La Jornada
Se perfila el cambio regresivo en los documentos básicos del tricolor
El PRI se traiciona a sí mismo y a sus electores, afirma Bartlett
Andrea Becerril
Con la reforma a los documentos básicos del PRI, que ayer
se perfiló, el presidente Enrique Peña Nieto avanza en su objetivo de
convertir a ese partido, que fue nacionalista, en una maquinaria
electoral al servicio de los poderes fácticos, de fuertes intereses
económicos ajenos al pueblo de México, advirtió el senador Manuel
Bartlett.
Bartlett recalcó que, pese a que esos cambios son inminentes, Peña Nieto no debe olvidarse de los millones de mexicanos que no votaron por él en julio pasado y que seguramente, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, se movilizarán en defensa del petróleo y de los intereses de las grandes mayorías.
Coordinador del PT en el Senado, Bartlett dijo que se equivocaron quienes la víspera, durante las mesas de discusión donde se aprobó el predictamen que se discutirá en la asamblea nacional del tricolor, plantearon que el PRI podría ser un partido de centro-izquierda.
¡El PRI es ahora de derecha-derecha. Eso es muy claro!, sostuvo.
Conocedor del priísmo, en el que militó varias décadas y desde el que ocupó diversos cargos, entre ellos el de secretario de Gobernación y gobernador de Puebla, el legislador dijo que Peña complementa con ello el viraje del Revolucionario Institucional que se inició con Carlos Salinas de Gortari.
En la preparación de la asamblea del PRI se ha impuesto una filosofía y una política absolutamente contraria a su historia y documentos actuales. Predomina el pensamiento reaccionario de Peña Nieto, quien ha venido hablando de sacudirse la ideología para instaurar cambios regresivos, que le permitan poner en práctica las medidas que van a beneficiar a los intereses que lo llevaron de forma fraudulenta a la Presidencia.
Es claro, consideró, que Peña necesita que el PRI borre de sus documentos básicos los principios que impedirían a sus legisladores votar en el Congreso la entrega de Pemex a las trasnacionales y la aprobación de impuestos regresivos, como el IVA en medicinas y alimentos.
Ojalá, expuso, algunos priístas se den cuenta de la situación, de lo que están haciendo
las camarillas de gobernadores y de líderes, entre comillas, cuyo único objetivo es mantenerse en un poder y arrimarse a esa clase poderosa que representa Peña Nieto.
Quienes votaron por él, agregó, van a lamentar haber creído en promesas de campaña, ya que, en lugar de disminuir impuestos, pondrá IVA a medicinas y alimentos. Alertó sobre la campaña en medios electrónicos que se avecina para legitimar esa decisión y seguir engañando a los ciudadanos.
Insistirán con que Pemex no se privatiza, con el mayor cinismo Peña Nieto y toda la cúpula priísta van a repetir que nadie ha mencionado la palabra privatizar, tratarán de engañar al pueblo, repitiendo que el petróleo va a seguir siendo propiedad de la nación, que sólo se trata de competencia.
Bartlett explicó que esa es la trampa, ya que el régimen de competencia que se proponen instaurar permitirá que lleguen Shell, Texaco y otras trasnacionales a competir con Pemex, para que sean ellas las que exploten el crudo y se lleven la renta petrolera.
Es lo que pretende hacer, insistió, la oligarquía plutocrática-mediática que domina la estructura de lo que antes fue un partido popular. Frente a esa
derechizacióndel PRI,
sólo queda movilizar a los ciudadanos y López Obrador es quien tiene la bandera para hacerlo.
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