¡¡Exijamos lo Imposible!!
Pedro Echeverría V.
El PAN contra sindicatos, el PRI contra obreros; ¿dónde la llamada izquierda?
Pedro Echeverría V.
1. En la discusión y la votación sobre la reforma derechista y
reaccionaria de la Ley Federal del Trabajo en el Congreso, los diputados
del PAN y el PRI votaron por unanimidad a favor; por el contrario, la
llamada izquierda (o sea, la socialdemocracia electoral) se mantuvo -por
ahora- en la oposición y votó en contra. Se aprobó toda la
operatividad relacionada con contratación individual, el pago por
horas, facilitar los despidos y otras reglas lesivas a los intereses de
los trabajadores; pero el PRI logró negociar que no se toquen a los
sindicatos ni a los líderes espurios para que sigan cumpliendo como su
base de apoyo.
2. El PRI gobernó 71 años con el fuerte apoyo de los sindicatos y las
confederaciones totalmente dominados por sus líderes charros o venales.
Desde que nació la CROM en 1918 contó con la total protección del
gobierno y éste era intocable porque su líder Luis Morones (secretario
de industria y comercio) fue su incondicional. Luego en 1936 surgió la
CTM –la más grande organización obrera del país (tres millones de
afiliados) manejada durante 60 años por Fidel Velázquez- mismo que
organizó el llamado Congreso del Trabajo en 1970 para hacer más grande
el liderazgo espurio del país. Era tan poderosa la CTM que “auscultaba”
gobiernos para el PRI.
3. ¿Pero puede olvidarse que el PAN –desde que nació en 1939- ha sido
un jurado enemigo de los sindicatos y de la lucha de clases, en tanto
el PRI ha usado siempre la traición o el charrismo sindical y
corporativo? Debe recordarse que el PAN es el partido de los
empresarios y del clero que nunca ha querido la democracia o la
independencia sindicales sino a “obreros libres” desorganizados que no
presionen, que no salgan a las calles y que se disciplinen a la clase
empresarial. Por ello no entiendo a la socialdemocracia que se alía con
el PAN que durante toda su historia ha sido enemigo de la lucha obrera y
de los trabajadores.
4. El PAN no sólo se ha opuesto y se opone a los sindicatos, sino a
todo lo que huela organización comunitaria o de masas. Lo han declarado
mil veces: son individualistas, son partidarios de todo individualismo,
de la propiedad privada, de las “buenas costumbres y formas”, de las
arreglos “decentes”, del voto individual, de la democracia
individualista y representativa. Si alguna vez han acudido a la
organización de mítines es porque han tenido necesidad, pero prefieren
los trámites, el diálogo civilizado, las gestiones burocráticas, los
acuerdos en recámara. ¿Puede olvidarse que los dirigentes del PAN vienen
del empresariado y organizaciones patronales?
5. Los sindicatos en México y en todo el mundo son organizaciones de
los trabajadores y son éstos los que deberían destituir y enterrar a sus
líderes venales o espurios. Permitir la entrada de la clase empresarial
o gubernamental en los sindicatos es una traición; al contrario, los
trabajadores tienen que exigir que no intervenga el gobierno apoyando
con dinero, policías, ejército y abogados a los líderes charros. Son los
trabajadores quienes deben tirar a la basura a sus líderes mediante la
toma de locales, la organización de asambleas, la lucha en las calles y
las huelgas salvajes. Los obreros tienen que adquirir conciencia y
aprender a luchar.
6. Lo que PAN, PRI y PRD buscan jugar en las cámaras –vergonzosamente-
es ser partidos bisagra, es decir, sin ideología y sin principios
éticos, hacer alianzas con quien convenga. Mientras tanto se pasarán
cobrando sus “dietas” o salarios de alrededor de cuarto millón de pesos
al mes, más viajes y viáticos. Después del reconocimiento de Peña Nieto
como presidente electo, de ser en parte derrotadas las movilizaciones,
de que López Obrador construya su partido, no parece quedar nada
interesante para los trabajadores mexicanos. Si Calderón después de los
asesinatos de 90 mil mexicanos no va a la cárcel, mucho menos Ernesto
Zedillo que sólo ordenó el asesinato de 45 indígenas de Acteal.
7. En tanto el PRI usa a los sindicatos subordinando a los dirigentes
charros y el PAN busca romper a los sindicatos para dejar a los “obreros
libres” de vender su fuerza de trabajo a los empresarios, la llamada
centroizquierda o socialdemocracia declara estar con los sindicatos y la
democracia sindical pero se convierte en demagoga porque sólo está
preocupada por lo electoral, por los cargos de gobierno y por los
enormes salarios que cobra. La izquierda verdadera, formada por la
CNTE, la APPO, Atenco, el Yo soy 132, el EZLN y demás pequeñas
organizaciones anticapitalistas, tienen que debatir pensando en unir sus
luchas, de lo contrario no quedaría nada en defensa de los
trabajadores. (29/IX/12)
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