No a la provocación
Miles de estudiantes, acompañados por sindicalistas, entre ellos maestros de la CNTE, electricistas del SME, marcharon en la Ciudad de México en conmemoración del 45 aniversario de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco / La manifestación encabezada por miembros del comité del 68 transitaba en paz hasta que irrumpieron policías de civil, modernos “halcones”, orejas y anarquistas / Debido a que el Zócalo se encuentra bloqueado por policías federales la marcha se dirigió de Tlatelolco al Angel de la Independencia, presentándose a lo largo de esta ruta duros enfrentamientos entre policías capitalinos y reducidos grupos de jóvenes autodenominados anarquistas / El saldo inicial fue de al menos 51 heridos y decenas de detenidos
La marcha vespertina para conmemorar los 45 años de la matanza estudiantil perpetrada en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, encabezada por miembros del Comité del 68, transitaba en paz… hasta que irrumpieron halcones, orejas y anarquistas.
Después de que los activistas colocaran coronas de flores en el memorial con los nombres de algunos de los caídos a manos del Ejército del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, del PRI, la plaza comenzó a llenarse de jóvenes “anarquistas”.
Fueron llegando en grupos de diez, la mayoría con el rostro cubierto con paliacates o capuchas de tonos oscuros. A la par se hicieron presentes “pelones” vestidos de civil, en grupos de diez. Eran los modernos halcones.
También pululaban decenas de orejas de Gobernación, identificables por sus chalecos del Servicio del Transporte Colectivo Metro o de la Red de Transporte Público, pero quienes constantemente se monitoreaban señalándose por sus apodos como Cobra, Águila, etcétera.
Aunque el operativo se había pactado entre el gobierno capitalino y la Policía Federal (PF), únicamente se observó en acción a agentes del GDF.
No obstante, muchos policías llevaban trajes sin insignia; otros eran de la Auxiliar y unos más de la Bancaria.
Enfrentamientos
Los choques se reportaron en varios puntos de la zona centro, pero sobre todo en el cruce de las avenidas Juárez y Reforma –frente a la estatua del “Caballito”–, cerca de Bellas Artes, y en la Iglesia de San Hipólito.
Los encapuchados lanzaron petardos, piedras e incluso gas lacrimógeno, mientras que varias personas de diversos contingentes les gritaron “anarquistas”.
También fueron lanzadas botellas y hasta adoquines que fueron desprendidos de las calles. Por medio de redes sociales, se reportó el uso de balas de goma por parte de policías.
Esto fue confirmado por la organización internacional Artículo 19, que también denunció que el periodista independiente Arturo Ramos fue herido en el rostro y otros tres reporteros –Nicolás Tavira, Alfredo Estrella, Consuelo Pagaza, Xilonel Pérez y Heriberto Paredes–, de las agencias AFP, Notimex y Subverciones, fueron golpeado por granaderos. Más adelante notificó que un fotógrafo identificado como Alejandro Medina Guzmán fue detenido en Reforma y Juárez.
También se informó que el fotoperiodista independiente Daniel Paniagua fue detenido en la glorieta del “Caballito”.
El Gobierno del Distrito Federal dijo que hay 20 detenidos vinculados con los hechos violentos y que 20 policías fueron heridos. A dos de los agentes se les reporta con quemaduras.
Artículo 19 dijo que los dos heridos con balas de goma tienen impactos en el pecho y son atendidos por el colectivo Marabunta. Los disparos, aseguró, vinieron de los policías de la Ciudad de México.
La organización informó que hay confirmadas como detenidas cuatro personas que fueron remitidas al Ministerio Público número 4: Cristian Antonio Carmona, Aztlalli Cabrera, José Luis Ramírez, Irene Pérez Villegas. Se calcula que unos 500 encapuchados operaron en la zona.
Empezaron a sumarse desde las 3:00 de la tarde en la Plaza de las Tres Culturas, de forma dispersa. Aunque las organizaciones y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, llamaron a los manifestantes a salir a las calles con el rostro descubierto y de forma pacífica, a los cientos de marchistas se les sumaron estos encapuchados que provocaron los enfrentamientos.
Los granaderos que llegaron en Eje Central, pretendían encapsular a los encapuchados, lo que fue evitado por los que marchan de manera pacífica mediante una cadena humana que separó a ambos bandos.
Tras el breve enfrentamiento, los policías lanzaron gas lacrimógeno y utilizaron extintores para dispersar a los encapuchados, quienes momentos antes tiraron las valles metálicas que resguardan la Alameda Central. Sin embargo, otras personas que no estaban manifestándose pacíficamente resultaron afectadas por el gas lacrimógeno y el polvo de los extintores.
Cada que se escuchaba un petardazo y se producía el movimiento intimidatorio de los granaderos, la gente corría a refugiarse, pero los contingentes pidieron a los miembros replegarse en grupos para dejar solos a los presuntos radicales.
Mientras, en la calle de Humbold, se colocó estratégicamente una pipa de agua. De pronto, otra vez el “encapsulamiento”, y las detenciones arbitrarias.
Tres camionetas pick up llevaban detenidas a varias personas. Un joven aseguró ver que se llevaron a cuarenta manifestantes en un camión azul de la policía. Otro más denunció quince detenciones, entre ellos varios amigos. Y así. La cifra oficial se redujo a 20 personas detenidas. No se sabe a dónde las trasladaban, sólo se escuchaba el grito de los comandantes: “¡A Tlalpan, llévalos a Tlalpan!”.
Entre los capturados está el fotorreportero Alejandro Medina Guzmán, de la agencia Imagen. Varios fotógrafos también resultaron golpeados.
A José Manuel Jiménez un granadero lo golpeó en la cabeza con un extinguidor. Otros golpeados fueron Omar Franco, de El Sol, y Quetzalli Micte, de Excélsior.
Por su parte los anarcos le pegaron a Gregorio Cortez, a quien le rompieron su equipo fotográfico, y Arturo Ramos, así como a Octavio Nava, de la agencia Prensa Internacional, de Los Angeles, California.
Alrededor de las siete de la noche, un mando policiaco gritó: “¡Vamos a recuperar!”, y pidió a una subalterna: “Comunícame con el secretario”.
Luego dio inicio la “operación limpieza”, que duró alrededor de una hora, y prosiguió la detención al azar.
Y así como los uniformados dispersaban a los manifestantes, el servicio de limpieza del GDF procedía a levantar los escombros.
Cerca de las ocho de la noche la avenida Morelos estaba abierta a la circulación; 25 minutos después, Paseo de la Reforma era libre a la circulación.
De Insurgentes hacia el Angel no hubo enfrentamientos, así que después del acto conmemorativo por la masacre en Tlatelolco, los contingentes de la UNAM y de la CNTE regresaron custodiados por la policía.
Al final, los uniformados, algunos a caballo, formaron su propio contingente para arribar a la altura de la Torre Contigo, sobre Lafragua, para proseguir con las órdenes de recuperación de los espacios capitalinos.
No podemos retroceder: Comité del 68
Con un minuto de silencio en recuerdo de los estudiantes caídos en 1968 inició el mitin conmemorativo de los 45 años del movimiento estudiantil.
Félix Hernández, uno de los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga, aseguró que es inadmisible e ilegal que a 45 años el estado quiera iniciar un acto de exacción con el bloqueo por parte de los granaderos en gran parte de la ciudad.
“No podemos retroceder en algo que ganamos hace 45 años cuando demandamos la desaparición del cuerpo de granaderos. Hoy lo volvemos a plantear “.
Explicó que desde 1968, el Zócalo capitalino no había estado cerrado para las expresiones políticas, “eso es lo que reclamamos aquí. No vamos, no podemos regresar a la situación de antes de 1968 cuando ese espacio público era exclusivo del gobierno federal y sólo estaba reservado a los desfiles militares del 16 de septiembre y 20 de noviembre, el grito de independencia e incluso las concentraciones obreras encabezadas por el entonces líder de la CTM, Fidel Velázquez”.
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