¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
¿A fuerza el EPR?
Francisco Rodríguez
Indice político
La
muy peculiar clase política de nuestro país insiste en involucrar a la
guerrilla, en general, y al Ejército Popular Revolucionario, en lo
particular, en los acontecimientos de inconformidad y violencia que en
fechas recientes se han presentado en Chilpancingo, la capital del
estado de Guerrero. Pareciera que, con tal involucramiento, quisieran
cubrir sus no pocas incapacidades y sus muchas insolvencias
intelectuales.
Graco Ramírez Garrido Abreu, el hablantín “gobernador” de Morelos
–primera concerta-cesión del peñanietismo a los firmantes del Pacto por
México—, expuso “que lo que está ocurriendo en Guerrero no es una
protesta de maestros”. En su opinión, “ahí hay una estrategia claramente
planteada donde se vincula la presencia de guerrilla, se vinculan con
las famosas Policías Comunitarias y se vinculan con grupos de vandalismo
político”.
Otro despistado, Gustavo Madero –quien todavía cobrará esta quincena
como presidente nacional del PAN—, utilizó su cuenta de Twitter para
recordar que el estado de Guerrero ha sido cuna de movimientos armados,
por lo que exigió poner freno a estos hechos.
Dirigido al “gobernador” Ángel Heladio Aguirre, el panista difundió:
“Ojo, le recuerdo que en Guerrero surgió (sic) el EPR (Ejército Popular
Revolucionario) y el ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo
Insurgente). Que Dios nos agarre confesados. En el PAN defendemos el
estado de Derecho”.
Y como estos dos personajes, muchos otros.
¡Qué ganas de invocar a la guerrilla! En una de esas se les aparece.
Aunque en opinión del especialista Jorge Lofredo, a quien pregunté al
respecto, el EPR “sigue con especial atención la lucha magisterial, pero
si tuviese alguna participación ésta sería a nivel individual antes que
como organización, pues si no quedaría muy vulnerable a ser infiltrado o
golpeado”.
El que sabe, sabe.
A diferencia de Ramírez Garrido Abreu y de Madero Muñoz, Lofredo ha
estudiado con seriedad el tema de los movimientos armados y nunca habla a
tontas y locas como sí lo hacen el perredista y el panista.
¿Y EN LA AUTODEFENSA?
Lofredo publicó en el diario guerrerense El Sur, hace justo una semana,
una de las Posdatas que regularmente escribe para el Centro de
Documentación de los Movimientos Armados, del cual es cofundador, en el
que analiza el papel del EPR frente a los grupos de autodefensa que, en
Guerrero precisamente, han tenido mucha exposición pública en los
últimos meses. De ello dice que este grupo guerrillero ha sido el único
que se ha referido al caso.
Ahí, entre otras cosas, el investigador señala que “una variación sobre
el mismo tema es la diferencia entre autodefensa y autodefensa armada
que propone la organización clandestina. Según el EPR, el punto
fundamental es si la iniciativa es espontánea —vulnerable a instancias
gubernamentales— o bajo la dirección del partido revolucionario, como
propone.” Y recupera el editorial del órgano de difusión eperrista, El
Insurgente (número 146, marzo de 2013) donde se expresa que “dos son las
expresiones fundamentales de las policías, guardias o rondas
comunitarias, una obedece a la lógica de la institucionalización del
paramilitarismo y la militarización, otra un genuino esfuerzo y
manifestación del hartazgo social, pero que por el contexto de violencia
y terrorismo de Estado disfrazado de ‘delincuencia’ está siendo
arrastrada al espontaneísmo que finalmente conduce a la lógica del
paramilitarismo institucional.” Para no dejar dudas, el grupo remarcó en
su editorial: “Provocación montada para ingenuos, desinformados y
espontaneístas, que sin un análisis sobre fines, objetivos y contexto,
caen en la trampa de la provocación”.
Lofredo apunta asimismo que, “tras la lectura del texto eperrista —donde
se desprende que por falta de conducción política revolucionaria
sobreviene el riesgo de que grupos de autodefensa se transformen en
paramilitares— surge el análisis del papel que juega la guerrilla en
esta dinámica social de autodefensa. El EPR ya lo afirmó anteriormente:
sectores ahora en descomposición o seudo revolucionarios están en la
zona donde emergieron las autodefensas, policía comunitaria y grupos
paramilitares; y ese es el vínculo entre una y otra realidad. “
Y más adelante considera que “el surgimiento de movimientos de
autodefensa en aquellas zonas donde hubo presencia de guerrillas explica
mejor el grado de desarrollo que la lucha social ha alcanzado a través
de los años antes que una vinculación directa entre ambos fenómenos. De
hecho, antes que confirmar sin contrapunto la presencia del EPR en esas
comunidades habría que voltear la mirada al Ejército Revolucionario del
Pueblo Insurgente. Pero a la vez es imprescindible no olvidar que el
ERPI ha sido descabezado hace cuatro años, con el asesinato de su máximo
dirigente en la entidad. Así pues, amplificar sus fuerzas, magnificar
sus alcances —considerada su presencia y actividad detrás de cualquier
movimiento de protesta social— y, lo más importante, aceptar que el
activismo social se muestre proclive a pertenecer a una organización
clandestina, armada, una estigmatizada y la otra debilitada resultase
una situación sencilla como cualquier otra decisión política y como si
no supiese la intensidad de la dinámica represiva que ello representa,
propone una situación que no se corresponde con la lógica armada de la
guerrilla ni con la lógica política de los movimientos sociales. Para
unas representa un alto riesgo a su seguridad interna y una amenaza
cierta de aniquilación; para los otros, una invitación abierta a la
represión…”
Índice Flamígero: Gonzalo Juárez Ocampo, secretario general de la
Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG)
negó que estén vinculados con grupos guerrilleros como el EPR y el
ERPI, como lo sugirieron, en días anteriores, los gobernadores de
Guerrero, Ángel Aguirre, y el de Morelos, Graco Ramírez.
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