¡¡Exijamos lo Imposible!!
Estado de los ESTADOS Por Lilia Arellano
Con el Papa, sacudida electoral
Llama a desenmascarar al narco
FC , “con cola de 60 mil muertos”
A los 21 años, POR ESTO! crece
México , al borde del colapso: PRI
Regresa Larrazábal a Monterrey
“Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar”.- Arthur Schopenhauer
A diferencia de las cinco visitas que realizó el papa Juan Pablo II a México, a quien la mayoría de la población considera como el “Santo Padre”, Benedicto XVI llegó a tierra guanajuatense en medio de un proceso electoral para definir al personaje que ocupará Los Pinos a partir de 2012 y hasta el 2018, lo que evidencia la intencionalidad política de su viaje a nuestro país y a la Cuba castrista. Joseph Ratzinger vino a condenar la violencia del Narco, y con ello a apoyar la estrategia de seguridad de Felipe Calderón; a manifestarse abiertamente a favor de la vida, contra el aborto, contra el clima secular cuyos vientos amenazan los valores cristianos, lo que significa un apoyo al partido que dice apoyar esos principios: el PAN, católico por excelencia, y a su candidata. Su paso por tierras mexicanas se pervierte al ser utilizado para intentar influir en los comicios presidenciales del 1 de julio, propósito que está por verse en los próximos días si da o no resultados. El pago de la factura está en las modificaciones constitucionales.
Aproximadamente a las 0:950 horas (02:50 hora de México), el avión B777 de la compañía Alitalia, en el que se trasladó el Papa, despegó del aeropuerto Leonardo Da Vinci de Fiumicino (Roma) con destino a la ciudad de León, Guanajuato, donde aterrizó a las 16:30 horas. Antes de subir a la aeronave, dejó en evidencia la artrosis que padece en su pierna derecha, al utilizar un bastón de paseo oscuro para apoyarse y recorrer la distancia que lo separó del helicóptero en el que llegó al aeropuerto hasta la escalera del avión. Este recorrido lo hizo acompañado de Mario Monti, primer ministro de Italia, y Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano. Tampoco en relación con la intencionalidad de su viaje a México, dejó lugar a dudas en la conversación con periodistas durante su vuelo a tierras aztecas, en la que se refirió a sus expectativas del viaje apostólico a Latinoamérica, que inició este viernes y se extenderá hasta el próximo 28 de marzo, y que oficialmente sólo “busca la paz”.
A unas horas de aterrizar y al responder a una pregunta relacionada con las dificultades que afronta México en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico, Benedicto XVI –quien dijo que la visita pastoral buscará animar y aprender, para confortar en la fe, en la esperanza y en la caridad— instó a desenmascarar “la estafa” que representa el narcotráfico en nuestro país y llamó a hacer todo lo posible “contra ese mal destructivo” para la sociedad. Enfatizó que “tarea de la iglesia es educar las conciencias a la responsabilidad moral, desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, desenmascarar el mal y las falsas promesas, desenmascarar la mentira y la estafa que están detrás de la droga”.
Ratzinger dejó claro que “el problema del narcotráfico y de la violencia es una gran responsabilidad para la Iglesia de este país con 80 por ciento de católicos”. Por lo dicho, todo parece indicar que Benedicto XVI no sólo ha sido mal informado con relación al porcentaje de población católica mexicana, sino que olvida que si se considera que la tarea de la Iglesia es educar las conciencias a la responsabilidad moral, entonces llevan cientos, un par de miles de años fracasando, ya que si la sociedad ha llegado hasta la situación actual que se vive no sólo en México sino en el mundo, es porque quienes asumieron la responsabilidad no han sabido cumplir. Y ni qué decir de su referencia a la idolatría del dinero, ya que cabe la sentencia “el que es buen juez por su casa empieza”, o sea por los Legionarios de Cristo, los propios Agustinos y muchas otras congregaciones cuyos manejos económicos son millonarios y de eso se sabe en el Vaticano todo, ya que es ahí donde concentran los capitales.
EN TIERRAS MEXICANAS
El avión de la compañía Alitalia llegó a las 16:07 horas al Aeropuerto Internacional de Guanajuato, en la localidad de Silao. Benedicto XVI fue recibido por Felipe Calderón, su esposa Margarita Zavala, el Nuncio Apostólico Christophe Pierre y el Arzobispo de León, José Martín Rabago, y alrededor de 2 mil personas, en medio de porras que coreaban: “Benedicto XVI en tierras mexicanas”, “Benedicto, hermano, ya eres mexicano”.
Ante el Sumo Pontífice, Calderón y su esposa Margarita Zavala inclinaron la cabeza. El inquilino de Los Pinos dijo que el Papa es recibido por un pueblo que ha sufrido mucho en los últimos tiempos, principalmente por los efectos de la crisis económica y la violencia del crimen organizado. Sobre un templete instalado en el lugar, Calderón cambió el discurso oficial que ha sostenido en los últimos meses, al señalar que “México ha sufrido como muy pocos países de la crisis internacional, la más profunda que hayan visto las generaciones actuales en el mundo. México también ha sufrido, su Santidad lo sabe, la violencia despiadada y descarnada de los delincuentes, el crimen organizado infringe sufrimiento a nuestro pueblo y muestra hoy un siniestro rostro de maldad como nunca antes”. Y agregó que “su visita es un gesto de solidaridad y de fraternidad con nuestro pueblo que nunca olvidaremos”.
Calderón llegó al encuentro con el Papa “con una cola de 60 mil muertos”, como destacó el obispo de Saltillo, Raúl Vera, quien recomendó al inquilino de Los Pinos, ya que se dice católico, hacerse un “examen de conciencia”. A la espera de Su Santidad, Vera destacó que “a mí me da vergüenza que tengamos al frente de México a una persona que se confiesa públicamente católica y que está llevando un estrategia con ausencia de procuración de justicia, con el Ejército en las calles, con las denuncias que tiene de violaciones a derechos humanos, con el crecimiento terrible de la corrupción. Es una pena que tengamos ese tipo de católicos”.
Benedicto XVI respondió Calderón, en su primer discurso en tierras mexicanas, que rezará por quienes sufren formas de violencia y prometió que pedirá a Dios por el pueblo mexicano. El Papa, quien está bien enterado de la situación que prevalece en el país, aseguró que “pediré al Señor por este pueblo, por que haga honor a la fe recibida y rezaré especialmente por quienes más lo necesitan, particularmente por lo que sufren a causa de antiguas y nuevas realidades, resentimientos y formas de violencia”. El líder de la Iglesia católica llamó también a los mexicanos a buscar la esperanza.
“Su Santidad” caminó por la alfombra roja mientras se escucharon los himnos de México y el Vaticano y en el trayecto recibió una cajita de regalo de manos de tres niños. El Vicario de Cristo subió al papamóvil de cinco toneladas y a una velocidad de 20 kilómetros por hora, recorrió los 38 kilómetros de la ruta del aeropuerto al Colegio Miraflores, donde pernoctará tres noches y será atendido por cuatro religiosas. Desde temprana hora, más de 40 mil jóvenes voluntarios conformaron las vallas para seguridad de las personas que se acercaron a la ruta del Papa.
El Papa, como destacó el obispo de Saltillo, llega a una nación donde “hay un ambiente de fractura, de desorganización social, de ausencia de protección a los ciudadanos; un ambiente de empobrecimiento creciente, de abandono para la juventud”. Llega, subrayó, a un ambiente de violencia generalizada, “porque violencia no sólo son los muertos, son los desaparecidos, los secuestrados y los desplazados”.
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