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Narco entrampa a partidos
Gana terreno cártel de “Zetas”, pues desde la evaluación de la consultora Straffor, “no ha habido reversas significativas en general; Los Zetas no han desaparecido de la escena o ha perdido cantidades sustanciales de territorio”
MEXICO, DF, 21 de junio (Lilia Arellano-Estado de los ESTADOS).- Más de 41 mil muertos podrían ser razón más que suficiente para variar la estrategia de una guerra, pero Felipe Calderón y el PAN insisten en su fallida táctica de combate a algunos de los cárteles del narcotráfico, lo que sin duda alguna persistirá hasta el fin del sexenio, sin que a final de cuentas se alcance un resultado significativo. Lo peor es que en las filas del PRI se encuentran también entrampados en este gravísimo problema como lo muestra el hecho de que la Fundación Colosio impulsa desaparecer la Secretaría de Seguridad Pública y transformar la Procuraduría General de la República y de inmediato es frenada por el líder priísta Humberto Moreira, quien considera que esa es sólo una propuesta que está a consulta para construir su plataforma política rumbo al 2012.
Por su parte, la estrategia de los partidos que izquierda que impulsan la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador se centra en atacar las raíces sociales del problema, a través del combate a la pobreza y una mejor repartición de la riqueza, por medio de acciones directas que impulsen la creación de empleos, sobre todo para la población joven que se ha visto imposibilitada a acceder a ellos, y la construcción de centros de educación media y superior para atender a la población estudiantil que se ha quedado al margen del sistema educativo y que constituyen los millones de los denominados “ninis”, es decir, que ni estudian ni trabajan.
El resultado de la elección federal del 2012 habrá de ser determinante para conocer la perspectiva del futuro de la guerra a los cárteles del narcotráfico en México. De ganar el PRI o, en un remoto y pesado caso de que el PAN se imponga, la perspectiva es funesta pues se seguirá la misma estrategia diseñada en los Estados Unidos y que responde, por supuesto, a sus propios intereses para administrar el mercado de la droga, garantizar el suministro a su amplia población adicta y controlar los precios de la misma. Al mismo tiempo, garantizar que las ganancias del narcotráfico se laven en su sistema financiero, el cual sin esos cuantiosos recursos hace muchos años que hubiera colapsado, peligro que actualmente es inminente.
En los últimos meses poco o nada se ha avanzado en este complejo problema, a pesar de que la violencia del crimen organizado ya rebasa las 41 mil víctimas desde que asumió el poder a fines de 2006 Felipe Calderón, quien lanzó una estrategia militarizada para atacar a los cárteles y desarticularlos, objetivo que está cada vez más lejos de alcanzarse.
El Pentágono estadounidense sigue de cerca la conflagración en territorio mexicano. Actualmente el jefe del Comando Norte, almirante James Winnefeld, considera que los cárteles de la droga no representan una “amenaza existencial” para el gobierno de México, aunque son un “serio desafío” en ciertas zonas del país. Durante una audiencia para su confirmación como subjefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el jefe militar señaló no estar preocupado “por la viabilidad de la democracia del gobierno central” de México. Para Winnefeld, la corrupción de los cárteles se ha filtrado sólo en los niveles bajos de las instituciones. “Mientras más subes en los cuerpos de seguridad, menos contaminados están”, aunque esa opinión no es compartida por otros observadores nacionales.
Aunque el problema en este momento no es la existencia de la democracia mexicana, sino el entorpecimiento que ha representado para la viabilidad y el progreso de la Nación en su conjunto la guerra contra el narcotráfico y los cuantiosos recursos que se desperdician en ella, porque tal y como está planteada no hay forma de que la administración federal salga victoriosa. Lo que es peor es que en los próximos meses, se espera que la violencia escale en ciudades de Tamaulipas y en Monterrey por el enfrentamiento entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, así como un repunte en Ciudad Juárez,
La consultora Straffor, con sede en Austin, Texas, advierte en su segunda actualización del año sobre la lucha antinarco en México, que el gobierno federal no podrá destruir en el corto plazo ni a “Los Zetas” ni a los “Caballeros Templarios” a pesar de enfocar a ellos sus más recientes esfuerzos al considerarlos los cárteles más violentos. Señala que “recientemente, está volviéndose claro que el Gobierno mexicano ha enfocado sus esfuerzos (y la mayor parte de sus fuerzas militares) en destruir a los grupos de cárteles que considera los más violentos, especialmente aquellos que son más violentos hacia los civiles. Es por eso que se han lanzado tres importantes campañas militares en los pasados tres meses contra los Zetas y los Caballeros Templarios. Debemos esperar que estas campañas continúen en los próximos tres meses, aunque dudamos que el gobierno sea capaz de destruir a cualquiera de estos bien arraigados grupos en el corto plazo y, ciertamente, no en el siguiente trimestre. Sin embargo, tendremos que ver evidencia de que los esfuerzos del Gobierno tengan impacto”.
En abril pasado, Straffor había asegurado que el Cártel de Sinaloa ganaba terreno y en su nueva actualización sostiene que con el grupo criminal sinaloense, Los Zetas encabezan otro polo de cárteles. Desde la evaluación de esa consultora, “no ha habido reversas significativas en general; ninguno de los cárteles identificados ha desaparecido de la escena o ha perdido cantidades sustanciales de territorio”.
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