viernes, 2 de marzo de 2012

¡Votad por el PAN!...te hará salvo!!..ja ja ja

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Panismo episcopal; Episcopado panista
Rodolfo Echeverría Ruiz

Es inocultable la plena identificación política y el compromiso radical existente entre el Vaticano, las cúpulas episcopales católicas actuantes en México y los segmentos ultraderechistas del PAN y su gobierno.

Analícese el documento episcopal difundido el pasado 14 de febreroOrientaciones pastorales del señor arzobispo primado de México y sus obispos auxiliares sobre el voto responsable de los fieles católicos y personas de buena voluntady se advertirá el diáfano paralelismo existente entre ese texto y el lenguaje tradicionalista del PAN.

Esas “orientaciones pastorales” apelan al llamado “voto responsable”. De ahí se inferiría que para esos clérigos hay votos irresponsables, quizá emitidos por ciudadanos carentes de responsabilidad. Valdría decir: el obispado metropolitano divide, de entrada, a los ciudadanos calificando a unos como personas responsables y a otros como sujetos irresponsables. Los últimos serían quienes emitieran un voto favorable a cualquier otro partido distinto al PAN.

El documento dirige sus palabras a “las personas de buena voluntad”, como si tener ese carácter, en opinión de los curas, fuera requisito indispensable para votar conforme a tan desinteresada sugerencia pastoral. Y quienes votaran por otras opciones diferentes a la del PAN ¿serían ciudadanos de mala voluntad?

Hablan de “bien común” y lo hacen en lugar de referirse al interés público, fórmula jurídica y política concebida para definir a todo aquello que resulte beneficioso para la sociedad moderna y democrática en su conjunto.

El voto de los fieles cristianos, según prescriben los obispos, “tiene que ser” consecuente con los dictados de la fe. Nótese: escriben “tiene que ser”, es decir, no dejan alternativa posible. Deslizan de manera sibilina una orden tonante y pretenden desencadenar con ello una retahíla de equívocos, ambigüedades y temores.

Los pastores del pueblo de Dios nos orientan en torno de “aquellos planteamientos políticos que, por sus implicaciones religiosas, contradicen las enseñanzas de la Iglesia católica” y conminan a los feligreses a votar únicamente por sus candidatoses decir, los del PANquienes, entre otras cosas, sostienen: “sólo el matrimonio constituido entre un hombre y una mujer es la base de la sociedad humana y cristiana”. Según los obispos católicos, los bautizados homosexuales, lesbianas, transexuales y otras comunidades de mexicanos no forman parte de “la sociedad humana y cristiana”. En consecuencia, están fuera de la Iglesia católica: para ellos no habrá salvación.

Más adelante exigen “un historial limpio a los candidatos” y en eso tienen sobrada razón, aunque antes deberían ponderar tan asépticos orientadores del voto católico si ellos, encubridores contumaces de graves delitos como la pederastia, están moralmente autorizados a lanzar su hipócrita primera piedra.

¡Votad por el PAN!, pretenden instruir a su grey los obispos porque “los católicos deben estar atentos al compromiso de los candidatos de respetar el derecho a la vida desde el momento de la concepción” y, en consecuencia, considerar delincuentes merecedoras de la cárcel y de ser excomulgadas a cientos de miles de mexicanasla inmensa mayoría católicasque cada año toman, a su pesar, el doloroso camino de decidir con libertad sobre su vida y su cuerpo.

Más adelante orientan a los “fieles católicos” convocándolos a abstenerse de votar “por quienes son partidarios o promotores de falsos derechos y libertades” que atentan “contra las enseñanzas de la Sagrada Escritura”.

El IFE y la Secretaría de Gobernación están obligados a proceder de inmediato en cumplimiento de inequívocos mandatos constitucionales y con arreglo a lo establecido en el Cofipe y en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Esas instancias deben hacer un severo extrañamiento y sancionar al arzobispo y a sus también eminentes congéneres y constreñirlos a cumplir las leyes laicas de la república.

Consejero político nacional del PRI

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