miércoles, 9 de octubre de 2013

Hoy puras buenas intenciones y promesas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Fechas fatales
Lilia Arellano

Estado de los Estados

Cuenta regresiva para las reformas
Según el CCE, suavizarán la fiscal
Pacto entre los partidos, a la vista


Economía y seguridad, pendientes
Crece zozobra ante el mando único


“El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo”.- Antoine de Sain-Exupery
 


Los dos rubros que tienen a la población en vilo son el económico, con todo lo que ello encierra, desde la posibilidad de allegarse los fondos, los ingresos, hasta el poder adquisitivo que en conlleva la necesidad de un control de precios y un pago de impuestos acorde a la esfera social a la que se pertenece, y el relacionado con la seguridad. Los dos, en el presente, están entrampados y peor que nunca y, de ambos, hemos escuchado un sinnúmero de promesas, de discursos, de buenas intenciones para solucionar todos los problemas que traen aparejados y de ninguno tenemos buenas cuentas o resultados.

Para ubicar en la realidad los cálculos que hacen los de Hacienda, los del sector económico, los que dicen pugnar por el desarrollo y el crecimiento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reporta que al final de este año se tendrá un 1.2 por ciento como referente de crecimiento, lo cual tira por la borda las estimaciones que presentó el gabinete de Peña Nieto al iniciar su mandato, mismas que revelaban un mínimo de 3.5 por ciento que hemos visto disminuir conforme avanzan los meses y se mantiene paralizada la obra pública y crecen los sub ejercicios.

Los analistas de este organismo, al que debemos muchas de las desgracias actuales al enviar y ordenar al gobierno mexicano el cumplimiento de una serie de reglas que han propiciado hambre y pobreza, las cuales durante un tiempo se sintetizaron en el mensaje al pueblo “hay que amarrarse el cinturón”, considera que el derrumbe de la actividad económica mexicana se debe a la disminución en el gasto público, la caída en la industria de la construcción y una menor demanda en Estados Unidos de exportaciones de manufactura nacional.

Y es que cuando les dijeron que tendrían que limitarse en sus gastos, los funcionarios federales entendieron que dejaran de cumplir con las obras que debe hacer el gobierno, cuando lo que había que suspender es el dispendio personal. Los resultados de la mala política que en este terreno se ha aplicado están a la vista y según este mismo reporte, para el año próximo el crecimiento apenas si alcanzará el 3 por ciento y no el 4.5 que dicen se tendrá si se aprueba la reforma energética. Infructuosamente, han evitado señalar que la crisis inmobiliaria del vecino del Norte impactó en nuestra economía, como ahora sucede con la parálisis existente, por lo que también se ha visto reducida la tasa de crecimiento mundial a un 2.9 por ciento.

Pese a este oscuro panorama, se insiste en aprobar la reforma hacendaria que ha logrado unir a todos los sectores en contra. No han disminuido las gestiones del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para modificar la propuesta enviada por el mexiquense y ya se empiezan a ver resultados de su cabildeo, pues el propio Manlio Fabio Beltrones habla de “suavizar” este texto en rubros como la aplicación del IVA a las operaciones de compra-venta de viviendas y a las colegiaturas. Los cabildeos molestaron a los perredistas y con ello abrieron otra ventana, desde donde se observa que no hay ninguna fantasía en el pacto hecho con Acción Nacional y el propio PRI para aprobar una y desaprobar otra iniciativa y con ello, intentan quedar bien con los electores, no perder la clientela.

Como lo expusimos ayer, los del Sol Azteca se oponen a la energética, la cual tiene la aprobación panista y les ha dado coraje que los empresarios se les adelantaran en la quita de impuestos en los renglones inmobiliario y educativo de la hacendaria porque esa es la que ellos aprobarán ante la desaprobación de los blanquiazules. Ernesto Cordero, siguiendo el guión, aseguró que la reforma hacendaria propuesta por el Ejecutivo Federal es improcesable, incluso con las modificaciones en su contenido pactadas con los empresarios.

Incluso ya empiezan las peticiones para que sea retirada en su totalidad esta iniciativa y se envíe para el archivo del “nunca jamás”. Sólo que hay fechas fatales y ésta tiene como cita: 20 de octubre, de ahí que el presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya Cortés, se mostrara apurado por la instalación de la Comisión de Hacienda que debe elaborar el dictamen correspondiente a la Ley de Ingresos para el próximo año y, para tal efecto, deben tener las reformas aprobadas o de otra manera los cálculos que se presenten serán todavía más inexactos.

Seguramente que para los últimos momentos tienen distintas alternativas: parar el reloj parlamentario es una de ellas y ya fue utilizada en el pasado con éxito para quienes lograron las aprobaciones; otra será ejemplificar en la parálisis de los EU y atemorizar con las consecuencias de no contar con fondos suficientes para el próximo año, negándose la posibilidad de gastar lo mismo que en este, que, por cierto, reúne una cifra lo suficientemente abultada como para que el país no se encuentre en medio de una crisis como la actual y, mucho menos, reportara tantas insatisfacciones ciudadanas; la otra será mantenerse negando que legislaran al vapor y que las aprobaciones, tanto de la reforma como del presupuesto de Ingresos, serán por la vía también conocida del “fast track”.

Aunque si lográramos ver los fondos, nos encontraríamos con la sorpresa de que dado el nivel de endeudamiento existente y los impuestos recaudados, las vías para lograr el desarrollo nacional han sido magníficas y, al tener el efecto contrario, tendría que haber responsables tanto de malas administraciones como de quebrantos y, ni lo uno ni lo otro, sólo la incertidumbre de no saber hasta dónde llegan las ambiciones y las intenciones de quienes ostentan el poder. Se han perseguido cambios, pero no parece que sean estos.

EL OTRO PUNTO

Nos han imbuido la idea de que la solución para combatir a la delincuencia y recuperar la seguridad radica en la puesta en marcha de un mando único policial. Iniciaron el proceso de selección y limpia practicando lo que llamaron exámenes de confianza, mismos que no se sabe quiénes los elaboraron, cuáles eran su especialidad, sus capacidades y su experiencia en distintos operativos. Se habla de vehículos iguales, uniformes para todos con los mismos colores y diseños, armamento suficiente, moderno y en buen estado. Se presenta un panorama que incluye la mejor utilización de los recursos económicos al unir las fuerzas del orden municipal con las estatales y federales y así, inclusive, contar con lo que tantas veces han anunciado: un registro de buenos y malos elementos.

Sin embargo, resulta que a cada detención, a cada paso que dan en las investigaciones, saltan los nombres de policías de todas las corporaciones ligados al crimen organizado, formando e incluso comandando a las mafias. Tal es el caso que se registró en Guerrero, al ser detenidos 18 sujetos acusados de secuestros, homicidios, robos, entre otros delitos. Para sorpresa de propios y ajenos, 13 de esos 18 eran policías federales en activo y operaban directamente en el puerto de Acapulco.

Como se recordará, en el tristemente célebre caso de los jóvenes que desaparecieron del bar Heaven, y cuyos cadáveres fueron localizados semanas después, también participaron policías, por lo que no se sabe a ciencia cierta y, mucho menos genera confianza, el que se centre bajo una sola óptica y mando al cuerpo policíaco. La población estará entonces en el centro de dos mafias, infiltrados unos en las otras y viceversa.

Por si eso no fuera suficiente, resulta que el Instituto Nacional de Geografía y Estadística reveló que durante el año pasado se registraron 105 mil 683 secuestros, es decir uno cada cinco minutos en el país. En esta cifra incluyen los llamados express y otros plagios. Este reporte no concuerda con el del Sistema de Seguridad Pública porque estos últimos no toman en cuenta lo que llaman “cifra negra” integrada por los delitos que no son denunciados, pero de los cuales el INEGI si tiene levantamiento.

Si bien la integridad, la seguridad física y patrimonial son indispensables en estos momentos cuando reina la incertidumbre, lo es también el adquirir certeza en el empleo, en el salario, en la vejez digna, en la recepción de educación y servicios médicos, en la aplicación de la justicia, en que a diputados y senadores los guía un auténtico deseo de desarrollo nacional y en un gobierno que entregue cuentas claras y que considere que lo que son derechos ciudadanos son obligaciones a cumplir.

PROBLEMA LATENTE
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