutecedoras telenovelas, o sea el Canal 2 de Televisa (empresa a la que le perdonaron ¡3 mil millones de pesos! de un adeudo fiscal: amor con amor se paga o favor por favor).
De sus ya roncos pechos e irritadas cuerdas vocales, Gustavo Madero, del Partido Acción Nacional; Jesús Zambrano, (de lo que queda) del Partido de la Revolución Democrática; y (al que presentan como “doctor”) Manuel Camacho del PRI (Partido Revolucionario Institucional), recetaron a los pocos asistentes que quedaron, después de que muchos se fueron por la tardanza de Osorio Chong. Los reporteros sí esperaron para cubrir el evento. También estuvo presente un representante del organismo rector del Pacto por México, de cuya genial idea se han estado acordando: el merolico José Murat y el perverso Jesús Ortega, quienes aseguran habérselo vendido a Peña para domar a las élites políticas y empresariales –en el marco del tradicional pan y circo con la Cruzada contra el hambre para comprar votos al estilo de Rosario Robles y Javier Duarte, el gobernador de Veracruz–.
Los tres partidos actuantes y firmantes han ninguneado a los partidos: Verde Ecologista de México, que es addendum del PRI; al del Trabajo y a Movimiento Ciudadano, porque éstos prefirieron mantenerse a distancia; como los chinitos: milando.
Los tres actores hicieron la tarea con la lectura de los discursos que
les hicieron. Más o menos los leyeron, como si creyeran en lo que
dijeron.
Únicamente el discurso de Osorio Chong (quien ya dijo que no está interesado en la sucesión para el 2018) estuvo fatal. Deshilvanado,
no sabía qué decir, no obstante las notas que redactó en el avión que
lo trajo de regreso de un acto con Peña, Fox y Mart(h)a Sahagún, en
Guanajuato. Deshilachado, su discurso fue un montón de palabras sacadas con tirabuzón. Y es que el poderoso
secretario de Gobernación (desde donde el espionaje está en toda su
intensidad), no da para más. Y muy pronto lo sustituirá Luis Miranda, el
subsecretario-cuña de Peña en esa dependencia. Osorio Chong se vio pésimo. No hallaba cómo terminar. Ponía cara de: “qué estoy haciendo aquí”.
Nada nuevo hay bajo el sol peñista. Pactos y anexos con reformas y añadidos para amansar
a las élites, a Washington, a la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, al Fondo Monetario Internacional, al Banco
Mundial, a los empresarios y banqueros nativos (en los bancos
prestanombres). Mientras, los diversos sectores del pueblo sufren la
inflación, el desempleo, el hambre y las enfermedades, con amplios
sectores en plena y democrática inconformidad. La verdad, Osorio Chong
hizo el ridículo, mientras se lucieron Madero, Camacho y Zambrano.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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