Fuentes Fidedignas
DESFILADERITO
México y España: los regresos
Desde los últimos días de octubre de 1975, el general Francisco Franco --que en 1939 ganó la guerra civil española con el apoyo de Hitler y gobernó durante 36 años con el apoyo de Estados Unidos-- empezó a morirse lenta y definitivamente (antes lo había hecho en la imaginación y en la impaciencia de quienes, refugiados en México, cada vez que se juntaban en los cafés del Distrito Federal vaticinaban golpeando la mesa: “Este año cae Franco”).
En 1975 yo tenía 21 años y desde hacía uno trabajaba por primera vez en mi vida como reportero de planta, en un periodiquito vespertino, llamado “Crucero”, fundado nada más y nada menos que por Manuel Buendía y ligado a El Día, el rotativo de la dizque ala izquierda del PRI.
El Día salía a primera hora de la mañana y Crucero a las cuatro de la tarde. Entre los reporteros de ambos medios cruzábamos apuestas en torno a cuál de los dos ganaría la nota de la muerte de Franco. Para deleite de millones de hombres y mujeres que lo odiaban, el “caudillo por la gracia de Dios”, como se autoproclamó, agonizaba en medio de insoportables dolores.
Carlos Montemayor dijo entonces: “Se está muriendo célula a célula”. Y mucha gente se alegraba por ello. A medida que empeoraba Franco, la competencia entre la redacción de Crucero y El Día subía de tono. Sin embargo, cuando el ansiado momento llegó, era muy temprano en España y de noche en México, y ni Crucero ni El Día publicaron la nota porque era 20 de noviembre y, en honor a los festejos de la Revolución Mexicana, por ser una fecha de descanso obligatorio no salieron los periódicos.
Hoy es también 20 de noviembre y pocos recordarán que se cumplen 37 años de la muerte de Francisco Franco y 102 del inicio de la rebelión popular que terminó con la dictadura de Porfirio Díaz. Pero como la historia no es lineal sino que evoluciona en círculos, a tantas décadas de distancia, México y España han regresado a aquellas épocas tan oscuras.
Aquí, bajo la dictadura neoliberal de Carlos Salinas de Gortari, la injusticia social, la desigualdad abismal en la concentración de la riqueza, la debilidad del Estado frente a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, la inexistencia de democracia y los abusos de las fuerzas del orden contra la población civil, nos han devuelto al porfiriato, con muchas desventajas: en aquel entonces el país contaba con una red de transporte ferroviario y tenía grandes esperanzas en el futuro; hoy ninguna de las dos cosas existen.
Al otro lado del mar, bajo la dictadura neoliberal que se ha apoderado del mundo y debido al estilo de gobernar de Mariano Rajoy, vívida reencarnación de Franco, España se hunde en la pobreza y todas las expresiones de inconformidad son reprimidas por la policía con una violencia que desapareció en los primeros años de la transición del franquismo a la democracia.
Con una gran desventaja similar a la nuestra: en la segunda parte de la década de los 70, en España la gente confiaba en que los partidos de izquierda –el comunista (PCE) y el social-demócrata (PSOE-- inaugurarían nuevas formas de hacer política y pondrían en vigor nuevas políticas públicas, todo lo cual efectivamente sucedió, hasta que a finales de la década pasada, tanto los partidos de izquierda como de derecha se vieron obligados a hacer la política del Fondo Monetario Internacional, la misma que estableció el PRI de 1982 a 2000, continuó el PAN de 2000 a 2012 y mantendrá el PRI, en su retorno al poder, de 2012 hasta quién sabe cuándo.
Claro está que si Morena, que ayer abrió su congreso fundacional, logra su registro como partido político y llega con la fuerza que tiene actualmente Andrés Manuel López Obrador a los próximos comicios presidenciales –nada garantiza que se celebrarán en 2018 o antes--, un cambio de rumbo podría ser posible.
Pero si no es posible y la clase política respeta el guión de Salinas de Gortari, en 2018 el timón quedará en manos de Marcelo Ebrard y éste, cacareando que al fin la “izquierda” llegó al poder, seguirá haciendo la política del FMI hasta 2024. Atento a los resultados finales del congreso de Morena, hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132.
Jaime Avilés
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