viernes, 12 de junio de 2015

Ha optado por volverse un caudillo arcaico

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping
¿Por qué el telepresidente no ha podido frenar su caída?
El Zappo 

Auge y declive del peñismo: el gran montaje sucumbió y se transformó en una profunda crisis. En este libro Jenaro Villamil describe puntualmente cómo sobrevino ese proceso de decadencia.

El llamado Mexican moment, sobrevendido con la promesa de magnas reformas estructurales, pronto se evidenció como una farsa, y los propios medios extranjeros que al principio alabaron al joven presidente comenzaron a descubrirla: se encontraron con un país de narcofosas, de miles de desaparecidos, con la historia trágica de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, con una reforma energética que resultó inoperante ante la baja de los precios del petróleo y con la corrupción nada disimulada del primer círculo de colaboradores del ejecutivo.

Ante la caída, Peña Nieto ha optado por volverse un caudillo arcaico; busca el efectismo mediático sin principios ni hoja de ruta, convirtiendo así el cinismo en el disfraz del fracaso. No obstante, subraya el autor, la ambición de una presidencia imperial no dejará de estrellarse durante los próximos años con una fuerte y crítica resistencia social.

DEL PRÓLOGO DE ELENA PONIATOWSKA

Jenaro Villamil analiza no sólo la personalidad de Enrique Peña Nieto, también examina su proyecto de naciónque a los ojos de sus opositores es inexistente—, critica las reformas estructurales con las que el priísta intentó transformar al país y muestra cómo su gobierno está en franca decadencia a causa de la ineptitud para solucionar los conflictos económicos, sociales y de seguridad. Los pobres son más pobres, los niveles de violencia e inseguridad se dispararon y el presidente encopetado se quedó impávido. A EPN el cargo le ha quedado grande.

EN PALABRAS DEL AUTOR

“En 2009, en el libro Si yo fuera presidente. El reality show de Peña Nieto, advertimos que en medio del desencanto ante la alternancia panista, y el fortalecimiento de poderes fácticos como el de Televisa, se engendró un modelo de ascenso político basado en un doble engaño: la popularidad fabricada desde el derroche de la mercadotecnia televisiva, así como desde la corrupción y el autoritarismo, que representan la imposición de un liderazgo sin carisma ni capacidad probada de gobernabilidad. La principal televisora y sus aliados transformados en maquinaria de poder político destruyeron al PRI, al sistema político y al incipiente modelo de competencia electoral y debate público.

No fueron suficientes las advertencias, los documentos y hechos que configuraron la amenaza del telepresidente. El grupo de poder en torno a Peña Nieto se impuso en las elecciones presidenciales de 2012. Ganó, pero no convenció. Logró el viejo sueño del Grupo Atlacomulco de escalar del poder regional al nacional, a costa de someter a otros grupos y actores de poder, sin garantizar un auténtico pacto. Compró votos, pero no pudo comprar a una generación joven que se expresó en su contra por medio del movimiento #YoSoy132. La historia de la victoria amarga de 2012 y sus contradicciones fueron relatadas en un segundo libro: Peña Nieto, el gran montaje.

Este tercer libro es la secuela donde desentrañamos el nudo gordiano de la caída del telepresidente. Se trata de mostrar los mecanismos de un modelo contradictorio en sus términos, que destruye y mina las bases de legitimidad y cohesión social en torno a la institución presidencial. La ambición peñista de una presidencia imperial, al estilo bonapartista o porfirista, se ha estrellado con una fuerte resistencia social. Ante el fracaso, Peña Nieto ha optado por transformarse en un caudillo arcaico. Busca el efectismo mediático sin principios ni hoja de ruta. De ese modo, el cinismo se convierte en el disfraz del fracaso.

No hay comentarios: