domingo, 24 de julio de 2011

La corrupción en la Gran Bretaña

¡¡Exijamos lo Imposible!!
PROCESO:
Terremoto en el gobierno británico
Leonardo Boix
23 de julio de 201

El exreportero de News of the World que detonó el escándalo de las intervenciones telefónicas ilegales y los sobornos a policías, pagados por ese semanario, fue encontrado muerto la semana pasada. Esto y la renuncia de los dos máximos jefes de Scotland Yard le dan un giro truculentopolítico y policiacoal caso que tiene en el banquillo al magnate Rupert Murdoch y que pone en la mira al primer ministro británico David Cameron.

LONDRES.- El gobierno británico vive un momento muy complicado luego de conocerse el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales y los sobornos a agentes de Scotland Yard (la policía metropolitana) por parte de reporteros del semanario News of the World.

La crisis, que alcanza al gobierno del primer ministro David Cameron, cobró el lunes 18 su primera víctima: el periodista Sean Hoare fue hallado muerto en su departamento. Hoare, de 47 años y quien hasta 2010 fue reportero de News of the World, denunció públicamente las intervenciones telefónicas que ordenó el semanario y señaló que Andy Coulson, entonces director del tabloide, autorizó el pago de las mismas.

Coulson es pieza clave del rompecabezas que liga el escándalo de los medios del magnate australiano Rupert Murdoch con el gobierno británico, ya que el exeditor de News of the World trabajó hasta febrero pasado como jefe de prensa de Cameron.

Hoare denunció las escuchas ilegales y los sobornos a la policía en reportajes difundidos por The New York Times y el programa de investigación periodística de la BBC, Panorama. El periodista sostuvo que las escuchas ilegales realizadas por detectives privados contratados por News of the World y el soborno a los agentes policiacos no eran hechos aislados.

Su muerte pone en graves aprietos al gobierno conservador, en el poder desde mayo de 2010 tras unas reñidas elecciones generales.

El análisis del cadáver de Hoare lleva a pensar que se trató de un suicidio, pero la policía investiga todas las pistas y no descarta un asesinato. Un día después de su muerte, un amigo del reportero afirmó al Daily Mail que desde que denunció las escuchas ilegales Hoare “se volvió paranoico” y sentía que alguien del gobierno “estaba persiguiéndolo”.

Durante varias semanas, el reportero se enclaustró en su casa, donde según sus allegados consumía en exceso bebidas alcohólicas y cocaína. Aseguran que estaba muy afectado por el escándalo que desató.

“Hablaba de que alguien dentro del gobierno lo perseguía. Me dijo: ‘Si preguntan por mí, diles que no estoy’”, afirmó el amigo de Hoare, quien pidió el anonimato.

“Libraba una batalla constante contra el alcohol y las drogas. Temía que lo asesinaran los servicios secretos y los espías de la reina. Sus denuncias abrieron la puerta a uno de los mayores escándalos que se han dado en el gobierno británico”, afirmó la fuente.

La crisis por las escuchas ya hizo renunciar al alto comisionado de Scotland Yard, Paul Stephenson, y a su segundo, John Yates, señalados por no investigar a tiempo y de manera transparente los vínculos entre Coulson y las intervenciones telefónicas auspiciadas por News of the World, ni los nexos entre el grupo de Murdoch, News International, y la policía.

Cuestionamientos

La caída de los dos jefes policiacos de mayor rango en Gran Bretaña ejerció mucha presión sobre el primer ministro, quien se vio obligado a suspender el receso de verano del Parlamento y convocar a una sesión extraordinaria en la Cámara de los Comunes.

En esa sesión, realizada el miércoles 20, el primer ministro evitó pedir disculpas por haber contratado a Coulson, como se lo exigió el jefe de la oposición, el laborista Ed Miliband, quien señaló que Cameron incurrió en un “catastrófico error de juicio” al realizar esa contratación. Cameron manifestó que sólo se disculpará si su exjefe de prensa es procesado y condenado.

Ese día el parlamentario laborista Chris Bryant declaró a la BBC que integrantes de la familia real “estaban muy preocupados por la contratación de Andy Coulson y se lo hicieron saber de forma muy clara al primer ministro.

“Los nietos de la reina (los príncipes Guillermo y Enrique) sufrieron el hackeo de sus teléfonos. Y probablemente otros miembros de la casa real. Es totalmente comprensible que estuvieran preocupados por la llegada de Coulson. Después de todo, Andy fue editor de News of the World cuando los teléfonos de los príncipes fueron intervenidos. Eso no está en duda”, sostuvo el parlamentario.

Durante la sesión extraordinaria le llovieron críticas a Cameron, entre éstas la referente a la fallida venta de la plataforma de televisión por cable BSkyB. En su defensa, el primer ministro sostuvo que no violó el código ministerial al reunirse con directivos del grupo News International cuando su gobierno consideraba la oferta de Rupert Murdoch para adquirir esa plataforma televisiva.

De haberse concretado esta transacción, el magnate hubiera pagado más de 4 mil 500 millones de dólares a cambio de obtener un poder casi absoluto en los medios británicos.

Según Miliband, Paul Stephenson fue víctima inocente de la inacción del gobierno conservador y por ello instó al primer ministro a que rindiera cuentas.

Para desmarcarse de los señalamientos, Cameron anunció que las investigaciones públicas del caso estarán a cargo del juez Lord Leveson y abarcarán no sólo las escuchas telefónicas sino también el vínculo más amplio que mantienen los medios con el gobierno británico y con el poder político en general.

“No sabía nada”

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