lunes, 25 de julio de 2011

Lo que siembras siempre cosechas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Editorial


A tiempo.

Entendiendo que las cosas nunca pasan nada más porque, ya que en esta vida los hechos son encadenados por la acción y la reacción del devenir de los actos que se realizan. Todo sujeto a la Ley del Equilibrio.

Lo acontecido en Noruega, independientemente de que haya o no sido la operación de un solo hombre que maquinó y ejecutó todo. Lo que desde un principio se puso en duda.

Bien puede servirnos de ejemplo a nosotros aquí en México, por si se ha llegado a pensar en que nuestros soldados (dizque para foguearse) pasen a formar parte de ejércitos internacionales e intervengan en conflictos en los que nosotros no tenemos nada que ver.

En España, en Londres, supuestamente en los EEUU (aunque mucho se dice que los atentados a las Torres Gemelas fueron en realidad auto-atentados, y sirvieron de pretexto para injustificada y cobardemente asesinar a Saddam Hussein y quedarse con su petróleo)

Al igual que en otras partes del mundo, han pagado las consecuencias de apoyar las ambiciosas propensiones asesinas de los norteamericanos y sus aliados, que, persiguiendo obsesivamente el dinero, cometen todo tipo de atrocidades.

Siendo lo peor del caso, que después de todo, de que Wikileaks nos ha confirmado la clase de ambiciosos asesinos que son los yanquis y sus socios, todavía los norteamericanos quieran hacerle creer al mundo que son los salvadores de la humanidad y los paladines de la Justicia y la Democracia.

Utopías que solo existen en las mentes de los publicistas del sueño americano que tergiversan la realidad mientras su Nación económicamente se desmorona.

Y se menciona lo que les ha sucedido a otras Naciones, ahora Noruega, pues independientemente de que “Entre los hombres como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz”, como bien dijo Don Benito Pablo Juárez García, por lo que no debemos de meternos en asuntos que no nos incumben, nuestros marinos ya andan haciendo “prácticas” fuera de nuestro territorio.

Y es de considerarse si vale la pena que, en aras de tratados internacionales, se exponga aún más la inseguridad social en que vivimos. Todavía estamos a tiempo.

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