¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Inconstitucionalidad
Manuel Bartlett
Con
una Reforma Política descafeinada y tardía —agosto 9, 2011— pactada por
Calderón y Beltrones, introdujeron las llamadas iniciativas
preferentes, propuesta original de Calderón, al siguiente tenor: “El día
de la apertura del periodo ordinario de sesiones, el presidente podrá
presentar hasta dos iniciativas para trámite preferente, que deberán ser
discutidas y votadas, en un máximo de 30 días naturales…”.
Aprovechando sus últimos días, Calderón envió dos iniciativas como
preferentes: al Senado, reformas a la Ley de Contabilidad Gubernamental y
a Diputados, reformas a la Ley Federal del Trabajo. La primera,
presentada como ley de transparencia y la segunda, una de las reformas
estructurales que exigen insistentemente los intereses patronales,
nacionales y extranjeros, para profundizar la política neoliberal en
contra de los derechos de los trabajadores.
La reforma laboral es obsequio póstumo de Calderón a Peña Nieto,
evidenciando la coincidencia con el propio futuro presidente, que se
ahorra el descrédito de esa iniciativa antiobrera. La asociación
ideológica demostrada, en sólo unos días, entre panistas y priístas, da
una mayoría automática, aunque los votantes de ambos partidos hayan
creído que estaban sufragando por partidos diferentes. Tenemos
nuevamente una derecha bicéfala. El favor con el tratamiento preferente,
permitiría aprobar, en sólo 30 días naturales, temas trascendentes, lo
que impide el debate profundo, sobre todo si ya se tienen los dictámenes
listos, como se deja ver. Los medios afines al poder se ocuparán de
diluir los efectos antisociales y antieconómicos del golpe a la clase
trabajadora, aunque esos efectos no los podrán paliar, tendrán un
elevado costo por encima de la manipulación mediática.
Otro aspecto a comentar es que la iniciativa laboral contiene medidas
para asegurar la democracia sindical y la vigilancia de los recursos de
las cuotas de sus agremiados. Calderón montó la defensa de su iniciativa
en este “empeño” democratizador, aun en EU. Muy pronto se reveló que
era un disfraz, porque los legisladores y sus dirigentes advirtieron que
votarían la iniciativa si se le quitaba esa “intromisión” en sus
intereses sindicales. Es decir, votarían a favor del contenido real
buscado, atentatorio contra millones de trabajadores, si se respetaban
sus privilegios. Diputados y senadores del PAN amenazaron no votar la
iniciativa, si se le quitan las medidas democratizadoras, reconoceremos a
esos independientes.
Finalmente, todo este proceso de “preferentes” arregladas, que definen
el trabajo legislativo en los estertores del régimen, es
inconstitucional.
El 17 de noviembre del año pasado presenté un punto de acuerdo, en
nombre de mi bancada, que planteó al pleno la inviabilidad del Congreso
de procesar las iniciativas, sencillamente porque la reforma
constitucional en cuestión, en su artículo segundo transitorio, ordena
que: “El Congreso de la Unión deberá expedir la legislación para hacer
cumplir lo dispuesto en el presente decreto”. Y el Congreso no ha
legislado al respecto, por lo que no puede hacer cumplir el
procesamiento de las iniciativas preferentes.
Los artículos transitorios son parte de la Constitución, normas que el
Congreso no puede ignorar ni aplicar sólo una parte. Subrayamos que el
Congreso debe ajustarse a los mandamientos que regulan sus funciones, de
lo que depende la validez y obligación de las leyes y decretos que
emita. Se pidió la suspensión del trámite preferente, pero el pleno no
aceptó discutir el tema. Se remitió a la Junta de Coordinación Política,
que no ha resuelto, pese a que se le presentó una excitativa, continúa
el proceso irregular. Si se empeñan en imponer estas iniciativas
preferentes, generarán una lluvia de amparos para que la justicia de la
unión ampare y proteja a los obreros minimizados y empobrecidos.
mbartlettdiaz@hotmail.com
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