¡¡Exijamos lo Imposible!!
“Religión y fueros”, verdadera demanda de una Iglesia retrógrada
Jorge Canto Alcocer
Con un cinismo inaudito, el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario del Estado Vaticano, proclamó hace unos días que la Iglesia, junto con el Estado, deben “salvaguardar y tutelar los derechos fundamentales de las personas”. Ese mismo día, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, mintió con descaro y públicamente, al negar el papel injusto, corrupto y encubridor de Ratzinger y Juan Pablo II en relación con los crímenes cometidos por Marcial Maciel.
¿Acaso para Bertone, Lombardi, Ratzinger, Wojtyla y demás jerarcas religiosos se defienden los derechos fundamentales de las personas a través de la violación, de la amenaza, de la manipulación? ¿O acaso los niños no poseen esos derechos fundamentales proclamados con tanta emoción en México y Cuba por estos eclesiásticos?
No nos llamemos a engaño. Cuando Ratzinger y sus subordinados hablan de “libertad religiosa”, en realidad lo que quieren decir es “intolerancia religiosa”, esto es, predominio de la visión católica por sobre todas las demás; lo que quieren decir también es “clericalismo”, esto es, dominio por parte de la Iglesia Católica de TODOS LOS ÓRDENES DE LA VIDA, en lo público y en lo privado, en lo relativo a la educación, a la política, a la cultura.
En la visión actual del Vaticano, los religiosos, sacerdotes, obispos, cardenales y el Papa, deben tener absoluta libertad para decir, hacer y deshacer respecto de cualquier tema pasado, presente y futuro, en cualquier ámbito, sin que ni el Estado ni el ordenamiento jurídico puedan tocarlos ni con el pétalo de una rosa.
El caso Maciel es emblemático. Ninguno de los diabólicos crímenes de ese maldito fue investigado por un auténtico tribunal jurisdiccional, pues se partió siempre del hecho que ÚNICAMENTE la Iglesia misma podía decidir al respecto. Y cuando finalmente, a la muerte de Juan Pablo II, Ratzinger se decidió actuar, el castigo a Maciel fue exclusivamente en el ámbito canónigo, SIN QUE SE HAYA REALIZADO LA MÁS MÍNIMA INVESTIGACIÓN JUDICIAL, pese a que las violaciones, abusos, matrimonios múltiples, falsificaciones y otros muchos actos del fundador y eterno Superior de los Legionarios de Cristo constituyeron delitos graves en cualquiera de las varias naciones en las que los cometió, pero merced a la protección dispensada tanto por Wojtyla como por Ratzinger, el criminal murió en plena impunidad.
Impunidad para las sotanas, una religión única y dominio clerical de la vida pública y privada son los nefastos pensamientos detrás de ese cuento de “libertad religiosa”. La ofensiva eclesiástica es imparable, y cobra dimensiones de una cruzada apocalíptica. Un día sí y otro también, a través de los medios y de los púlpitos, quienes pretenden ese antidemocrático y retrógrada predominio plantean sus demandas, en ocasiones con un lenguaje atropellado y grosero –como en el caso del tristemente célebre cardenal Sandoval Iñiguez-, en ocasiones con el aterciopelado tono diplomático de los funcionarios del Vaticano.
El discurso tenebroso de la reacción está permeando incluso las campañas políticas. En días pasados, el medio impreso ligado al PAN “reveló” que Rolando Zapata Bello, el candidato priísta a gobernar Yucatán, sería “el primer gobernador constitucional no católico en Yucatán”, algo que, además de ser mentira, introduce el elemento de la intolerancia religiosa en el ámbito político. Líneas después, también de manera mentirosa, el rotativo señaló “Como dirigente estudiantil, fue parte de una agrupación con tintes socialistas que se llamó Centro Universitario de Defensa de la Revolución (Cudr), donde recibió adoctrinamiento ideológico”.
Conviví con Rolando hace unos 25 años, durante mi breve estancia en la Facultad de Derecho de la UADY, y puedo garantizar que precisamente las únicas diferencias que tuve con él fueron porque yo sí pertenecía a una agrupación de ideología socialista y él, como hasta la fecha, era un convencido miembro del Partido Revolucionario Institucional.
¿Qué hay detrás de mentiras tan burdas como las anteriores? En el contexto de las esquizofrénicas demandas de la Iglesia retrógrada, la derecha yucateca pretende introducir a la campaña electoral el tema religioso en sus significados más fanáticos y oscurantistas.
No es cualquiera cosa lo que está pasando. Hombres como Juárez entregaron su vida entera y vivieron sufrimientos infinitos para lograr el Estado Laico. En la Revolución, grandes ideólogos y constructores, como Salvador Alvarado, Felipe Carrillo Puerto, Lázaro Cárdenas y muchos más, mantuvieron a la poderosa y ambiciosa estructura clerical a ras del piso. La confrontación entre el liberalismo y la libertad por un lado, y “religión y fueros”, intolerancia e impunidad –así lo disfracen de “libertad religiosa”- por otro, se ha establecido de nuevo. La reacción es un formidable enemigo, pero a los partidarios del progreso nos corresponde la tarea histórica de confirmar el triunfo de la libertad.
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