viernes, 10 de julio de 2009

Hablando de renuncias ¿por que no la de fecal?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL

Entre el poder de la mente y el poder de Dios.

Como todas las cosas del Universo obedecen a la Ley de “voy y vengo”, existe la teoría de que hay enfermedades psicosomáticas, es decir, que son producidas por la mente.

Pero si eso fuera cierto, la mente, obedeciendo a la creencia generalizada de que tiene poderes casi sobrenaturales, podría curar cuando menos las enfermedades que produce.

Lo que ciertamente no funciona así, a pesar de la enorme cantidad de charlatanes que aseguran hacerlo.

El Poder de la Mente se cuestiona cuando en un partido de fútbol en el Estadio Azteca, la gente apoya a rabiar a la selección nacional que se juega el todo por el todo contra la selección de los EEUU; y a pesar del apoyo colectivo, unánime y por demás entusiasta, perdemos.

Pues así como el Poder de la Mente no existe, el Poder de Dios, anda por las mismas. Y lo acabamos de ver en las recientes elecciones en las que desde los púlpitos fueron voceros del proyecto panista. De tal suerte que hasta emitieron un desplegado en casi todos los periódicos en el que publicaron sus “pecados Electorales”.

Una sarta de estupideces, muy comunes dentro de la iglesia católica, con las que el nefasto clero intentó de nueva cuenta llevar al PAN al triunfo, que solo pudieron demostrar la inexistencia e inoperancia de su exclusivo Dios, quien finalmente no pudo hacer nada para que México se convirtiera en un santuario.

Pero si ya renunció Germán Martínez y se espera la renuncia de Jesús (Ortega) ¿No también habría que tomar acciones en contra de los representantes del otro fracasado Jesús, que siempre han estado a lado de los poderosos y trasgredieron cínicamente las Leyes?

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