¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Caso Regina: Duarte, el responsable
MÉXICO, D.F. (apro).- Del vasto repertorio de disparates que le he
escuchado al gobernador Javier Duarte despunta uno sobre el impune
asesinato de la periodista Regina Martínez Pérez, cuyo primer
aniversario se cumplió este domingo 28 de abril: “Yo también soy
víctima”.
Es una insolencia hasta para sí mismo.
El es el
gobernador, la autoridad constitucional del estado. Salvo que en
Veracruz no gobierne él ni las instituciones, sino el crimen y la
impunidad.
No digo que Duarte sea el victimario de Regina,
compañera corresponsal de Proceso, pero tampoco puede ser víctima quien
tiene en Veracruz todos los instrumentos para cumplir con su primer
deber: Seguridad personal y patrimonial de todos los ciudadanos.
Y
esa seguridad no existe en vastas zonas del estado, donde los
habitantes –no los periodistas, que gozamos al menos de un espacio para
el reclamo– padecen el terror, la impotencia y la frustración por el
robo, el secuestro, la extorsión y las complicidades.
Han pasado
ya 365 días del asesinato de Regina Martínez Pérez y la víspera se
dictó sentencia condenatoria de 38 años de cárcel contra Jorge Antonio
Hernández El Silva –un analfabeta que padece sida y que asegura haber
sido torturado para autoinculparse–, pero tantas irregularidades sólo
permiten un aserto: Es una fabricación.
A las inconsistencias en
lo que se sabe del expediente de las investigaciones –que el gobierno de
Duarte ha mantenido bajo cerrojo hasta para la fiscalía especializada
de la PGR– y la segregación de El Silva, se suma que la Procuraduría
General de Justicia de la entidad ni siquiera ha solicitado librar orden
de aprehensión contra un sujeto que identifica como copartícipe del
homicidio.
Se trata de José Adrián Hernández Domínguez, El
Jarocho, a quien la fiscalía estatal aseguró que era el asesino material
de Regina Martínez. Inclusive lo aprehendió, luego lo dejó libre y
ahora ha esparcido el rumor de que ya está muerto.
Y es que “la
investigación es una asquerosidad”, como la definió la jurista Diana Coq
Toscanini, coadyuvante de este semanario, calidad que también tiene
Jorge Carrasco, reportero también de Proceso, ahora bajo asedio criminal
del gobierno de Duarte, en cuyos dos años de gobiernos han sido
asesinados otros ocho periodistas.
Por ello este domingo 28, al
cumplirse el primer aniversario del cobarde asesinato de Regina, los
periodistas de México –no sólo los que trabajamos en Proceso–
ratificamos nuestro repudio a la patraña de Duarte y reiteramos la
demanda de pleno esclarecimiento.
Si en Veracruz hasta allegados
suyos hablan de la torpeza con la que se ha conducido en el ejercicio de
gobierno, en la ciudad de México se tiene a Duarte como un pasivo para
Enrique Peña Nieto, no sólo por el asesinato de periodistas, sino por el
más reciente escándalo sobre el plan para usar programas sociales con
fines electorales.
Más aún, en ámbitos del gobierno federal se ha
integrado un expediente sobre Duarte que incluye una red de presuntos
prestanombres de la fortuna que ha acumulado en su gestión, en la que
destacan parientes y prominentes empresarios.
Según la información
que ha trascendido, esta red de prestanombres de Duarte la integran su
suegro, Antonio Macías Yazegey, quien se convirtió en un próspero
empresario desde el gobierno de Fidel Herrera, que le facilitó negocios
en Coatzacoalcos, junto con su yerno como secretario de Finanzas.
Otro
supuesto prestanombres de Duarte es Jorge Ramírez Tubilla,
subsecretario de Ingresos y primo hermano de su esposa, Karime Macías
Tubilla de Duarte, y cuyo padre, Jorge Ramírez Pérez, es concuño de
Macías Yazegey, el suegro.
Identificado también como socio de
Duarte es Jaime Antonio Porres Fernández Cavada, del grupo Pecuario San
Antonio SA de CV, primo de Erik Porres Blesa, secretario de Desarrollo
Económico de Veracruz, quien fue secretario particular de Manuel Espino,
quien apenas este lunes 29 anunció que demandará por enriquecimiento
ilícito a Miguel Ángel Yunes, el principal enemigo de Duarte.
Erik Porres Blesa renunció al PAN después de que Yunes se convirtió en
candidato de este partido a gobernador, en 2010, y lo imitó Gerardo
Buganza Salmerón, actual secretario general de Gobierno, ambos de
Córdoba, como Duarte.
Otros supuestos prestanombres de Duarte,
según la información que tiene el gobierno de Peña Nieto, son los
hermanos Chara, Jean Paul y José Antonio Mansur Galán, empresarios
beisboleros y este último recién delegado de la Secretaría de Economía
en el estado.
Bajo el escrutinio del gobierno de Peña se
encuentran, también, el hermano del gobernador, Cecil Duarte de Ochoa,
quien dirige Juventud Dinámica, un membrete priista, así como sus primos
Héctor e Iván Duarte Dehesa, y que serían parte de la red financiera
para el trasiego de recursos.
Duarte, confeso admirador del
fascista Francisco Franco, no es sólo una nulidad como gobernante y un
mapache electoral lampareado, sino alguien con una cola muy larga…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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