¡¡Exijamos lo Imposible!!
El profesor tzotzil, Alberto Patishtán, preso por ser indígena
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Parece que el peñismo asumió el cargo presidencial con los resabios de
un autoritarismo a la Antonio López de Santa Anna (para saber lo que
éste provocó, está el libro de Carmen Vázquez Mantecón: Santa Anna y la
encrucijada del Estado. La dictadura: 1853-1855, en el FCE, ahora en
manos de Salinas a través de uno de sus más fieles escuderos). Y es que
su “reforma” fiscal, con el sonsonete de que “paguen más los que más
tienen”, se quiere llevar entre las patas a los trabajadores; y con la
contrarreforma educativa, a los maestros para privatizar la educación.
Peña-Videgaray, con la asesoría de Pedro Aspe, quieren que paguen más
los que menos tienen; o sea, los trabajadores. Permitiendo que las
cargas fiscales de los empresarios-patrones, se les cobren a los
trabajadores suprimiendo sus conquistas laborales. El peñismo quiere una
explosión social, no digo revolucionaria, como la de Ayutla que echó a
la calle a Santa Anna, pero sí revueltas por todo el país ante la falta
de soluciones y la gran cantidad de problemas que está creando. Y para
colmo de este desastre económico, político y social, la pareja
“Ingrid-Manuel” ha abortado su ineficaz programa de combate a la
pobreza.
Un asunto a punto de estallarle a Peña, es el problema de la Tribu
Yaqui, en Sonora, porque insiste en apoyar al desgobernador al
permitirle que se robe el agua que, por decreto presidencial de Lázaro
Cárdenas le pertenece a esta tribu, junto con el resto de los sonorenses
del sur. También tiene el problema de los más de 8 mil indígenas presos
(Víctor Chávez en El Financiero: 27/IX/113) que reporta la Comisión de
Asuntos Indígenas, en la Cámara de Diputados Federales; porque siendo de
delitos federales, no les han proporcionado intérpretes y hay mucho
burocratismo, saña y odio por parte de jueces, magistrados y ministros
del Poder Judicial Federal, y de los estados, por el sólo hecho de ser
indígenas.
Es el caso del profesor tzotzil Alberto Patishtán Gómez, que lleva
encarcelado 13 años porque lo han juzgado parcial e injustamente,
pisoteando el Art. 17 constitucional. Es una venganza, ratificada por el
tribunal colegiado del vigésimo circuito de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; y
sus abogados, defensores y organizaciones pro derechos humanos han
probado que es torturado. Es una injusticia que el peñismo y sus
acusadores toman a la ligera, como si fuera un caso aislado de la crisis
de rebeldía que cunde por el país, por los malos gobiernos del PAN y lo
que va del peñismo.
El abogado José Antonio Ruiz Chávez está pendiente de la injusticia a
Patishtán. Así están los más de 8 mil indígenas que retrata la excelente
investigación de Paco Ignacio Taibo II: Yaquis, historia de una guerra
popular y de un genocidio en México (editorial Planeta). Y nos recuerda
que los desgobernantes siempre han querido exterminar a los indígenas.
Estos son los judíos del sistema presidencialista. Sólo que habitan por
todo el país, no se han extinguido y están en pie de lucha, con el resto
de los mexicanos maltratados por los malos gobiernos. Ayer Santa Anna.
Hoy Peña Nieto.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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