martes, 26 de julio de 2011

Una vez más acciones de fanatismo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
El terrorismo siempre es de derecha
María Teresa Jardí

Si se hubiera obligado el gobierno de Noruega, a la policía noruega, a leer a Mankell, aunque éste es sueco y no noruego, pero si al menos hubieran leído la trilogía de Steig Larsson, se habrían enterado del avance de la ultraderecha y habrían, quizá, podido vigilar a sus cabezas, como van a tener que hacer ahora, pero... con casi cien asesinados en el haber de un país donde a la muerte no se le ha otorgado el permiso como ha hecho la derecha en nuestra nación acatando las órdenes de un imperio también de derecha y asimismo terrorista. No nos equivoquemos. El terrorismo, todo, es de derecha.

ETA, que enhorabuena logró el registro de Bilbo y que parece reconsiderar el continuar por el camino de las bombas, es de derecha; aunque en México eso se haya confundido por algunos militantes que se dicen de izquierda, aunque no lo sean, para explotar ese mito y lograr una vida más o menos digna, y digo más o menos porque ya se sabe que cuando se compra con dinero la ejecución de los principios se renuncia a ser feliz.

Los locos siempre van a existir y el fanatismo que la derecha es capaz de producir nos habla siempre, aunque muchos no alcancen todavía a entenderlo así, de la locura asesina que se produce en grupos aglutinados alrededor de asociaciones secretas como es la de “El Yunque” que en México sufrimos en todo su esplendor desde que se sacara al PRI de Los Pinos. Los mexicanos debemos dejar al mundo con la boca abierta al leer las notas de los promotores del continuismo, luego del retroceso bestial en todos los sentidos a lo largo de once años de desgobiernos del PAN y como si los cincuenta mil ejecutados y los muchos desaparecidos fueran un juego televisivo.

No toda locura es siniestra. En locos de la calle se convierten los más sensibles en épocas de terrorismo de derecha. Así lo entendieron los jesuitas que laboraban en El Salvador y les costó la vida. La locura, en general, de los que eligen como su ideología a los postulados de la izquierda, es el truene al que lleva la sensibilidad que acompaña a aquellos que en el otro se reflejan.

La locura siempre va a existir. Pero el elegir ser terrorista, que no deja de ser una locura, sólo se da cuando se elige el fanatismo exacerbado que la derecha propone, justificando las más canallas de las actuaciones.

Saltan hoy como ejemplo, en Noruega, el cabeza rapada Anders Behring Breivik. En México los sicarios católicos que se hacen llamar “Caballeros Templarios”, con todo y un código justificativo de su actuar criminal, creados para realizar el trabajo sucio, por parte de la derecha panista, para imponer como desgobernante en Michoacán a la hermana de quien usurpa el gobierno federal, con las manos llenas de sangre y también las calles, enlutando a los hogares y empezando a emerger de sus tumbas los migrantes.

Lo sucedido en Oslo es lamentable, causa pavor, no se entiende ni justifica. Pero es producto de un loco fanático que responde a los dictados de la derecha.

Pero lo de aquí rebasa, con mucho, los crímenes más horrendos que en el mundo a lo largo de su historia se hayan cometido por los más sanguinarios dictadores a modo del imperio gringo. Y pensar que alguien pueda creer que el PAN, aunque sea en alianza, debe prevalecer, es locura de derecha terrorista.

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