¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El negociazo de la basura
María Teresa Jardí
Mientras
en el mundo se avanza por lo que toca al reciclaje y se prohíbe ya en
algunos lado el uso, por ejemplo, del unicel por ser tan contaminante
para el planeta; basura que también es negocio aunque tarde millones de
años en destruirse.
Unicel que en México se usa de manera común y corriente lo mismo en los
supermercados que en los puestitos donde se venden tacos. Basura que en
México se recibe, porque ser parte del laboratorio yanqui también
implica la conversión de nuestra nación en el basurero de su patio
trasero.
Convertidos en ratas de laboratorio los mexicanos, todos, pero de manera
particular los pobres, aquí lo que no se acepta en otros lugares va a
seguir siendo bien recibido por las mafias que apoderadas de los
partidos nos desgobiernan. Ni modo que pretendamos que las empresas
generadoras de basura pierdan ni un peso. No señores. Para eso también
se ha convertido en laboratorio de los yanquis al país manejado por
entreguistas a modo, que se encuentran de rodillas ante el imperio
yanqui.
Hace unos años conocí a un pastor, presbiteriano, me parece, que daba
clases en la Universidad Iberoamericana. Un hombre sencillo, filósofo de
profesión, con una inteligencia clara y una enorme cultura. Por
aquellos días, o quizá un poco antes, se había hecho público lo de que
Clinton no se iba, a pesar de haberse convertido el entonces presidente
del imperio yanqui en el centro de las burlas despertadas por aquello
del puro puesto en lugares “no santos” de la Lewinsky.
Tema obligado por aquellos días y más aún siendo él estadounidense y
quien de manera premonitoria me dijo que estaba muy triste “porque lo
relevante del caso era la mentira dicha por un presidente ante
autoridades judiciales”. Lo que se había acabado por dejar de lado con
las picantes anécdotas. Añadiendo que los Estados Unidos de Norteamérica
habían renunciado a los valores fundacionales y que ese era el
principio del fin de ese país como algo más que como un dictador
implacable, a nombre del dinero, para el mundo.
Sabias palabras que una a una se han visto cumplidas incluso con la
llegada de un afroamericano que en sus manos tuvo también, o quizá no y
ya es demasiado tarde para la humanidad, la posibilidad de cambiar la
historia del mundo.
A la memoria me vinieron sus palabras al leer que el alcalde de Mérida
que con lo del negocio de la basura se encuentra enredado desde su
llegada, había mentido ante un juez. Y se puede adelantar que tampoco el
panista será removido de su puesto. La mentira hoy es regla y la basura
negocio de las mafias políticas que al país desgobiernan.
El avance de la tecnología que en autistas va convirtiendo a los que
tienen acceso a la misma, al punto de que ya no saben sostener una
conversación con otra persona sin a la vez estar twitteando con
desconocidos con los que incluso muchas veces nos se están diciendo más
que chorradas de un lado y del otro. Hasta los desgobernantes han
cambiado el arte de la política por el del twitteo. Lo que además impide
leer y en cada vez menos cultos se irán convirtiendo todos los que
curiosamente consideran analfabetas a los no tienen acceso a esa
tecnología que no se enteran de que los idiotiza y lo más aberrante es
que los que no tienen acceso, a los que sí lo tienen envidian, cuando
son esos los que a la postre podrían hacer prevalecer la cultura como el
punto de partida para recobrar para todos una vida digna. La tecnología
que también para reciclar la basura tendría que servir de manera
generalizada, debe cambiar, de convertidora de los humanos en autistas,
en propiciadora de una nueva cultura vinculada al reciclaje de todo,
buscando llegar al punto, como se empieza a hacer en algunas pequeñas
poblaciones europeas, de casi no producir basura en ninguna casa.
Incluso por cuestiones de inteligencia. Muerto el negocio se acaba con
el problema que la basura propicia.
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