Estado de los ESTADOS
Por Lilia ArellanoFracasa guerra al narco
Tienen grupos criminales “más poder”
En bonanza tráfico de armas a México
A la desesperada, utilizan los militares
Osorio pide a ONU “ajustar estrategia”
Quintana Roo capta atención mundial
“Colina del perro”, oficializa impunidad
“Lo único superior a lo absurdo de nuevos políticos es su evidente incapacidad de mentir y hacerlo bien”. Jorge Saldaña
Al participar en el Foro Económico Mundial en América Latina, en la Riviera Maya, Quintana Roo, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que la política de su administración contra la criminalidad y la violencia está funcionando. Pero los hechos lo desmienten. Su gobierno no cambió la estrategia seguida por la gestión de Felipe Calderón: la militarización, que ha demostrado a lo largo de dos sexenios que no funciona. Los grupos criminales han aumentado su poder de influencia en diversas regiones del país, desafiando de manera efectiva el poder del Estado. El territorio nacional sigue convertido en un gigantesco cementerio, con más de cien mil mexicanos ejecutados, y 23 mil desaparecidos, y se han multiplicado las violaciones a derechos humanos de la población. La corrupción y la impunidad imperan en México.
Con gran necedad, Peña Nieto sostiene que las estadística reflejan reducción en los índices de homicidios, secuestros y otros delitos que lastiman a la sociedad y se atreve a demandar la participación de la sociedad para que no se involucre con las bandas de la delincuencia organizada y las denuncie, cuando todo mundo sabe lo peligroso de esa actitud, que puede costar la vida a quienes se atreven a realizar alguna denuncia, por muy anónima que ésta sea, dados los lazos que existen entre los grupos de la delincuencia organizada y las autoridades de los tres niveles de gobierno, como se ha demostrado fehacientemente en multitud de ocasiones, como en el caso de la desaparición de los estudiantes de la normal rural “Raúl Isidro Burgos”. La corrupción y la impunidad que prevalecen en el país hacen de la denuncia ciudadana casi la firma de su sentencia de muerte o ataques a sus seres queridos.
Y lo anterior no es una exageración, ya que ni siquiera el Ejército mexicano toma decisiones claras y niega el conocimiento de los elementos que han caído o da los nombres de los desaparecidos por temor a que de nuevo se cobren venganzas los del crimen organizado contra los familiares o de aquellos cercanos, como ha sucedido en el pasado reciente. Así que si aquellos que portan uniforme y tienen armas a su alcance, además de contar con autorización para matar a quienes los agredan y que conforman, por si fuera poco, la parte más firme del llamado “gabinete de seguridad”, guardan para sí nombres y apellidos, ¿cómo exigir a la sociedad una denuncia si no está claro en cuál bando están los buenos y en cuál los malos?
La nueva estrategia contra el crimen organizado no se ve por ningún lado y se está en riesgo de caer en la tentación de escalar esta guerra subterránea con el uso, por parte del gobierno, de equipos más sofisticados en respuesta al desafío del narco. Eso sería un error. Lo que recomiendan los expertos es hacer más labor de inteligencia, en la que se privilegien el conocimiento y el análisis de las organizaciones. Pero no, las acciones oficiales responden a un patrón errático, a bote pronto. De reacción ante la emergencia, con acciones desesperadas, colocando a mandos militares en funciones que deberían desempeñar civiles, como son los casos de los generales Miguel Gustavo González Cruz y Felipe Gurrola Ramírez, a quienes pusieron al frente de los operativos contra el crimen organizado en los estados de Jalisco y Michoacán, respectivamente, sin contar con el marco legal adecuado para que los militares obtengan los resultados esperados, no obstante que la Secretaría de la Defensa Nacional ha demando sin éxito al Congreso de la Unión que apruebe normas que regulen y precisen las actividades de los militares en labores de seguridad pública.
Los más que bien pagados legisladores federales que integran el Congreso de la Unión se han limitado a condenar los hechos de violencia, como los ocurridos el 1 de mayo en Jalisco, Guanajuato, Colima y Michoacán; a guardar un minuto de silencio por los seis militares muertos por el derribo de un helicóptero del Ejército y de un policía estatal durante la Operación Jalisco; a señalar que el ataque de la aeronave constituye un elemento de “declaratoria de guerra contra el Estado” porque, nunca antes, el crimen organizado había derribado un helicóptero militar usando un lanzacohetes; y a solicitar inútilmente la comparecencia del secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, y del Comisionado de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.
Pero el responsable de la política interna del país, Osorio Chong, se encuentra ocupado en la Organización de las Naciones Unidas, donde hizo un llamado a ajustar la estrategia internacional contra las drogas. “Es necesaria –dijo— una actuación decidida contra la delincuencia organizada, pero al mismo tiempo, atenderse las causas estructurales de la violencia y el crimen mediante estrategias de prevención que incluyan la participación de la sociedad”. Es curioso que demande eso, cuando dichas acciones brillan por su ausencia en territorio mexicano. También propuso llevar a cabo un debate “sustantivo y abierto”, tanto de las drogas como de los derechos humanos, el desarrollo de indicadores, las alternativas en materia de justicia penal y el acceso adecuado a medicamentos controlados, todas éstas, curiosamente, asignaturas pendientes en México.
Según un comunicado de la Segob, el funcionario encabezó la delegación de México en el Diálogo de Alto Nivel sobre el Problema Mundial de las Drogas, convocado por el presidente de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Osorio Chong consideró que la solución de fondo para el problema de las drogas está en un enfoque integral en el que la prevención ocupa un lugar muy importante, y se refirió a la corresponsabilidad y las políticas complementarias en los países como la vía para afrontar cabalmente al narcotráfico y las adicciones. Con estos discursos, de nuevo puede notarse claramente que no se refieren a los EU como responsables del crecimiento de adictos, ya que, siendo el país con el mayor número de consumidores carece de políticas públicas de prevención o de rehabilitación y, no puede ser distinto, ya que estos dineros representan para ellos una de las columnas económicas que les permiten operar en el Mundo entero.
Sin embargo, los años de la gestión del peñanietismo han sido los peores en materia de derechos humanos. Decenas de miles de asesinatos y desaparecidos se acumulan a esta administración, incluyendo los 43 normalistas de Ayotzinapa, que desaparecieron a manos de policías municipales en colusión con el crimen organizado el año pasado. Las acciones contra las mafias siguen la misma lógica que las aplicadas durante el calderonato: la decapitación de los cárteles del narcotráfico. Cayeron “La Barbie”, “El Teo”, murió el peligroso Arturo Beltrán Leyva, líderes “Zetas” y muchos más, y el Estado mexicano los hizo desfilar como presas de cacería, para aumentar su popularidad, pero estas acciones no tienen un efecto de fondo en los niveles de seguridad de la gente.
La estrategia implementada para disminuir la violencia en México y el trasiego de drogas hacia Estados Unidos tiene resultados contraproducentes. Las intervenciones militares iniciadas en 2006 en México contra las bandas de narcotraficantes han causado más violencia, como lo demuestra un estudio publicado por la Asociación de Estadística de Estados Unidos. Los resultados de dicho estudio denominado “¿Las intervenciones militares en la guerra contra el narcotráfico en México aumentaron la violencia?, muestran que durante el primer año de las intervenciones militares hubo un aumento promedio de casi 11 homicidios por cada 100 mil habitantes en las regiones analizadas: Ciudad Juárez, Tepic, Tijuana, Nogales, Acapulco, Coahuayana, Sinaloa, Guadalupe, Celaya, La Piedad, Villa de Cos, Reynosa, Teúl, Pánuco, Rincón de Romos, Bustamante, Madera y Apatzingán. La que corresponde a Ciudad Juárez fue la que tuvo el mayor incremento en la tasa de homicidios con 86 por cada 100 mil habitantes, más del doble que cualquier otra región.
Los grupos criminales han logrado incrementar extraordinariamente su poder militar y armamentístico. A través de la frontera México-Estados Unidos, anualmente se trafican 253,000 armas de fuego, de las cuales, en el mejor de los casos, se incautan el 16 por ciento. Este comercio les deja fabulosas ganancias a las armerías en territorio estadounidense y fortalece a los grupos del crimen organizado que operan en México. Así, los cárteles se encuentran equipados con armas de la más alta potencia, alcance, penetración y volumen de fuego como son: cohetes antitanque M72 y AT-4, lanzacohetes RPG-7, lanzagranadas MGL calibre 37mm, lanzagranadas calibres 37 y 40 milímetros, granadas de 37 y 40 milímetros y granadas de fragmentación. Y si bien importa quién las vende, qué potencia es la que se enriquece con la venta de armamento a los narcos, es mucho más importante que se deje en claro que las autoridades en las fronteras son cómplices de estas entregas y que es ése, otro de los puntos de corrupción más dañinos.
Además, los cárteles de la droga poseen fusiles Barret calibre “.50”, así como armas de fuego denominadas “de nueva generación” como la subametralladora y la pistola FN Herstal de fabricación belga, conocida como Five-Seven y que, por sus características técnicas, así como por las cualidades de su munición –subsónica, trazadora y de penetración-, es capaz de traspasar blindajes y es llamada coloquialmente “matapolicías”. O sea que mientras emprenden supuestas estrategias para atrapar capos, quienes están a su servicio buscan la forma de protegerse con mejor armamento, reclutan más y más mexicanos hundidos en las necesidades algunos, otros son profesionistas de primer nivel con edades que, según las nuevas reglas del Estado, ya no son sujetos de empleo bien remunerado aún y cuando lo que les sobre sea experiencia, y se hacen de operadores financieros de altura, lo cual les permite mantener sus estructuras intocables aun cuando se encuentren tras las rejas sus líderes, que no precisamente las verdaderas “cabezas” de las diferentes organizaciones.
De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, realizado con base en informes de la Procuraduría General de la República (PGR), de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos, las organizaciones criminales mejor armadas son, en orden de importancia, “Los Zetas”, con el 44.79 por ciento de las armas; el “Cártel del Golfo”, con el 22.66 por ciento y “Los Beltrán Leyva”, con 10.16 por ciento. Le siguen el “Cártel de Sinaloa”, con el 8.07 por ciento; el de los Arellano Félix, con el 7.55 por ciento; la “Familia Michoacana”, con el 1.56 por ciento; “Los Jabalines”, “La Barbie”, “Los Pelones” y “Cártel del Pacífico” –el “Cártel Nueva Generación” fue en sus orígenes su brazo armado-, con el 1.04 por ciento; “La Línea” con el 0.78 y “Carrillo Fuentes” con 0.26 %. Destaca también el “Cártel de Tepito” que cuenta con al menos 35 puntos de venta de armas procedentes de Estados Unidos o provenientes de los robos de armas a la Sedena.
Sobre el origen de las armas que llegan a México procedentes de Europa, este jueves medios alemanes difundieron un reporte de las autoridades aduaneras de la ciudad alemana de Colonia, en el que dan a conocer que el fabricante alemán de armamento Heckler & Koch envió miles de armas ilegalmente a México. Los responsables de esa compañía “provocaron, promovieron, o al menos autorizaron” las exportaciones ilegales, de acuerdo con un informe de la oficina de investigación de la aduana, que precisa que esa compañía vendió 9 mil 472 fusiles del tipo G36 a México entre 2003 y 2011, de los cuales 4 mil 767 fueron a los estados de Jalisco, Guerrero, Chiapas y Chihuahua sin autorización oficial.
Estas organizaciones criminales cuentan con una gran capacidad financiera con la que pueden adquirir material y equipo de guerra, principalmente de Estados Unidos, pero también de América Central, Europa y Asia. México ocupa el 14º lugar en el mundo en lavado de dinero. En el país se blanquean alrededor de 26 mil millones de dólares al año en el sistema financiero. Los cárteles mexicanos tienen mayor poder económico porque además de sus actividades ilícitas, mantienen una fuerte estructura financiera, en la que el lavado de los recursos ilícitos se realizan por varias vías. El gobierno mexicano no ha atacado adecuadamente las estructuras financieras y conductos económicos del crimen organizado, y ahí es donde radican gran parte de sus fortalezas.
Es por esa razón que la guerra subterránea contra las organizaciones criminales que lleva a cabo el Estado mexicano puede prolongarse por tiempo indefinido. De ahí que sea común leer, en los medios de comunicación, hechos como el enfrentamiento de soldados del Ejército mexicano contra un grupo de criminales armados en la carretera libre Reynosa-Matamoros, a la altura de la ciudad de Río Bravo. Los militares repelieron la agresión de los sicarios y dieron muerte a un presunto pistolero. O notas referentes al hallazgo de cuerpos decapitados, como el reportado en el cruce de Ahuacuotzingo de la carretera federal Chilapa-Tlapa. En esta misma vía de comunicación, también se informó de la localización de los cuerpos de dos personas en un vehículo Corsa que se incendiaba.
Dentro del ejecutómetro de este jueves, se reportó también que dos personas fueron muertas a balazos en los municipios de Culiacán y Navolato. Una de las víctimas fue identificada como Jesús Eduardo Salas, quien fue encontrado en el asiento trasero de un automóvil Jetta, blanco, con placas VNC-2448, de Sinaloa, en medio de un plantío de maíz. Y cerca de la comunidad Campo Morelia, al norte de Culiacán, fue localizado el cadáver de Eduardo Benítez Álvarez, de 20 años, con lesiones de bala en tórax y cabeza.
PARA ESTAS FECHAS
Me envió el ingeniero Eduardo Toledo Parra el siguiente texto y de entrada se sabe de su difusión pero no se tiene claro quién lo escribió, aunque se lo atribuyen al que dio vida al famoso “brindis del bohemio”. Lo que vemos atractivo es la similitud que existe entre aquellos que celebraron comicios en la otra cara del reino animal y el comportamiento de los de su especie pero dizque pensante.
Las ovejas votaron por el lobo… Como son unos Buenos corazones… Por el gato votaron los ratones… A pesar de su fama de ladina… Por la zorra votaron las gallinas…
La paloma inocente… Inocente votó por la serpiente… Las moscas, nada hurañas… Querían que reinaran las arañas… El sapo ansía, y la rana sueña… Con el feliz reinar de la cigüeña… Con un gusano topo… Que a votar se encamina por el topo… El topo no se queja… Mas da su voto por la comadreja… Los peces, que sucumben por su boca… Eligieron gustosos a la foca… El caballo y el perro, no os asombre… Votaron por el hombre… Y con dolor profundo… Por no poder encaminarse al trote… Arrastrábase un asno moribundo… A dar su voto por el zopilote… Caro lector qué inconsecuencias notas… Dime: ¿no haces lo mismo cuando votas?
UN POCO DE MUCHO
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