¡¡Exijamos lo Imposible!!
Blog Pedro Echeverria
Anarquista no es un título sino quien lucha contra el poder, jerarquía, Estado, partidos
Pedro Echeverría V.
Libertad a los presos políticos
1. Me alarma la enorme campaña –también la brutal represión- que se
ha desatado contra los jóvenes (casi todos universitarios nombrados
“anarquistas”) por el hecho de encabezar manifestaciones de protesta.
Son esos jóvenes –en muchos países- quienes por lo menos desde hace 15
años, buscan encabezar las manifestaciones contra los gobiernos de la
burguesía. Sin los jóvenes anarquistas nuestras manifestaciones (como la
del 2 de octubre de 1913) serían un simple paseíllo diversionista
acordonado o encapsulado por decenas de miles de policías. En la marcha
del pasado dos de octubre fueron los jóvenes de la vanguardia quienes
reclamaban el paso al Zócalo y fueron los gendarmes los que iniciaron
los empujones y el arrojo de gases lacrimógenos.
2. Antes la burguesía en el poder (gobierno, Estado, empresarios,
medios de información) perseguía a los comunistas, luego a los radicales
y hoy a los anarquistas. Los acusaba de ser causantes de los males de
la sociedad, pero esa clase opresora en el poder quedó desnuda al
demostrarse que la explotación, el hambre y la opresión política que
sufre el pueblo, es causada por el sistema capitalista y un puñado de
saqueadores. Quedó claro que ejército, armada, aviación, policías,
tribunales, jueces y todo, es parte defensora y represora del Estado;
que sin ellos esa minoría opresora sería aplastada por el pueblo
trabajador que es el 90 por ciento de los habitantes. Por ello todos los
aparatos de poder, además del PRI, PAN y demás partidos, subsidiados
por el Estado, persiguen a los anarquistas.
3. El anarquismo tiene principios filosóficos, morales, políticos,
que a través de la práctica se han venido construyendo durante siglos.
Bakunin, Malatesta, Kropotkin, más que teóricos fueron hombres de lucha,
de confrontaciones, de cárceles, de exilios. Reconocieron la gran
inteligencia y producción teórica de Marx, pero le reclamaron que
hablara de “dictadura revolucionaria del proletariado” y del
establecimiento de un “Estado proletario”. Le plantearon que ese sería
el origen de la instalación de una nueva clase dominante, autoritaria y
burocrática que en nombre del proletariado, se impondría. Los
anarquistas por el contrario plantearon la autogestión, el autogobierno,
el poder directo comunitario, las cooperativas, la inmediata
distribución de la riqueza.
4. Puede ser larga la discusión entre marxismo y anarquismo, pero lo
importante son las prácticas políticas. En nombre de Marx –incluso
falsificando su pensamiento de “socialismo para países altamente
desarrollados”- se levantaron gobiernos de diferente líneas (rusa,
china, yugoslava, cubana, nicaragüense) que se vinieron abajo o
simplemente fueron sometidas por el capitalismo. Los anarquistas no
construyen Estados, gobiernos o partidos; no asumen ningún poder, sólo
han buscado la autogestión, el autogobierno, el desarrollo colectivo de
la conciencia. Alguien preguntaría: ¿Qué pasaría con los diputados,
senadores, gobernadores, presidentes de la República, si el pueblo se
autogobierna, si las fábricas son administradas por los trabajadores, si
la riqueza se reparte equitativamente?
5. Los anarquistas buscan “hacer posible lo imposible”, son muchas
veces utopistas que buscan transformar profundamente la realidad y
luchan contra quienes son conformistas con esa realidad que les imponen.
¿Cómo pudo la burguesía someter a la clase obrera encuadrándola en su
sistema de explotación y dominación si ésta debía enterrarla? ¿Cómo pudo
engullir a las clases medias al sistema consumista y de enajenación si
se suponía que tendrían mejores niveles educativos? ¿Cómo pudo dominar a
los “intelectuales” poniéndolos a su servicio si se supone que leían y
pensaban? La burguesía lo ha podido todo con los gigantescos recursos
políticos, económicos y militares que posee. Pero tengo confianza de que
abajo saltará el topo, como diría Marx, que romperá la tierra.
6. La batalla –como plantean los anarquistas- hay que darla en todos
los frentes y en todos los países. Las luchas gremiales hay que
apoyarlas pero sin olvidar sus limitaciones; las batallas locales
–aunque muy concretas- por la justicia deben ser acompañadas buscando
que logren sus objetivos. Pero jamás olvidar que sólo son pequeños
eslabones que debemos romper para que las cadenas que nos aprisionan en
el mundo podamos destruirlas. El imperialismo yanqui nos esclaviza desde
hace un siglo por lo menos; las políticas en México han dependido de
ese sometimiento; nuestros gobiernos se han arrastrado obedeciendo
órdenes y nosotros no hemos dejado de ser temerosos ante ellos. Es
tiempo de liberarnos para ayudar a que otros lo hagan. (10/X/13)
http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario