¡¡Exijamos lo Imposible!!
Total desigualdad
Lilia Arellano
Estado de los Estados
Diálogo para unos, garrote a otros
Miles de universitarios sin futuro
Listos para reprimir: Mondragón
Playas mexicanas para extranjeros
Preocupa a EPN no sacar reformas
Piden juicio político a Robles y JD
Todo el Estado contra los maestros
“Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados”.- Mahatma Gandhi
No satisfechos con la visión de dos Méxicos en el terreno económico, el
que nos revela la existencia del hombre más rico del mundo y el que
señala la presencia de millones de ciudadanos sin un mendrugo para
llevarse al estómago, también tenemos que la justicia no es pareja, que
también habla de extremos en los que a unos se les sentencia por hambre o
por razones políticas y se deja en plena libertad a quienes no sólo
infringen las leyes sino que cometen toda clase de abusos con los
gobernados y que conocemos como la “mafia de cuello blanco”; están, esas
marcadas diferencias, entre una reglamentación estricta para los
pequeños comerciantes y lo elástico que se procede cuando se trata de
firmas trasnacionales o de grandes monopolios; ni qué decir en las
cuestiones políticas, a los habitantes se les amenaza con la aplicación
de la ley, y a los políticos se les ofrece el diálogo.
En este último caso se encuentran maestros y universitarios, la semillas
de todo polvorín social que parecen no dimensionar las autoridades,
enfrascadas como están en conflictos electorales y electoreros. Aunado
al pronunciamiento del lunes anterior del rector José Narro, ayer Luis
Raúl González Pérez –fiscal de triste memoria en el caso del crimen de
Luis Donaldo Colosio- señaló que no se aceptará ningún acto de presión
para invalidar las denuncias sobre quienes han atentado contra la Máxima
Casa de Estudios del país. Y, ante estas declaraciones, no tardó en
saltar Manuel Mondragón, el comisionado nacional de Seguridad Pública,
para señalar que la Policía Federal está a la espera de cualquier
solicitud de la PGR para actuar en el desalojo o vigilancia del edificio
de la rectoría universitaria.
Sobre el primer punto, los comentarios surgen con relación a las etapas
de gran tranquilidad que se vivieron en la Máxima Casa de Estudios del
país y que empezaron a contribuir para que ésta retomara la muy buena
fama ganada de excelencia en la enseñanza. Esas buenas referencias, que
incluso tenían reconocimiento internacional, se dieron en otros tiempos,
en aquellos cuando los jóvenes sabían que contaban con un trabajo
seguro y con buenos salarios al concluir sus estudios. Fueron las épocas
cuando también, el gobierno mantenía una tasa de crecimiento anual
superior al 7 por ciento y cuando las familias podían alimentarse y
mandar a sus hijos a los niveles superiores, aun cuando ganaran dos
salarios mínimos o hasta uno.
Se estaba cierto de que la obtención de un título universitario permitía
el acceso casi inmediato al siguiente estrato social. Los padres se
enorgullecían de que los hijos concluyeran sus carreras y éstos no
tenían que abandonar sus estudios porque no tuviesen en su familia para
darles para el camión o para ir a las bibliotecas a consultar libros y
si bien se sabía de problemas económicos, éstos no llegaban al extremo
de causar separaciones, divorcios y hasta suicidios como los que se
registran en el presente. Es más, los miembros del gabinete, los
titulares de las secretarías de Estado daban clases en esas aulas, lo
cual garantizaba que los estudiantes estuviesen, además, informados.
Eran, sin duda, grandes épocas, las de desarrollo, las del empuje, las
de las inversiones sin necesidad de hacerle cambios radicales a nuestra
Carta Magna y, menos aún, autorizar la compra de terrenos de playa a los
extranjeros, como se acaba de aprobar en la Cámara de Diputados, con el
pretexto de generar mayores inversiones con certeza jurídica.
Por lo tanto, hay quienes consideran que todo aquel que viole las leyes
debe ser severamente castigado y se refieren, directamente, a los
estudiantes encapuchados que tomaron la rectoría. Al igual que muchos
otros, yo me pregunto si la paz y la tranquilidad de un sitio, el que
sea, debe ser producto del sometimiento, de la aceptación, sin protesta
de todo lo que se imponga, me parece que no. Los jóvenes del presente
deben sentirse y estar inconformes porque no saben cuál es su futuro,
porque concluir sus estudios no les garantiza ni siquiera un empleo,
porque en sus hogares la palabra crisis ha sido pronunciada
permanentemente, porque también están enterados de las grandes
corruptelas existentes y de los recortes permanentes a los presupuestos
para la educación superior, porque el país que le estamos heredando es
para alimentar toda la inconformidad de la que es capaz de sentir un ser
humano.
El porqué de que se presenten encapuchados es la certeza de que su
protesta tendrá consecuencias, de que llegaran por ellos, una vez
identificados, y serán extraídos de sus hogares con violencia, tratados
como delincuentes. No puede actuarse de manera diferente cuando se han
alzado las voces, una y otra y otra vez, para no ser escuchados. Si la
Universidad y el Politécnico se mantuvieron durante los últimos años en
calma chicha, se debió a que la llegada de Vicente Fox abrió
expectativas que, a la larga, tampoco se cumplieron y después se
presentaron la tecnología, las comunicaciones y sus avances, y se optó
por las redes sociales para elevar protestas. Ya ninguna de estas dos
razones, ni la esperanza ni los mensajes de entrega múltiple e inmediata
los satisfacen y tiene su justificación que regresen a la calle, que se
hagan presentes, que se muevan, como no nos atrevemos la mayoría de los
adultos a hacerlo.
Y para rematar sale el señor Mondragón, quien debería estar atento y muy
atento a la captura de los grandes delincuentes, de los de la mafia
organizada, de los comunes, de los asaltantes, de la invasión de maras y
otros grupos delictivos, a señalar que esperan una orden para actuar.
Con esa prontitud deberían atender los llamados de auxilio de los
pobladores, de los ciudadanos, cada vez más indefensos e impotentes,
ante la presencia de la delincuencia. Para quienes con sus impuestos
cubren sus salarios, no hay más allá de discursos y afirmaciones de que
se está trabajando; a estas alturas ya no podríamos afirmar para quién o
quiénes trabajan y para ello, basta con dar un vistazo a las
estadísticas y sabremos que no es, precisamente para nosotros y, mucho
menos, para el hombre que depositó su confianza en que cumplirían el
compromiso adquirido con su nombramiento. Don Manuel está sembrando que
se le aplique el dicho “haz fama y échate a dormir”.
AUN HAY MAS
A raíz de las acusaciones lanzadas por Acción Nacional y el PRD, sin
mostrar un solo asomo de vergüenza y que versaron sobre la utilización
de la llamada “Cruzada contra el Hambre” con fines eminentemente
electorales –a sabiendas de que los blanquiazules no solo hicieron
exactamente lo mismo a través del programa Oportunidades. sino que el
manejo de ese directorio sirvió para lograr un mayor número de votos a
favor de Calderón y cuya práctica permitió que la señora Vázquez Mota no
sólo llegara como titular a la SEP, sino que obtuviera la candidatura
de ese partido a la Presidencia y de que en el DF también hicieron lo
propio los amarillos-, el “rescate” que sobre su ahumada figura hiciera
el propio titular del Ejecutivo añadiendo un “aguanta, Rosario”, frase
que atribuyó de Lula a la Robles, se desencadenaron los demonios dentro
del Pacto por México y se suspendieron presentaciones de iniciativas de
Reforma, la primera de ellas, la financiera.
Se festeja que Peña Nieto, en este caso, privilegiara el diálogo con las
fuerzas políticas por encima de la imposición que podría haberse hecho
presente, una vez más, al momento de las votaciones con el consabido
arrastre tricolor de las curules respaldado por los verdes. Sin embargo,
al momento de hacer las comparaciones, resulta insultante que mientras a
unos se les concede ese privilegio, a los maestros, a los
universitarios y a los diferentes sectores que se han visto afectados
por la cadena de crisis que se vive a nivel nacional, se les aplique el
garrote, se les amenace con la aplicación de las leyes, que no se
suspenda una sola acción que los perjudique.
Y no pudo existir momento más adecuado, en medio de un abierto temporal
en el cual por una parte saltan mentores y por la otra estudiantes, una
más revela la existencia y práctica de las policías comunitarias, se da
inicio a los consabidos conflictos y enfrentamientos políticos que por
desgracia para todos terminan con “buenos acuerdos” surgidos de
ofrecimientos a las cúpulas para la obtención de beneficios personales,
para lograr la aprobación de una ley que permite a los extranjeros tener
propiedades debidamente escrituradas en nuestro país y en las zonas de
playas.
Son miles de ciudadanos provenientes de otros países los que habitan en
nuestro territorio, todos ellos trabajan, la inmensa mayoría son gente
de bien y sus aportaciones a diferentes sectores y ramas han sido
provechosas. Contra ellos y el que puedan contar con una propiedad en el
país que eligieron para formar sus familias y sentar sus patrimonios no
les puede ser negado. Así, las adquisiciones en colonias,
fraccionamientos, edificios, etcétera, ha sido un error negárselas con
la debida legalidad, pero de ahí a que puedan ser propietarios de áreas
que de entrada deben ser públicas, no puede ni debe aceptarse. México,
claramente, ya está en venta y sin ninguna limitación. Ya se verá a qué
grado ha llegado este punto, que bien pudo utilizar una cortina de humo
para su aprobación, pero que puede revertirse y se espera que no
demasiado tarde.
¿A cuánto y a cuántos llegó el cabildeo de los grandes corporativos hoteleros? Es la cuestión.
LIMITADO ANÁLISIS DEL WSJ
Muy limitado es, sin duda, el análisis que publicó ayer en línea el
diario estadounidense The Wall Street Journal, en el que advierte que
las huelgas de los maestros en el estado de Guerrero, que se oponen a la
transformación del sistema educativo de México, representan el primer
gran reto a las reformas emprendidas por el presidente Enrique Peña
Nieto. El rotativo destaca que un conflicto prolongado podría socavar el
capital político del inquilino de Los Pinos, que busca un amplio
consenso para su ambiciosa agenda. En primer lugar el conflicto
magisterial no se restringe a Guerrero, sino que abarca todo el
territorio nacional. Además, hay otros factores que podría esfumar el
capital político del mexiquense, como por ejemplo el desconocimiento de
las alianzas políticas con Acción Nacional y la exigencia de mayores
canonjías y por parte de la dirigencia perredista encabezada por “los
chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega.
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