Sinembargo
Margarita García Colín: periodismo radiofónico veraz y crítico
Álvaro Cepeda Neri *
En las estaciones de radio donde prevalecen los duopolios de Radio Centro y Televisa, con la incursión de Excélsior y Milenio entre otros medios que buscan integrarse, han uniformado la información y la “filtran” para limar “lo que no debe pasarse al aire”. Esto en cuanto a los noticieros, por lo que hace a los comentaristas, analistas y críticos, más que periodistas, sus locutores –salvo excepciones– que se cuidan de no molestar a los gobernantes al ofrecer a los radioescuchas un panorama si no “rosa”, al menos rosadito. Es sabido que los concesionarios y sus comunicadores se comportan como dueños y desafían para retener las frecuencias, y reciben obsequios, sobornos y pago por entrevistas, lisonjas y justificaciones más la publicidad que les otorgan para “ablandarlos”.
Así fabrican “líderes”, “estadistas” e ídolos de barro que luego caen de su gracia y los maltratan tras haber cobrado mientras los ensalzaron. Hay pocos periodistas tras los micrófonos y tras las pantallas televisivas que ejercen su trabajo sin concesiones para informar verazmente. Y con las libertades de expresión e información mantienen una actitud crítica. Ésta es la manera de servir democráticamente a su auditorio.
De entre ese amontonamiento de voces
uniformes y zalameras destaca la de Margarita García Colín los sábados y
domingos, como dicen ahora, por la “tardenoche”, en Radio 13 Noticias,
donde, dicho sea de paso, estuvo de lunes a viernes un periodista que no
agradó al concesionario y lo despidió, para poner en su lugar a un merolico que hace de su trabajo un trabalenguas y habla con tal rapidez que nada se le entiende. Es una metralleta que suelta palabras a mil por minuto, como si jugara a las carreras para hablar.
Pero sábados y domingos, en esa
radiodifusora, todavía hay un espacio de noticias y comentarios
críticos, e incluso entrevistas que satisfacen los requisitos de
veracidad para informar. Se atienden los puntos de vista y comentarios
de ciudadanos que replican o están de acuerdo con la conducción del
programa. Y es que la periodista Margarita García Colín desempeña su
labor con excelente voz, cuidada pronunciación y atenta a los
acontecimientos políticos, económicos y sociales del país, e incluye a
la Ciudad de México, que está en el filo de que una reforma política la
transforme constitucionalmente en la entidad número 32 de nuestro
federalismo, cuyo centralismo hace del Estado federal un Estado
unitario.
Ese periodismo donde los reporteros
participan sobre la marcha del noticiero es el que se necesita en radio y
televisión para competirle al “estilo” de los López Dóriga, los
Carlos Marín; mientras es la excepción la mancuerna de Ricardo Rocha y
Florencia Ángeles, que mantienen una apertura democratizadora para
informar, comentar y criticar frente a los que en su mayoría desinforman
para quedar bien con sus “patrocinadores”, y no precisamente de los
comerciales que salen al aire, sino de los politiquillos que pagan para no ser ventaneados.
Los mexicanos siguen estando ávidos de veracidad en la información y de
crítica ante los abusos del poder. Unos cuantos locutores, quizá
comunicadores, controlan los espacios radiofónicos y de las televisoras
que mangonean los Azcárraga y los Salinas Pliego.
No hay una pluralidad, ya que los
concesionarios sólo quieren obtener dinero de donde venga y ordenan a
sus locutores a qué personajes entrevistar. Hubo un calderonismo, como
ahora hay un peñismo, en esos medios de comunicación que empaña la información y mutila la crítica. Esto, con sus excepciones, que no hacen un verano republicano y democrático que urge para el crecimiento político quienes frente a los Videgaray y los
Osorio Chong postulan el crecimiento económico de corte neoliberal que
viene desde el salinismo, se prolongó con el foxismo y con ese miserable
Calderón, ¡ahora profesor en la Universidad de Harvard por mérito de
los donativos que estuvo haciendo como exalumno mediocre!
Lo que está en cuestión es que se
tenga más pluralidad de voces y menos uniformidad. Afortunadamente hay
otras mujeres periodistas y no sólo Margarita García Colín, pero faltan
más de ellas que enriquezcan la veracidad para analizar, criticar e
informar; más reporteros y corresponsales para que los ciudadanos
reciban toda la información que ha de servirles para integrarla a sus
opiniones con las que deben participar en la democracia directa, frente a
sus representantes, empresarios y todas las fuentes que imponen sus
criterios sin confrontarla con la sociedad civil.
La nación –que tiene un nuevo
presidente de la República que está dictando sus políticas con todo y
que los medios para implantarlas sean las leyes del Congreso de la
Unión– requiere información veraz, crítica y análisis en los medios de
comunicación masiva, y que a través de éstos se transmitan las voces de
los empresarios, políticos y demás protagonistas de la vida pública. Se
necesita dar espacio a los televidentes y a los radioescuchas con sus
respectivos defensores de derechos para que expresen sus opiniones y
desacuerdos; y más espacios como los de Margarita García Colín, la
periodista que cumple con su deber de periodismo veraz y noticioso con
su factor común: la crítica.
*Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario