martes, 2 de junio de 2015

No es más que una organización mafiosa

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Verde hasta en las tortillas
Guillermo Fabela Quiñones

 Apuntes
 Pésima impresión deja en el ánimo de la ciudadanía la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de “sancionar” al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) con un solo día sin promocionales. Esto, según los consejeros, en acatamiento a la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Queda claro que los órganos electorales incumplen su responsabilidad, aunque las consecuencias sean las esperadas: pérdida de credibilidad de la sociedad en las promesas de cambios progresistas del régimen, lo que a su vez derivará en mayor abstencionismo, menor interés en los procesos electorales, objetivos que persigue el grupo en el poder, sobre todo en este momento.

 El Partido Verde, que en realidad no es más que una organización mafiosa, ha hecho lo que ha querido, particularmente en los dos años y medio del actual sexenio, porque cuenta con el beneplácito del “presidente” Enrique Peña Nieto, quien necesita de un socio que llene el vacío que dejó el PAN ahora que se siente obligado a recuperar la credibilidad perdida, luego de los dos sexenios que estuvo al frente del Poder Ejecutivo sin haber logrado un solo avance democrático y haber demostrado una gran proclividad hacia la corrupción en gran escala.

 La situación creada por la falta de apego a la legalidad por parte de los órganos electorales, es una clara señal que plantea la posibilidad de comicios realizados sólo con la intención de cumplir con la fecha programada en el calendario electoral. Para la derecha no hay temor de que las cosas se le salgan de las manos, como lo demuestra la complicidad de los órganos responsables de vigilar el cumplimiento de la legalidad en los comicios, antes y después de su realización. ¿Cómo estar de acuerdo con tal comportamiento? Por supuesto que instituciones de esa catadura no le sirven al país, sin embargo no hay de otras mientras la derecha conserve el poder.

 En este momento, el Partido Verde cuenta con la simpatía de un sector de la población que vive confundido por su desconocimiento de la realidad y su nula o muy escasa información política. Creen esas personas que dicha agrupación mafiosa tiene valor de sobra para enfrentarse al sistema, confunden el cinismo y vocación antidemocrática que caracteriza a sus dirigentes, con una rebeldía positiva que puede ayudar al país. Aunque sea difícil creerlo, hay gente que así piensa o incluso supone que las huestes del “niño verde” tienen la “valentía” de enfrentarse al sistema.

 Es preciso recalcarlo: se trata de un cinismo magnificado por la complicidad de Peña Nieto, quien no quiere correr riesgos innecesarios en los comicios del próximo domingo. Sabe que ya no cuenta con la incondicionalidad del PAN, organización por otro lado ya muy desprestigiada por los excesos de sus más connotados dirigentes, tanto en lo que se refiere al mal uso de los recursos públicos como a la incapacidad demostrada en el ejercicio del poder. De ahí que el PVEM le haya caído como un enviado del mismo diablo, porque se presta a lo que sea con tal de servir a la oligarquía y seguir manteniendo privilegios indebidos.

 Por ello no debe asombrarnos el cobijo que le están dando los principales órganos electorales, sin que les importen las consecuencias. Queda demostrado que no tienen un mínimo respeto a la sociedad, pero también que tampoco les importa el futuro de la democracia en México, proceso siempre trunco, que lo seguirá estando mientras no haya un verdadero cambio de régimen, mientras la derecha siga en el poder con el único propósito de medrar con las riquezas nacionales y depredar todo lo que se pueda, como lo patentiza la realidad.

 Las más de 140 mil firmas de ciudadanos exigiendo el retiro del registro al Partido Verde por su absoluta falta de respeto a la legalidad, las autoridades electorales se las pasaron “por el arco del triunfo”. Es más que obvio que no hay una elemental voluntad de la oligarquía en que México camine por la senda de un sólido Estado de Derecho. Luego se van a lamentar de las consecuencias de su desmedida voracidad. Mientras tanto, el “niño verde” y sus paniaguados disfrutan las mieles de un poder prestado, propagando su logotipo hasta en el papel para envolver tortillas.

(guillermo.favela@hotmail.com )


No hay comentarios: