¡¡Exijamos lo Imposible!!
Traición a la patria
Finalmente, después de intrincadas jornadas de discusión y en medio de
protestas callejeras, los diputados del PRI, PAN, PVEM y PANAL
consumaron la aprobación en lo general de la reforma laboral que incluye
artículos que lesionan severamente los intereses de los trabajadores /
En un acto inédito, histórico, con la tribuna tomada por legisladores de
partidos de izquierda y con un presidente de la mesa directiva, Jesús
Murillo Karam, acorralado en lo alto de un balcón lateral, 361 diputados
votaron a favor, 130 en contra y 10 abstenciones
MEXICO, 28 de septiembre (LILIA ARELLANO/ESTADO DE LOS ESTADOS) Una
“traición a la Patria” y un atraco a 40 millones de trabajadores
perpetraron este viernes diputados federales del PRI, PAN, PVEM y PANAL
en el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde en un acto inédito,
histórico, con la tribuna tomada por legisladores de partidos de
izquierda y con un presidente de la Mesa Directiva, Jesús Murillo Karam,
acorralado en lo alto de un balcón lateral, el Pleno de la Cámara de
Diputados aprobó en lo general, con 361 votos a favor, 130 en contra y
10 abstenciones, la reforma laboral que Felipe Calderón envió al
Congreso de la Unión, la cual, entre otros arteros ataques a la clase
trabajadora, regula la ilegal práctica de outsourcing, el pago por hora y
la limitación del pago de salarios caídos a un año.
Al cierre de estas líneas seguía la sesión con la discusión de los más
de 100 artículos en lo particular de la reforma a la Ley Federal del
Trabajo, a fin de que, esperan los legisladores de derecha, sea enviada a
la cámara revisora, el Senado de la República, con el propósito de que
corran sus 30 días naturales para la dictaminación, toda vez que se
trata de una iniciativa preferente del inquilino de Los Pinos. Los
legisladores de izquierda que ocupaban la tribuna dejaron ésta y
abandonaron el salón de plenos. Antes, se dieron los posicionamientos de
los partidos: el PRI, con Héctor Gutiérrez, defendió el dictamen; el
panista Juan Bueno Torio, también; el PVEM, con Tomás Torres, anunció
que votarían a favor del dictamen; el petista Alberto Anaya advirtió que
votarían en contra; al igual lo hizo Ricardo Monreal, coordinador del
Movimiento Ciudadano, quien dijo que priístas y panistas se equivocan
respeto a la reforma laboral y actúan con soberbia y prepotencia.
La crónica de esta traición anunciada empezó desde la mañana de este
viernes: apoyada por la aplanadora que constituyen los diputados del
PRI, PAN, PVEM y PANAL en la Comisión Especial del Trabajo de la Cámara
de Diputados se concretó la “traición a la Patria” y el “atraco a los
derechos de la clase trabajadora” del país, al aprobarse la iniciativa
preferente de la reforma laboral en lo general y lo particular, que
envió Felipe Calderón, quien asume los costos políticos de ésta a cambio
de impunidad en el próximo sexenio, a fin de no ser perseguido por las
próximas autoridades federales por el tiradero en que deja a la Nación y
para no asumir sus responsabilidades en el empobrecimiento de la
población y la muerte de 100 mil mexicanos en su inútil guerra contra el
narcotráfico. El riesgo de generar intensas e inmanejables protestas
sociales, no nada más de la clase trabajadora, sino de toda la sociedad,
no le importa en absoluto, como parece no importarle tampoco a su
sucesor Enrique Peña Nieto.
Las discusiones en la Comisión dejaron ver que no hay avances en la
protección a los trabajadores, ya que aprobaron que, en caso de los
mineros, sea la autoridad, los de Higiene y Seguridad, los que
califiquen si las instalaciones están operando de manera correcta y,
ante cualquier eventualidad, sean castigadas las empresas con 3 mil 400
salarios mínimos. O sea que pueden seguir los muertos, derrumbándose las
minas y los responsables sólo pagarán si acaso millón y medio de pesos.
Tomás Torres, el zacatecano ahora abanderado del Verde, sacó a relucir
este apartado sin mencionar que Felipe Calderón ha firmado contratos con
mineras canadienses por un total que alcanza los mil 600 y que no hay
una supervisión ni sobre las instalaciones ni los contratos que rigen la
relación laboral, tan es así que en su propuesta se incluye que se
obligue a los empresarios a contar con una lista completa de los que
bajan a trabajar, o sea que ni a eso se llega en el presente.
Levantó una breve ámpula el tema de la transparencia sindical. Francisco
Salgado, del PRI, defendió a los líderes sindicales señalando que
México tiene firmado tratados internacionales que respaldan la autonomía
de estas organizaciones y advierten que serán los agremiados los únicos
que pueden exigir cuentas, ya que la autoridad sólo se hace presente en
la llamada “toma de nota”, que es la garantía de que los trabajadores
eligieron tanto a la organización como al líder. Contra esto se
manifestó la diputada panista Esther Quintana, al señalar que deben
llegar la libertad y la democracia a los sindicatos para proteger de
influencias externas a los trabajadores. Martí Batres, del PRD, recordó a
Othón Salazar, el guerrerense líder magisterial que luchó por la
democracia, y se manifestó por dejar atrás el esquema corporativo.
Silvano Blanco apoyó la necesidad de que los trabajadores conozcan el
empleo que se da al dinero que aportan a los sindicatos, ya que en el
caso del Pemexgate habría que sa ver si los trabajadores fueron
consultados para aprobar esta partida de recursos que se entregó al PRI o
si por lo menos, les informaron que lo harían. “¿Por qué tienen los
líderes tanto miedo? ¿No dicen que los reeligen sus bases?
Y si en efecto México firmó tratados internacionales que respaldan la
autonomía sindical también, y así se expuso, está la firma estampada en
Derechos Humanos, donde está plasmado que es un derecho humano la
democracia y el voto libre y secreto. También fue tratado el tema de las
enfermedades y su evaluación, así como lo referente a la medicina del
trabajo, en la cual se propone una revisión cada tres años. Estos fueron
los temas más candentes dentro de la discusión en la Comisión del
Trabajo y no se aceptó ninguna modificación procedente de la izquierda,
por lo que entró de lleno la aplanadora conformada por el PRI, el PAN y
el Verde, siendo los blanquiazules los que amenazaban con el encontrón
ante el Pleno, lo cual no se dio. De ahí que la izquierda calificara
como “traición a la Patria” las aprobaciones hechas a las que, además,
se les considera un “bodrio”, advirtiendo que las consecuencias se verán
en la calle. “Es vergonzante para el PRI, apoyado por el PAN, el que
tiraran a la basura todas las luchas de los trabajadores, las han
enterrado y sólo defienden sus intereses aprovechando que son mayoría
para no dar oportunidad ni siquiera a la discusión”. La votación para
pasar al pleno fue de 22 a favor y 8 en contra.
Tras dos días de análisis de las reservas, en los que prevalecieron
diálogos y debates entre sordos, los diputados de derecha dejaron pasar
la regulación de las outsourcing; el pago por hora; el freno al pago de
salarios caídos hasta un año; nuevas modalidades de contratación y el
escalafón ciego. Al final, la fracción del PRI y su apéndice del PVEM
contaron con el inesperado respaldo de los partidos Nueva Alianza
(PANAL) y del Trabajo (PT) para mantener la redacción del Artículo 371
en el proyecto de decreto, concerniente a garantizar que los sindicatos
continúen manejando los recursos provenientes de sus cuotas y del erario
a discreción, y la elección de sus dirigentes se mantenga como
actualmente ocurre.
De nada sirvió que el PRD y el PAN se unieran para modificar dicho
artículo, con el fin de que los sindicatos se vieran obligados a rendir
cuentas en el manejo de los recursos públicos que les transfieren, y que
la elección de las dirigencias y mesas directivas de esas
organizaciones gremiales fueran resultado del voto libre, directo y
secreto. A pesar de que se esperaba que el PRD, PAN, PT, Movimiento
Ciudadano y PANAL votaran en bloque contra el PRI, éste contó con el
apoyo del PVEM , y de Adolfo Orive del PT, y Angelino Caamal, del PANAL,
con lo que los priístas alcanzaron 16 votos a favor contra 14 del PRD,
PAN y Movimiento Ciudadano. Ese artículo podría haber sido la diferencia
de rechazarse la reforma laboral en el Senado de la República, donde
los priístas insisten en mantener los privilegios de los sindicatos.
REFORMA AL PLENO
Con todo y la oposición de los diputados de izquierda, la iniciativa
preferente de Felipe Calderón en materia laboral llegó al pleno con la
aprobación del régimen de subcontratación o outsourcing, es decir, las
condiciones en que debe darse, las obligaciones del contratista, así
como las consecuencias de su incumplimiento, que quedaron prácticamente
en los mismos términos que establecía la propuesta calderonista; avanzó
el pago por hora a los trabajadores, pero se estableció que no se podrá
laborar más de ocho horas diarias y que el pago no podrá ser menor a la
parte proporcional del salario mínimo vigente; para los contratos de
prueba y contratación, se deberá tomar en cuenta la opinión de la
Comisión Mixta de Productividad, Capacitación y Adiestramiento; se
ampliarán las sanciones a aquellos abogados o funcionarios que
obstaculicen la resolución de un juicio laboral.
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