jueves, 3 de octubre de 2013

PRI y su misma represión de hace 45 años

¡¡Exijamos lo Imposible!!


Aniversario peliculesco
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Regreso a la represión de hace 45 años
Se enfrentan anarquistas y granaderos
Se detectó a los policías con disfraz
Aumenta la inconformidad contra EPN
Se unifican partidos contra las reformas
Siguen maestros firmes en su demanda
Impunidad, riqueza y cinismo insultantes


“La ambición es el último refugio del fracaso”.- Oscar Wilde

Para quienes observamos el desarrollo de los acontecimientos de este día, el vértice se centra en las acciones tanto de los inconformes como de las autoridades. Unos y otros se presentaron como actores de una mala película de acción que despertó temor al presentarse contingentes conformados por miles de jóvenes y adultos cuya marcha significaba un reto para otros millares de uniformados que los observaban con coraje, dispuestos unos a continuar avanzando y los otros listos para atacarlos.

Las huestes contratadas por el gobierno se lucieron con agresiones sobreactuadas, en las que no resultó difícil identificar a policías vestidos de civil que, una vez en su papel, detuvieron a los manifestantes y a golpes los subieron a camionetas de la Secretaría de Seguridad Pública. Estos infiltrados se hacían señas con otros que pertenecían a grupos de choque. Se identificaban a través de la vestimenta: pantalones de mezclilla y playeras con estampados casuales y baratos. Eran miles los inconformes y más de 8 mil los policías preventivos y dos mil federales. ¡De ese tamaño es el miedo que tienen las autoridades a los ciudadanos!

Entre los llamados “anarquistas” y la policía se dieron los jaloneos y si bien los heridos fueron 51, cuarenta y siete de ellos fueron atendidos en las banquetas o dentro de las ambulancias; solamente 4 ingresaron a hospitales, tres a la Cruz Roja y uno con mayores posibilidades económicas al Mocel, las interrogantes surgen en cuanto a los detenidos. Hasta el cierre de estas líneas no se tenían datos exactos, ni siquiera el número global de ellos y, por supuesto, tampoco se sabía de su paradero, de la delegación donde se encuentran recluidos.

Para la autoridad ha sido exitoso el no tener registro de muertos, sin embargo para la población, la represión y los ataques recibidos con la pretensión de desacreditar un movimiento que engloba diversos rechazos e inconformidades despiertan mayor ira y los líderes aseguran que habrá otras manifestaciones, “las que sean necesarias hasta que Peña Nieto y sus compinches entiendan”. Para quienes, en el ejercicio del periodismo corrimos ante la presencia de los carros-tanque de bomberos tratando de disolver las marchas que se hacían sobre San Cosme, en las cercanías de la Normal, la historia volvió a repetirse pero ahora con una clara división social en la que muchos uniformados están convencidos de que cometen arbitrariedades pero no quieren perder el empleo.

Este miércoles quedó claro que son muchos los frentes que tiene abiertos la administración del mexiquense, quien sigue sumando sectores de la población en contra por la ineficacia de su gabinete y, sobre todo, por el empecinamiento en sacar las reformas estructurales que a nadie convencen y que afectan a la mayoría de la población. La inconformidad, manifestada abiertamente en las calles de la capital de la república y las principales ciudades del país, habla de la desaprobación de los mexicanos al nuevo régimen priísta. Este dos de octubre, a las concentraciones de los maestros que rechazan la reforma educativa y las leyes secundarias en la materia, se sumaron estudiantes y organizaciones sociales que conmemoraron el 45 aniversario de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, que también sirvió de catalizador a la inconformidad social que acumula la gestión del mexiquense.

El fenómeno de la violencia se hizo otra vez presente en la marcha del “2 de Octubre”. Grupos de jóvenes encapuchados, que se autodenominan “anarquistas”, se enfrentaron con piedras, tubos, palos y diversos objetos, contra elementos de Seguridad Pública del Distrito Federal, que les impidieron el paso hacia el Zócalo capitalino, y que se resguardaron tras sus escudos y respondieron lanzando gases lacrimógenos a los manifestantes.

En el enfrentamiento de Eje Central y Tacuba, hasta un reportero de Canal 11 resultó herido en el rostro al recibir el golpe de un trozo de botella. En el mismo, se lanzaron cohetones y se arrancaron vallas metálicas que resguardaban los comercios de la zona. No obstante, los manifestantes fueron repelidos incluso con extintores en Eje Central y Avenida Hidalgo y los obligaron a virar hacia Reforma.

Un segundo enfrentamiento se suscitó en Paseo de la Reforma e Hidalgo, donde los anarquistas usaron bombas molotov, petardos y piedras, lo que provocó la intervención de unidades de caballería. Dirigentes de la manifestación llamaron a sus compañeros a no caer en provocaciones, aunque sólo el grupo de anarquistas fue el que se enfrentó a los granaderos a espaldas del Palacio de Bellas Artes.

Alrededor de 15 mil jóvenes, estudiantes, maestros, miembros del Comité 68 e integrantes de organizaciones sociales partieron de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, y se trasladaron al Ángel de la Independencia, mientras que algunos contingentes pretendieron llegar hasta el Zócalo capitalino, donde fueron detenidos por policías y vallas metálicas que se colocaron desde la noche del martes.

Fueron encabezados por integrantes del Comité 68, como Jesús Martín del Campo, quien criticó la excesiva presencia de policías y granaderos, más de 8 mil, así como 2 mil policías federales, y señaló que es un síntoma de la política de represión del Gobierno, por lo que una de las exigencias es que desaparezcan cuerpos policíacos de carácter represivo, lo cual dadas las demostraciones de ayer es una petición que no tendrá eco, sino que descargará sobre los marchistas otra serie de críticas sostenidas por el daño que causan a los defeños, sin tomar en cuenta que quienes habitan estas tierras están más que acostumbrados a estas acciones.

Otro integrante de dicho comité, Félix Hernández Gamundi, reiteró que no caerán en actos de provocación aunque señaló que intentarían llegar al Zócalo capitalino. Al llegar la vanguardia de la movilización a la Avenida Hidalgo, se les sumaron maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) e integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que acompañaron a grupos de la UNAM, del Politécnico, de Chapingo y miembros del Sindicato de Tranviarios y del ISSSTE, entre otrosLa Avenida Juárez, de Paseo de la Reforma al Eje Central, fue cerrada a la circulación. Avenida Reforma, desde Sevilla al Eje 1 Norte, también fue bloqueada.

En Avenida Reforma, los contingentes se reorganizaron para seguir su marcha hacia el Ángel de la Independencia donde realizaron un mitin. Sin embargo, los enfrentamientos entre los grupos de anarquistas y los granaderos continuaron no sólo en Eje Central y Avenida Hidalgo, sino también en Reforma, Bucareli y el Monumento a la Revolución. En esos puntos, los jóvenes lanzaron proyectiles a los granaderos, entre ellos cohetones, bombas molotov, piedras y palos, los policías repelieron la agresión con líquido de extintores. Sobre Bucareli, Puente de Alvarado y el Monumento a la Revolución continuaron los enfrentamientos, en los que resultaron heridos ciudadanos que pasaban por esos lugares.

Frente al Senado de la República, se escenificó otro combate entre un grupo de policías y manifestantes, luego de que poco más de 50 jóvenes fueron detenidos y subidos a un camión de granaderos tras realizar actos violentos. Los inconformes intentaron impedir el paso de la unidad de la Secretaría de Seguridad Pública, pero los granaderos comenzaron a rociar gas pimienta para desplegarlos. El gobierno del Distrito Federal identificó a un grupo de al menos 200 anarquistas, quienes participaron en los actos violentos que incluyeron la destrucción de establecimientos comerciales.

La marcha enfiló al Ángel de la Independencia, donde con un minuto de silencio en recuerdo de los estudiantes caídos en 1968, inició el mitin conmemorativo de la matanza de Tlatelolco. Uno de los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga, Félix Hernández, señaló que es inadmisible e ilegal que a 45 años, el estado quiera iniciar un acto de exacción con el bloqueo por parte de los granaderos en una amplia zona de la ciudad. Indicó que “no podemos retroceder en algo que ganamos hace 45 años, cuando demandamos la desaparición del cuerpo de granaderos. Hoy lo volvemos a plantear”.

Destacó que desde 1968, el zócalo capitalino no había estado cerrado para las expresiones políticas. Dijo que “eso es lo que reclamamos aquí. No vamos, no podemos regresar a las situaciones de antes de 1968, cuando ese espacio público era exclusivo del gobierno federal y sólo estaba reservado a los desfiles militares del 16 de septiembre y del 20 de noviembre, e incluso las concentraciones obreras encabezadas por el entonces líder de la CTM, Fidel Velázquez”.

Es difícil ubicar y riesgoso asegurar que los “anarquistas” conforman una modalidad para hacer aparecer los movimientos de ciudadanos como violentos, porque es así como justifican las acciones de represión policiaca y se da margen a que se solicite la intervención del orden público. Líderes de partidos afines al PRI hasta llegan a asegurar que hay “profesionales” que buscan la desestabilización. Todo esto contribuye a enrarecer el panorama, a evitar que se vea la realidad que no es otra que el rechazo, mismo que, reiteradamente señalan, manejan con civilidad. Con esas identificaciones de policías de civil, las agresiones muy marcadas de estos grupos, sus detencionesque permiten que realicen otras contra manifestantes pacíficos-, se advierte que ni siquiera para la contención sin embestidas están preparados los uniformados y sus jefes. Son cuatro décadas y media de un movimiento del que mucho se ha hablado sobre los cambios propiciados, sin embargo ayer se comprobó que “estábamos mejor cuando estábamos peor” y que la lucha por la democracia, la libertad y la soberanía solo ha tenido pequeños arranques que no han llegado a ningún resultado palpable.

Crece inconformidad

A dos meses de cumplir su primer año, los resultados brindados por la administración de Enrique Peña Nieto son totalmente negativos: la economía en declive, ya en recesión; la inseguridad incrementándose y la ola de violencia agravándose en el territorio nacional; en política, el abierto rechazo a las reformas estructurales que impulsa el Gobierno federal, tanto de grupos de izquierda que llaman a oponerse a la reforma energética, como de organismos cupulares de la iniciativa privada que también exhortan a salir a las calles contra la reforma hacendaria del mexiquense.

En materia de seguridad, tras transcurrir 10 meses de la presente administración federal no hay avances, a pesar de los discursos oficiales: el 68 por ciento de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro, mientras que sólo 31.7 por ciento estima que es seguro, de acuerdo con el último reporte en este rubro del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG).

Por lo que toca a la reforma hacendaria, diputados federales del PAN llamaron a la ciudadanía a salir a las calles para manifestarse en contra de la reforma hacendaria. Los legisladores de Acción Nacional señalaron que también saldrán a la vía pública para explicar a la población por qué será perjudicial la reforma fiscal que impulsa el gobierno de Peña Nieto. Mientras, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) sostuvo que el 90 por ciento de lo propuesto en la iniciativa de reforma hacendaria presentada por el Ejecutivo se debe cambiar. Los dirigentes empresariales consideran que todo el documento se debe revisar ya que como está “no va en pro del crecimiento y puede alargar la recesión”.
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