JTatik Samuel: el Ombudsman de los mexicanos
María Teresa Jardí
María Teresa Jardí
Qué tiernos los panistas: no quieren un espurio como presidente de su partido. El usurpador para que lo suframos los mexicanos. Que se aguante el pueblo compuesto por indios. Los panistas, tan criollos, de espurios nada, de nada. Incluso se deben soñar blancos, en los ratos, en que opio y el prozac, les deja vivir en el país creado por ellos, para ellos, sin mezclas con el pueblo que la derecha tanto desprecia.
Admiradora de Hitler que es la derecha que en México sufrimos. De raza aria, se sueña, como los perros. No es lo mismo un callejero que un caniche o que un afgano, deben pensar, los que eligen esa ideología perversa como rectora de sus vidas. La derecha apoderada del poder que, empeñada está en destruirlo todo para beneficio propio. El exterminio de las minas concesionadas a empresas canadienses que las explotan a cielo abierto, lo que está prohibido en cualquier país civilizado del mundo. La destrucción de los cerros, literalmente arrasándolos. El agotamiento de los ríos, al grado de que ya llega a niveles tan bajos la escasez de agua, que la que queda en los acuíferos se convierte en asesina. Asesina, sí, el agua que es la dadora de vida por excelencia. Acaparadora de las tierras, ladrona, ladrona, ladrona… hasta el último recoveco del alma. Malas personas, incultas, impresentables e ineficientes políticos de quinta, ladrones, ladrones, ladrones… única característica por la que serán recordados por la historia los salidos de esa ideología perversa, que al mundo domina, sin querer entender que ya la alcanzó la debacle de su caída. Y peor aún los exponentes de la derecha a la mexicana, empeñados en ser incluso la caricatura extrema de la ideología de derecha que al mundo sigue queriendo dominar sin entender que son muy pocos sus integrantes y muchos, muchísimos, millones a los que cada día más se suman, los que no somos de derecha.
El obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Don Samuel Ruiz García, es un hombre controvertido que despierta odios profundos entre unos cuantos y amores hasta la veneración con fuertes raíces en muchísimos, muchísimos, muchísimos…
Ayer decía que no hemos tenido un Ombudsman en México. Y, por eso, hasta busca la derecha poner en manos del impresentable ministro Mariano Azuela, de ultraderecha extrema, el aparato inservible y carísimo para el pueblo que es la inconcebiblemente gigantesca CNDH. La figura del Ombudsman, como institución del Estado, en México, como la policía, no existe. El gigantesco aparato de comisiones —-gubernamentales, en realidad—- de derechos humanos no son, como mentirosamente quieren hacerle creer al pueblo, que nada les cree, por otro lado, una cadena de Ombudsman. El pueblo sabe —sabios que son los pueblos— que no es ahí donde debe buscar el amparo que en un verdadero Ombudsman se encuentra.
Y por eso el pueblo reprimido en JTatik Samuel, lo busca y es ahí donde lo encuentra. De Acteal a Atenco, pasando por los presos políticos, por los desaparecidos, por los torturados y por los impunemente ejecutados, por los que reclaman tierras y por los que se oponen a la explotación irracional de las minas… Don Samuel está presente donde lo reclama la gente sencilla, que es siempre la apaleada, por el poder, desde el poder.
Ya antaño habíamos tenido otro Ombudsman, Don Sergio Méndez Arceo. Hoy Don Samuel, al anterior ha sucedido como incansable opositor a la injusticia y al pisoteo a la dignidad de los indígenas, pobres, entre los más pobres. Solidario luchador por las mejores causas, al lado de todos los pueblos de nuestra América Latina. En medio de las celebraciones por los cincuenta años de su caminar, como obispo al lado del pueblo, vive, Don Samuel, a lo largo de este año, a sus 85 años de vida, el jubileo de cargo que lo convirtiera en una mucho mejor persona.
Hagamos votos por el bien de Latinoamérica, en estos momentos angustiosos de nueva avalancha de golpes de Estado que prueban suerte en Honduras, para que siga vivo durante muchos más años el verdadero Ombudsman mexicano Don Samuel Ruiz García, el JTatik Samuel, el ¡Canan Lum!, el cuidador del pueblo, Sam, Samy, Padre querido, Acompañante del pueblo, JTatik siempre hermano, siempre al lado del que más lo necesita. Suertuda, que a veces soy, asistí al evento celebrado en el CUC del que mañana les cuento.
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