¡¡Exijamos lo Imposible!!
La derecha también es productora de monstruos
María Teresa Jardí
La derecha pretende salvar al mundo, cuando no del comunismo, del socialismo y cuando no del marxismo y agotadas esas opciones, arremete contra el Islam y también le sirven los homosexuales y las prostitutas, a las que explota, como punto de partida de sus fobias... Pero a final de cuentas siempre acaba convertida en productora de monstruos.
En Noruega el monstruito declara que “no se arrepiente” del crimen con el que se enluta a ese país para siempre.
En México el llegado, “haiga sido como haiga sido”, por él mismo reconocido, como usurpador del Poder Ejecutivo: “no se arrepiente de su declaración de guerra contra el narcotráfico”, ni siquiera luego de cincuenta mil impunes ejecutados, lo que en el fondo deja en claro de cara a la historia y para la humanidad entera, que es una guerra de exterminio de pobres. Cincuenta mil impunemente ejecutados en su haber, según cifras públicamente reconocidas por las instancias que el monstruo mexicano controla, que además de teñir a México para siempre de sangre, a él lo exhiben como un genocida.
Nada tiene de extraño que el monstruito noruego haya viajado por el mundo para ponerse en contacto con otros como él para promover y compartir con asesinos de la misma ideología fascista que siempre pasa por la limpia del otro. Nada tiene de extraño que México haya sido una parada obligada.
¿Acaso aquí no tenemos los mexicanos a “El Yunque”? Y ni qué decir del esperpento de la derecha, del PAN, más que posiblemente, que se denominan a ellos mismos o por acuerdo con sus amos: “Caballeros Templarios”, para garantizarse a Michoacán como punto de partida de las operaciones para escalar el nivel de violencia, de cara a prevalecer la derecha, de momento, aunque sea otros seis años, “haiga sido como haiga sido”, porque no puede, como es obvio, prevalecer de otra manera. Confiando en que su Dios ya les indicará el rumbo asesino que deberán tomar para dentro de siete años seguir prevaleciendo en un país donde nada es lo que tendría que ser.
Lo ocurrido a Javier Sicilia es profundamente lamentable. Pero en malos defensores de los derechos humanos se convierten, en general, las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos. Defender los derechos humanos pasa por elegir esa opción de vida, lo que en general nunca hacen las víctimas, antes de que otros las hayan convertido en víctimas. Javier Sicilia no es ni el primer caso, ni es el único caso. Pero en el caso de Javier, inteligente como poeta, un poco demasiado es que compare a López Obrador con Calderón. Cuestión de lógica elemental. El primero no tiene las manos ensangrentadas con la muerte impune de cincuenta mil ejecutados, ni tampoco tiene en su haber ningún desaparecido, ni tampoco tiene torturados. Ni es creador de grupos paramilitares. Ni se le sabe ladrón a pesar de los muchos esfuerzos que los organismos de inteligencia que el usurpador maneja habrán hecho para encontrarle aunque fuera esa pega en el país donde ser ladrón si se es además empresario o político se considera un mérito y no el destructor delito que cometen todos los inmorales, también, corruptos a modo y entreguistas del imperio que el terrorismo encabeza porque en ese lugar mandan los que convertidos a sí mismos en amos del mundo manejan a los gobernantes gringos como títeres criminales.
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