¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
“Al final… la caca flota”
Francisco Rodríguez
Indice Político
Involuntariamente, una frase de Mariana Gómez del Campo se ha convertido
en la que mejor resume el ya próximo cierre del sexenio de su pariente
Felipe Calderón: “Al final del día –dijo no ha mucho la hoy senadora
plurinominal panista— la caca flota”.
Y vaya que en estos momentos están emergiendo todas y cada una de las
muchas porquerías que, como detritus regados por todas partes, deja la
fallida Administración que, “haiga sido como haiga sido” encabezó el
michoacano que, además, sí canta mal las rancheras.
Flota, sobremanera, en el área de la dizque seguridad pública donde,
juntas la opinión pública y la opinión política, claman por un serio y
real ajuste de cuentas a quienes, con muy altos presupuestos del erario,
sólo consiguieron fragmentar y al mismo tiempo potenciar a los
delincuentes, y peor todavía dejar una estela de muertes (más de 100
mil), desaparecidos (más de 10 mil) y desplazados (calculados en 24 mil
familias), como nunca antes en la historia reciente.
Sobresale ahora el enorme endeudamiento que Calderón contrató con
organismos y banca internacionales. Sobrepasó ya los 5 billones de
pesos, que son algo así como el 43% del PIB –el FMI recomienda que nunca
rebase el 30%— y, lo peor, es que todo ese dinero nunca se reflejó en
el crecimiento o mejoramiento de la infraestructura pública. El ocupante
de Los Pinos, en cambio, utilizó como maniobra de distracción los
empréstitos contratados por estados y municipios (el 3% del PIB), sin
aceptar que ello se dio porque durante los últimos seis años esas
entidades recibieron tarde y en menor proporción los recursos federales a
los que tienen derecho.
La merde –en francés suena mejor—también flota en el área del
(sub)desarrollo social. La fallida Administración fue, en efecto, “una
fábrica de pobres”, como dijo un connotado priísta. Con 12 millones de
mexicanos más que hace seis años, prácticamente la mitad del país, 50
millones, subsisten con el equivalente a dos dólares diarios que exigen
los programas impuestos por el Banco Mundial. Los vastos recursos
públicos destinados a mejorar las condiciones de vida de quienes habitan
en las áreas rurales y suburbanas invariablemente fueron condicionados o
incluso desviados a cuestiones electorales. Que haya pobres, pareciera
ser la divisa. Para que puedan comprarles su voto.
Aroma nauseabundo
De hecho, no hay Secretaría, Dirección General, departamento,
compartimiento o estanco a la que no se pueda aplicar la frase que lanzó
al estrellato de la vulgaridad a la pariente consentida en el Distrito
Federal. Y es que sí, “al final del día (y del sexenio), la caca flota”.
No obstante ello, de acuerdo a ciertas encue$ta$ o, si usted quiere
llamarlos así, $ondeo$ demó$cópicos, la popularidad y aceptación de
Calderón al cierre del ciclo sexenal asciende a más del 60%, lo que
incluso significa un repunte con respecto a mediciones anteriores.
¿Usted lo cree?
Tal es un ejercicio numérico amañado, tal y como aparenta también ser el
más reciente del INEGI donde nos pintan cual un país de enajenados
babeantes que, como en los cuentos infantiles, creemos ser felices para
siempre, no obstante la violencia, el desempleo, la pérdida del valor
del salario, la pésima educación y las enormes fallas que presenta el
sistema de salud.
Como falsificadora de la realidad también fue la costosísima campaña
permanente que, a través de millones de spots e inserciones pagadas,
incluso gacetillas, mantuvo durante los seis años la fallida
Administración cantando loas a sus falsos logros.
En este fin de sexenio el aroma es nauseabundo. La corrupción de los
panistas no es sólo pecuniaria, también moral debido, precisamente, a su
doble moral.
“La caca flota”. A partir de diciembre vamos a necesitar estómago, pero también cerebro para limpiar a México, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Y flota por todos lados: En el opuesto de la geometría
política, Mario DiConstanzo levanta la mano para que los equiperos de
Enrique Peña volteen a verlo y le den un huesito que roer. + + + Faltan
siete días para que todos “jalemos la cadena” y, todo aquello que aún
está en la superficie, se vaya al drenaje. En siete días se va Felipe
Calderón.
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario