¡¡Exijamos lo Imposible!!
Fuentes Fidedignas
DESFILADERITO
Palestina y los judíos de Morena
Durante su mandato como jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador desarrolló excelentes relaciones con todos los actores políticos y económicos de la ciudad de México, excepto con aquellos que por sus vínculos con Carlos Salinas de Gortari respaldaron a Vicente Fox en la intentona de desafuero y más tarde en la promoción del odio que envenenó al país en la campaña electoral y luego en el fraude que elevó a Calderón a poder y causó la muerte de más de 100 mil personas.
Entre los grupos que se aliaron con AMLO estaba el de los comerciantes judíos del Centro Histórico, herederos de una tradición de generaciones en la venta sobre todo de ropas y telas. Ellos resintieron profundamente la invasión de las calles donde tienen sus negocios por los vendedores ambulantes que, respaldados por Fox, inundaron el mercado informal con ropa introducida de contrabando a México por los hermanos Bribiesca, hijos de la esperpéntica señora Marta Sahagún de Fox.
Los comerciantes judíos del Centro Histórico impulsaron la carrera de AMLO a la Presidencia de la República, entre otras cosas, para que éste los ayudara a liquidar la competencia desleal de los ambulantes ligados a los hijos políticos de Fox. Cuando se puso en marcha el fraude electoral, perpetrado por Fox, Salinas de Gortari, Televisa, el Consejo Coordinador Empresarial y los gobiernos de José María Aznar desde España y George WC desde Estados Unidos, López Obrador convocó al plantón en el Zócalo, que evitó el desbordamiento de la violencia mas no la toma de posesión de un arma biológica de destrucción masiva llamada Felipe Calderón Hinojosa.
Nunca vi documentos de cobranza ni dinero en efectivo, pero supe que por lealtad a AMLO, por convicción y por defender sus propios intereses, los comerciantes judíos del Centro Histórico contribuyeron resueltamente al pago de los gastos del plantón. A partir de esa lucha inolvidable, mantienen una cordial amistad con AMLO, como hombres y mujeres de bien, como empresarios, médicos y artistas de vanguardia, como gente de izquierda.
Una desafortunada extensión del conflicto árabe-israelí que desde 1946 vive Medio Oriente, cuando tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos fundó en Palestina el estado de Israel, ha tenido sus propias repercusiones en el grupo de artistas e intelectuales que acompañó a López Obrador en el Gobierno Legítimo (noviembre de 2006-noviembre de 2011) y después y hasta la fecha.
Las fricciones se agudizaron cuando en forma inopinada y gratuita, mi amigo, el experto en temas de geopolítica, Alfredo Jalife, atacó vertiendo críticas feroces contra mi amiga, la gran académica y luchadora social, Claudia Sheinbaum. La molestia de los judíos amigos de AMLO llegó a tal punto que le pidieron que Jalife saliera del grupo.
Hoy arranca el congreso fundacional de Morena, que será clausurado mañana, una vez que los delegados decidan, como decidirán, que ese movimiento se convierta en partido político, y elijan a sus dirigentes nacionales. Una de las grandes carencias en todas las organizaciones encabezadas por Andrés Manuel ha sido la de una visión internacional, hoy más urgente que nunca, pues mientras la élite que domina al mundo globalizó sus formas de control social, los trabajadores y los desempleados, sus partidos y sus parlamentarios, no han sido capaces de coordinar formas de resistencia global.
Ante la repugnante agresión que el gobierno de Benjamín Netanyahu inició hace varios días contra los palestinos de la Franja de Gaza, a los que violando los convenios internacionales vigentes en la ONU, ha atacado con bombas de fósforo blanco, Morena debe pronunciarse en forma clara y sin cortapisas, condenando a los nazis de Tel Aviv.
Y como gente de izquierda que son, y como hermanos de los judíos que dentro de Israel exigen lo mismo, los judíos de Morena tienen la obligación moral de utilizar la plataforma del congreso que hoy comienza, con un punto de acuerdo que convoque a las bases del nuevo partido a manifestarse frente a la embajada israelí con toda la energía que sea posible.
¿Cómo vamos los habitantes de la Tierra a detener la brutalidad de Israel, que cuenta con todo el apoyo del elegante mayordomo de la Casa Blanca, si no es protestando con absoluta determinación frente a sus embajadas? ¿Será que asediando esos inmuebles en el mundo entero podremos demostrar a los representantes diplomáticos del nacional-socialismo de Tel Aviv que el camino de la guerra que sostienen sólo provocará más y más guerras?
En solidaridad con los pacifistas judíos que luchan contra sus propios nazis dentro de Israel, en solidaridad con los palestinos que son víctimas de este nuevo genocidio y con la esperanza de que los fundadores de Morena no olviden que una de las características de la izquierda es la solidaridad internacional, hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132, por si ocupan.
Jaime Avilés
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