¡¡Exijamos lo Imposible!!
Política del garrote
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Gobierno cierra diálogo a maestros
CETEG se repliega por cinco días
No hay negociación en la UNAM
Riesgos financieros; apatía oficial
Hay salida a Mexicana de Aviación
“Lo peor es fallar con ideas ajenas”.- Helenio Herrera.
Resolver los conflictos sociales no es sencillo, sobre todo cuando no se
tiene idea de cómo solucionarlos o, simplemente, no se quiere hacerlo y
se apuesta por que estos fenezcan o se radicalicen para fundamentar el
uso de la fuerza pública en su contra y justificar la represión. El
conflicto magisterial y los universitarios, quienes ejercen su legitimo
derecho a manifestarse y luchar por mejorar sus condiciones de vida,
corren peligrosamente por esos senderos y no hay ni la prudencia por una
parte que está convencida de tener la razón, ni la sensibilidad política de la autoridad, quien a la menor coyuntura utilizará las
fuerzas armadas contra los inconformes, escenario no deseable para
nadie. “El País está al borde del incendio, está incendiado por la
abdicación del Estado para cumplir con su cometido fundamental que es la
seguridad y la justicia”, como lo advierte el poeta Javier Sicilia.
La mecha del conflicto magisterial en el estado de Guerrero sigue
prendida. Ayer, los maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de
Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), que no han hecho caso a
los llamados para que conduzcan su lucha alejados de la violencia,
bloquearon la Autopista del Sol y al liberarla, apedrearon los camiones
de pasajeros y de la Policía Federal, cuyos cristales reventaron. En el
Parador del Marqués realizaron un mitin político en honor a los dos
normalistas fallecidos el 12 de diciembre del 2011 y, posteriormente,
iniciaron una marcha por los carriles centrales en dirección a la Ciudad
de México, rumbo al plantón del movimiento magisterial. Sus acciones
fueron seguidas desde el aire por un helicóptero Black Hawk y por
tierra, por policías estatales antimotines y policías federales.
Los inconformes exigieron que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre,
asuma los cargos penales por su presunta responsabilidad en el asesinato
de los normalistas Gabriel Echeverría y Jorge Alexis Herrera Pino,
ultimados a balazos en el desalojo que perpetró la Policía Federal y la
policía estatal en diciembre de 2011. También condenaron que el juez
penal de Chilpancingo, Leoncio Molina Mercado, haya otorgado la libertad
a los agentes ministeriales Rey David Cortés Flores e Ismael Matadama
Salinas, acusados por la Procuraduría de Justicia de ser los autores
materiales del asesinato de los dos estudiantes.
Por segundo día consecutivo, alumnos de la Normal de Ayotzinapa
marcharon por calles de Chilpancingo para exigir castigo a los
responsables del desalojo del 12 de diciembre de 2011. Los estudiantes
llevaban en hombros dos ataúdes y además, dos coronas de flores con los
nombres de los fallecidos. Con la banda de guerra de Ayotzinapa y flores
blancas y girasoles, los normalistas exigen justicia. Jorge Herrera,
padre de uno de los normalistas asesinados, explicó que debido a que las
autoridades estatales han sido rebasadas, acudirán a instancias
internacionales como la Corte Interamericana de Derechos humanos (CIDH),
para exigir que se esclarezca estos asesinatos.
El dirigente de la CETEG, Gonzalo Juárez Ocampo, anunció que en los
próximos cinco días harán una pausa en las movilizaciones masivas, con
la finalidad de retomar el diálogo con las autoridades, aunque
mantendrán el plantón en Chilpancingo. Juárez Ocampo se deslindó de los
actos violentos ocurridos en los últimos dos días en la capital estatal,
aunque rechazó que existan grupos alternos que se estén infiltrando en
su movimiento. Insistió en que tratarán con el gobierno federal el tema
de las averiguaciones previas y órdenes de aprehensión giradas contra
dirigentes de la CETEG para darle una salida jurídica.
La contundente respuesta del gobernador Ángel Aguirre Rivero fue que
tras los hechos vandálicos de los cetegistas el miércoles pasado en
Chilpancingo, no se negociarán las más de 39 órdenes de aprehensión. El
mandatario dijo que se ha terminado el diálogo de su gobierno con el
magisterio movilizado, por lo que reiteró que el único camino que queda
es la aplicación de la ley.
Mientras tanto, en Morelia, Michoacán, estudiantes normalistas
secuestraron y saquearon siete camiones que transportaban bebidas y
alimentos frente al Palacio de Gobierno en Morelia. Los jóvenes,
cubiertos del rostro, detuvieron y saquearon un camión de la empresa
Pepsi, tres de Lala, uno de Gamesa, otro de Bimbo y uno más que
transportaba pan, y los repartieron entre la gente presente. A pesar de
que fuerzas policíacas presenciaron estos hechos desde calles aledañas,
ninguna autoridad intervino.
Esas acciones se realizaron luego de que los estudiantes se reunieron
con funcionarios del gobierno del Estado, quienes se negaron a firmar un
documento, en el cual se comprometían a entregar plazas automáticamente
a los egresados de las escuelas normales de la entidad. Los normalistas
llevan cinco días movilizándose para presionar por que se cumplan sus
demandas.
DIALOGO CERRADO EN UNAM
También, en la capital de la república, se mantiene el conflicto de la
toma del edificio de Rectoría de la UNAM por estudiantes del
CCH-Naucalpan, que se ha mantenido toda una semana. Jóvenes, que se
dijeron estudiantes universitarios, acusaron al rector José Narro de ser
incapaz para resolver el conflicto en el Colegio de Ciencias y
Humanidades (CCH), a través del diálogo.
Incluso Uriel Sandoval Díaz, activista de la UACM y que perdió un ojo en
los hechos del 1 de diciembre de 2012, acudió a Ciudad Universitaria
para hacer pública su solidaridad con la toma del edificio y defender la
“protesta social”. El estudiante leyó un pronunciamiento en el que
defiende su participación en la toma de la Torre de Rectoría, y sostuvo
que son diversas organizaciones las que apoyan la protesta social que
los jóvenes enarbolan, pero que por lo mismo son criminalizados. Por su
parte, estudiantes del CCH Sur rechazaron que ingresen las fuerzas
federales para recuperar las instalaciones y se sumaron a la demanda de
que sean reinstalados los seis expulsados del CCH-Naucalpan.
La tarde de ayer, el grupo de jóvenes embozados que mantienen tomada la
Torre de Rectoría de la UNAM exhortaron, nuevamente, “a un diálogo
resolutivo para avanzar y salir del abismo” y así, evitar caer en la
“confrontación entre universitarios” y en la utilización de “la
violencia como método para resolver estos conflictos”.
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