miércoles, 10 de abril de 2013

México está vendido a grandes empresas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Corrupción galopante
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Llegó el momento del ¡basta!: José Narro
Nestlé y Pepsico: beneficios por hambre
“Crisis y desgaste de instituciones”: RGC
Conflicto magisterial: más negociadores
“Pacto por México” atenderá a maestros
PRI y PVEM echan tierra a caso Monex
No tocan en PGR a Genaro García Luna


“Casi todos los crímenes que castiga la Ley se deben al hambre”.- René de Chateaubriand

De nueva cuenta se escuchó la expresión “¡Basta!”. El turno fue para el rector de la UNAM, José Narro, quien señaló que con el potencial que tiene el país, es inadmisible que se viva “una vergonzosa y dolorosísima condición de pobreza extrema de millones de mexicanos”, por lo que llego ese momento, el de ponerle un alto. Pero el asunto no termina con ese duro señalamiento sino que alcanza a la organización “El poder del Consumidor”, quienes en la voz de su director, Alejandro Calvillo, denuncian la entrega de la política social a los grandes intereses corporativos y privados sentenciando: México está vendido a las empresas”.

Y veamos: no hay una sola letra en lo dicho por Narro que no esté debidamente sustentado. Nuestro país tiene, a flor de tierra y guarda en sus entrañas, mucha riqueza. Son kilómetros de litorales que no han sido explotados, que no se modernizaron; se destruyeron las cooperativas camaroneras y pesqueras pero no para ser sustituidas por esas grandes fábricas enlatadoras, envasadoras flotantes sino para, cómodamente, hacer depender al país de la explotación petrolera, misma que para llevarse a cabo con total libertad, requirió que se cancelara cualquier elemento que impidiera esta actividad y, por supuesto, que la contaminación de las aguas les llevaría a ser mucho más selectivos en la construcción de plataformas.

Están las minas en manos de extranjeros con toda la riqueza que guardan y para colmo y de la mano de la corrupción galopante en México, ni siquiera pagan impuestos, y eso es el punto más vergonzoso para todos, y todos somos todos, porque hemos permitido que las autoridades cometan error tras error, saqueo tras saqueo, despojos y al dejar de exigir hemos amamantado una corrupción que ya envuelve todas las áreas, los sectores, a la sociedad misma. Está el campo y es, precisamente en ese renglón, donde se hace la razón de la denuncia de Calvillo, ya que se sabe que para llevar a cabo el llamado “combate contra el hambre”, el gobierno federal ya firmó convenios con empresas trasnacionales, como la Nestlé y Pepsico.

O sea que no nada más les ha servido ese jinete apocalíptico que es el hambre como bandera electoral, para hablar de que se llevará pan a las meses de millones de mexicanos, y con ello no cumplir con un mandato sino dar vuelta al problemón mientras pasa el 7 de julio y el PRI asegura su reposicionamiento, hacer grandes negocios con el argumento de llenar los estómagos vacíos. Así, pues, los ganadores serán los accionistas de ambas marcas, a quienes les van a comprar productos por millones, dinero que no se usa para incentivar al campo, para hacerlo producir, para alimentar de manera nutricional a los mexicanos.

Estas mismas empresas con las que tienen convenios que dicen ayudarán a solucionar la situación son, paradójicamente, las que lo han provocado generando una educación alimenticia en nuestro pueblo carente de sanos nutrientes. Son cada vez de mayor volumen los refrescos, prácticamente alcanzan un galón y son vistos en una inmensa mayoría de mesas mexicanas, al igual que las aguas endulzadas, que la leche en polvo, que las mermeladas, los polvos harinosos, etcétera, todo aquello que produce obesidad pero que está muy alejado de los estándares de buena nutrición.

A todo lo anterior, habrá que sumarle la falta de políticas públicas y de un régimen que impida que las utilidades se generen por cientos, miles de millones en perjuicio de los consumidores. No existe una canasta básica que contenga todo lo necesario y que regule los precios de los productos, por lo que los grandes almacenes que no son otra cosa que intermediarios, logran almacenar no solo los alimentos sino grandes fortunas de las cuales no podemos culparlos porque ellos no tienen los frenos que deben estar en la autoridad, en un gobierno que realmente se preocupe y se ocupe de su pueblo.

“Desde fuera se ve, se nota, que México está vendido a las empresas por permitirles participar en el diseño y aplicación de las políticas públicas”, señaló Calvillo. Pero a ello, tendremos que agregar la mentira, la cadena de mentiras expresadas por quienes deberían tener, en la verdad y la honestidad, sus principales banderas. La presencia de Rosario Robles en el gabinete de Peña Nieto, obedece a ese barniz que intentan dar de izquierda al tricolor o mejor dicho a su máximo representante. Ni tarda ni perezosa, ha hecho hasta lo imposible por que quienes la han apoyado, como es el caso de Cárdenas, de toda la familia, logren que apoye su combate Lula, el ex presidente de Brasil.

Y la historia es corta y sencilla. Al igual que el brasileño, don Cuauhtémoc repitió una y otra vez, como candidato de la izquierda a la presidencia, lo cual empezó a generar trato y simpatía. Tan fue así que no hubo ninguna crítica cuando anunció su programa “Hambre Cero”, en el país que gobernaba, y que no era sino copia fiel del puesto en marcha en el DF por Andrés Manuel López Obrador. Ahora, en franca copia “a la mexicana” y con el tinte “electorero y manipulador”, lo proyecta la Sedesol bajo la tutela de la señora del cochinito ahumado y para darle fuerza recurre a los Cárdenas quienes, a su vez, le solicitan a Lula que venga a México y vea cómo va a funcionar y se diseñó una política que en su paíssin la corrupción galopante del nuestro- resultó exitosa.

Con lo dicho por José Narro y los señalamientos, “llega el momento en que una sociedad debe decir ¡basta!”, unido por las denuncias de Calvillo, ya se tendría suficiente y, sin embargo, aún hay más. Resulta que Ricardo García Cervantes, quien funge como subprocurador de Derechos Humanos, reveló que existe en el país una grave crisis humanitaria y un desgaste de las instituciones. Ambas, digo yo, producto de ese cáncer que ya se tiene enraizado y del cual no parece haber cura y mucho menos intenciones de erradicarlo llamado corrupción.

Hay instituciones, pareció descubrir García Cervantes, que se encuentran claramente debilitadas y carentes de todas las capacidades que el momento demanda. Y tampoco se encuentra en sus palabras ninguna mentira. Tan desgastadas están aquellas que tienen que ver con la aplicación de justicia, como las que tienen como encomienda llevar los alimentos a los ciudadanos. Porque no sólo encontramos ese abuso en el renglón de la seguridad o mejor dicho de la inseguridad del cual nos hemos encargado en reiteradas ocasiones, sino también en la aplicación de los recursos al campo y de manera totalmente visible, en la concentración de poder en un solo escritorio, en el del titular de la SAGARPA, quien tienen en sus manos agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación. Una cartera muy amplia con cero resultados positivos porque eso , la producción y reproducción de desnutridos y hambrientos le ha resultado todo un éxito, al igual que las fortunas amasadas por quienes la han encabezado.

La agricultura está por los suelos y no de manera literal, sino como una lacerante realidad que nos habla de la muy baja producción del campo y del argumento de los elevados funcionarios basado en que sale más barato importar que producir, sin tomar en consideración la dependencia que todo ello genera del exterior y de esas grandes empresas trasnacionales denunciadas. En cuanto a la ganadería ni qué hablar, la importación de aves y carnes está a la orden del día y se ha multiplicado con la misma velocidad que tuvieron para borrar de los mapas los pastizales que eran orgullo de productores que intentaban igualar a los de EU, y dejar de andar en burro para trasladar sus productos en camiones refrigerados y ellos contar con avionetas para sus ventas y promociones.

Es obvio que el desarrollo rural y todo lo que esto significa está totalmente ausente y sobre la pesca, basta con percatarnos de que comemos las especies que eran tradicionales en nuestras aguas importadas de China, traídas hasta los grandes almacenes a precios bajos, comparados con los que privan en los mercados dedicados a las especies marinas, a través de grandes embarcaciones que, para acabarla de amolar, lanzan sus redes en aguas internacionales que marcan justo el límite con las territoriales mexicanas. Ese renglón de alimentación, que es un absurdo porque ya todo lo anterior lo encierra, es lo que les permite la firma de convenios y, por ende, las jugosas comisiones y la alteración de precios y tantas y tantas linduras que se tienen registradas dentro de la práctica que mejor les queda, la de la corrupción.

Y, en medio de esta hambruna, de la proximidad de escasez, de las denuncias tanto de los grandes negocios como de la crisis humanitaria, aparece como mago don Luis Videgaray para asegurar que la estabilidad macroeconómica que disfruta el país, es insuficiente para generar mayores tasas de crecimiento y atraer más inversión extranjera y entonces… ¿Qué hacemos? Porque toda esa argumentación del primer tecnócrata del presente sexenio no es más que parte del mismo guión para justificar la aprobación de más reformas estructurales, ahora en los delicados rubros de energía y hacendarios, presuntamente para generar condiciones de mayor productividad para la economía, pero que resultan en mejores reglas para las grandes corporaciones y unas cuantas familias que siguen acaparando la riqueza del país.

CONFLICTO MAGISTERIAL
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