¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Proceso, lo transitorio y lo permanente
MEXICO, D.F. (apro).- A tres semanas de que Felipe Calderón entregue
la banda presidencial empapada en sangre a Enrique Peña Nieto, quien
perfila también un futuro ominoso para México, Proceso celebra 36 años
de ejercer sin pausa el periodismo sin concesiones que irrita al poder.
Calderón
es el séptimo jefe del Ejecutivo en funciones que ha sido sometido al
riguroso escrutinio del semanario en reportajes, artículos, fotografías,
cartones y la palabra del lector, que en conjunto han descrito el
talante de cada uno y el daño al país en su megalomanía sexenal.
Peña
Nieto, el octavo jerarca en estos 36 años, ha trazado el rumbo que se
propone dar al país y, en su gobierno, Proceso seguirá cumpliendo con su
deber en línea recta.
Desde Luis Echeverría, cuyo golpismo dio
origen al semanario, hasta Calderón –panista sin honor, manchado para
siempre–, la revista ha investigado y difundido los asuntos de interés
general que el poder –político, económico, religioso, mediático– quiere
mantener bajo cerrojo.
En 36 años, la mitad de los cuales he
estado yo aquí, Proceso también ha resistido y superado embates,
turbulencias y borrascas, porque ha sigo fiel a sus principios
fundacionales:
Los hombres, sobre todo los del poder, pasan y
Proceso permanece: Desde el presidencialismo imperial hasta su
claudicación y captura por los otros poderes vigentes: criminales,
económicos, mediáticos, religiosos.
El semanario, fundado por
Julio Scherer García y dirigido por Rafael Rodríguez Castañeda, ha
documentado las dolencias nacionales, la claudicación de los deberes del
Estado y la engañosa alternancia PRI-PAN-PRI marcada por igual por la
corrupción permanente y descarada.
Cito a Scherer García en su
discurso de aceptación del doctorado honoris causa de la Universidad de
Guadalajara, en noviembre de 2005, cuyas palabras son tan vigentes como
ahora:
“Suele decirse que Proceso nació para la estridencia.
Ciertamente no somos moderados, pero el país no está para la crítica
prudente a la que muchos se acomodan. La impunidad tomó partido y la
zozobra domina la vida cotidiana: Los robos y los crímenes por la
mañana, los atracos y los secuestros por la tarde, los asaltos a mano
armada por la noche y la corrupción a toda hora”.
Hace seis meses,
el martes 1 de mayo, en medio del dolor por el asesinato aún impune de
nuestra compañera Regina Martínez Pérez, corresponsal en Veracruz,
Rodríguez Castañeda nos reunió a los periodistas en la redacción, junto a
Scherer García y Vicente Leñero.
Ahí, presente la furia y el
dolor por el cobarde crimen, Scherer nos contó de las palabras vanas del
gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y planteó no convertir la
indignación en desplantes o protagonismos. “La protesta es nuestro
trabajo”, sentenció.
Así ha sido…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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