¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Oficial: Mancera criminaliza la protesta ciudadana
Un reglamento casi clandestino, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal
pero que nunca pasó por la Asamblea Legislativa ni se ventiló en los
medios de comunicación, autoriza a la policía capitalina a utilizar la
fuerza (incluso letal) contra quienes muestren “estado de agresividad”
durante marchas o mítines.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Para disolver protestas
sociales la policía capitalina –con autorización oficial– puede usar
armas de fuego, “disuadir” una concentración con sustancias químicas
irritantes e ingresar con violencia entre los manifestantes para
“separar” a quienes considere en “estado de agresividad”, descripción
ambigua que deja a la discrecionalidad de los mandos policiales la
decisión de arremeter a golpes contra la multitud.
El instrumento que autoriza lo anterior es el Acuerdo 16/2013 por el
cual se expide el Protocolo de Actuación Policial de la Secretaría de
Seguridad Pública del Distrito Federal para el Control de Multitudes
(PCM) que, sin haber pasado por un proceso legislativo, fue expedido y
publicado el pasado 25 de marzo en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal.
Firmado por el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal, Jesús Rodríguez Almeida, el protocolo es en respuesta a
los hechos del 1 de diciembre de 2012, durante las protestas contra la
toma de posesión de Enrique Peña Nieto, cuando la policía capitalina
reprimió a manifestantes y realizó detenciones arbitrarias.
Considerada hasta hace poco un ejemplo nacional de las libertades y
la tolerancia, a partir de la llegada de Miguel Ángel Mancera al
gobierno y en especial tras la expedición del PCM, la Ciudad de México
acumula denuncias de actores sociales por espionaje político, arrestos
arbitrarios y selectivos, acoso a manifestaciones pacíficas que derivan
en enfrentamiento con brutalidad policiaca, así como agresiones a
defensores de derechos humanos y a periodistas que intentan documentar
la vulneración de garantías (Proceso 1927).
El jueves 10 más de un centenar de organizaciones sociales y otros
tantos intelectuales, académicos y actores sociales –entre ellos el
obispo de Saltillo, Raúl Vera López y el Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro (Centro Prodh)– fijaron su postura en favor del
derecho de manifestación y consideraron que hay una “represión de Estado
que impide el ejercicio pleno de las libertades”.
Además exigieron una investigación y sanciones a toda la cadena de
mando y la adopción de medidas de no repetición, entre ellas protocolos
acordes con los principios del derecho fundamental.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1929, ya en circulación)
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