domingo, 24 de julio de 2011

Culpable del baño de sangre actual

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¡Qué cosas! Juan Sandoval Íñiguez pidiendo ayuda a Bush para detener a López Obrador
JORGE GÓMEZ NAREDO

Y él, ¿qué?, ¿por qué se anduvo metiendo donde no debería haberse metido?, ¿por qué se fue a Roma, en marzo de 2006, a entrevistarse con el embajador de otro país, para pedirle encarecidamente que hiciera algo para que en América Latina no anduvieran los de la izquierda gobernando?, ¿por qué pidió “apoyo”, “ayuda” y/o “auxilio” para combatir al entonces candidato a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador?, ¿acaso eso de elegir a los presidentes de México no le corresponde al pueblo mexicano?, ¿acaso ésa no es la esencia de la tan mentada democracia representativa?, ¿acaso esto no viola el estado laico que supuestamente prima en México? ¿Por qué Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo y cardenal de Guadalajara, le pidió a George W. Bush, vía el embajador de Estados Unidos en El Vaticano, hiciera algo para detener a todos los de izquierda que andaban liderando los países de América Latina? ¿Por qué?

En un cable de Wikileaks, dado a conocer el jueves pasado, se describe que Juan Sandoval Íñiguez fue con el entonces embajador de Estados Unidos en El Vaticano, Francis Rooney, a pedirle apoyo para que detuviera Estados Unidos a los líderes de izquierda que andaban ganando elecciones en América Latina. En la reunión que sostuvo el prelado con el funcionario estadunidense, Sandoval dejó clara su posición sobre la política económica que debían seguir los países de abajo del río Bravo: libre mercado. En el sumario de dicho cable se lee: “En reuniones separadas, dos influyentes cardenales latinoamericanos hablaron con el Embajador Rooney de sus preocupaciones sobre el continente, e instaron al gobierno de Estados Unidos para que apoye y promueva el libre mercado y el entendimiento, entre las clases altas y bajas de la región, de la economía de libre mercado”. ¿Qué se debía andar metiendo el cardenal Sandoval Íñiguez en asuntos de economía nacional?, ¿qué debía estar pidiendo a un representante de otro país su injerencia en México?

Sandoval Íñiguez, en la reunión con el embajador estadounidense, se mostró preocupado porque personajes como Evo Morales, Hugo Chávez, el hoy finado Néstor Kirchner, Michelle Bachelet y Fidel Castro, comenzaban a hacerse de poder. Dio a entender que Andrés Manuel López Obrador podía ser uno de esos líderes de izquierda, y preguntó “si el presidente [George W.] Bush podría ayudar”. “Ayudar”, se entiende, a detener el avance del entonces abanderado de la Coalición por el Bien de Todos en las elecciones presidenciales de julio de 2006. ¿Qué tenía Juan Sandoval Íñiguez que hablar con el representante de un gobierno extranjero de asuntos de política interna mexicana?, ¿por qué tenía que andar pidiendo ayuda para “detener” a un candidato a la presidencia de la República?

En el cable de Wikileaks, se hace un comentario: “Las dos reuniones tuvieron diferentes enfoquesSandoval estaba más preocupado por las tendencias políticas de América Latina, y [Claudio] Hummes [cardenal de Brasil que también se reunió con Rooney] más centrado en los problemas sociales y económicos en Brasil–, pero ambos compartieron un énfasis en la necesidad de una mejor comprensión [entre la población de América Latina] del poder del libre comercio y del libre mercado en la región, y una esperanza en que el gobierno de Estados Unidos pueda ayudar a lograr este objetivo. El embajador apoyó estos puntos de vista y también animó a los cardenales a pensar cómo la Iglesia Católica puede contribuir a esa meta”. Ahora resulta que no solamente los tecnócratas latinoamericanos son los que buscan imponer en América Latina el neoliberalismo: también varios representantes de la iglesia católica. ¡Qué cosas!

Es sabido que la jerarquía de la iglesia católica, hace política. Ahí está el ejemplo del obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, que anda de comilona en comilona, hablando con políticos, confesando a políticos: haciendo política. Sin embargo, ¿se puede permitir que un representante de una organización religiosa pida apoyo a otro país para influir en la política interna de México? Esto es inadmisible. Pero nada pasará: Juan Sandoval Íñiguez seguirá igual, y la política que hace no se detendrá.

En el cable de Wikileaks, se menciona que el cardenal de Guadalajara arguyó que, con Andrés Manuel López Obrador, la inseguridad en el Distrito Federal había crecido. ¿Qué pensará ahora el prelado de la orgía de sangre que ha desatado Felipe Calderón?, ¿tendrá algún asomo de culpabilidad al haber él apoyado a dicho candidato panista? Habrá que preguntarle.

jorge_naredo@yahoo.com

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