¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
A coro, otra vez, le gritaron “¡traidor y vendido!” a Zambrano
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
El
Pacto de la Moncloa fue un Acuerdo firmado en España cuando el
derrumbamiento del franquismo en 1977. Ahora, el “chuchismo” de Jesús
Zambrano y Jesús Ortega –los gemelos del izquierdismo infantil– lo
copiaron y rebautizaron para Peña como: “Pacto por México”, aunque ha
terminado por ser sólo el Pacto por… Peña (PCP), que está sustituyendo
al Congreso de la Unión y tiene al borde de la rebelión a la mayoría de
los senadores y diputados federales.
Pero ese par de cínicos están recibiendo, como en la letra del clásico
de Chava Flores: “peso sobre peso”, como pago a sus serviciales
servicios al peñismo para afianzar al Grupo de Atlacomulco, al grado de
que los peñistas andan con ensueños de reformar más a la Constitución
para derogar la “No Reelección” que incluye al Presidente de la
República… ¡para reelegir a Peña! Y por cierto el tío de don Enrique,
Arturo Montiel –quien abusando de favores judiciales sigue reteniendo a
los hijos que tuvo con su ex esposa francesa–, se apunta a ser
nuevamente precandidato presidencial. El “uno-dos” de la mafia
mexiquense, si es que antes no hay golpismo militar si Peña insiste en
que “no hay marcha atrás”.
Con micrófono en mano para canalizar apoyos a su causa peñista, codo a
codo con los perredistas que salieron el 15 de septiembre, para
protestar contra la privatización de Pemex, Zambrano empezó su discurso,
cuando lo silenciaron con gritos de: “¡traidor y vendido!”. Quiso
dominar con su aguardentosa voz de bebedor de vinos al estilo del
borracho de Calderón, a los militantes del PRD que ya tienen en
Cuauhtémoc Cárdenas a su nuevo líder, quien está de regreso para
oponerse a la privatización petrolera, cuando de plano se le quebró la
voz y los presentes le gritaban: “¡quiere llorar, quiere llorar…!”.
Zambrano y su manager Jesús Ortega (ya envejecido como el retrato de
Dorian Grey, de Oscar Wilde, cuando las perversiones desfiguraban su
rostro), están fuera del PRD y se irán a un cargo, en alguna Embajada o
Consulado como pago a su servilismo político y traiciones. Ya no los
quieren en ese partido que iba a su desintegración, si no es que
Cárdenas decide retomar la lucha política y rescatarlo para, en un
momento dado rumbo a las elecciones intermedias de 2015, tanto el PRD
como Morena lleguen a un acuerdo, posponiendo lo que los divide, para en
el 2018 postular a Cárdenas o López Obrador y ganar en las urnas, lo
que en 1998 Salinas le robó al ingeniero Cárdenas y Calderón en el 2006
al tabasqueño.
El chuchismo rastrero ya ha recibido varios mensajes de la militancia:
no los quieren por incondicionales del peñismo a cambio de dinero y un
cargo. De traidores y vendidos no los bajan a cada aparición pública;
pues lo han demostrado en su tránsito de la izquierda al izquierdismo y
el servilismo. Son los cancerberos del peñismo trastocando todas las
instituciones representativas, por lo que la democracia directa de los
militantes del PRD los acusa de traidores, y con la cola entre las patas
y su Pacto por… Peña, tienen ya su pase diplomático. Se van a la basura
como excremento ideológico.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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