¡¡Exijamos lo Imposible!!
Vividor de la política CANCUN, Q. Roo, 2 de marzo (DE LA REDACCION) Emilio Gamboa Patrón es el perfecto retrato de un vividor de la política en México. Luego de darse a conocer la lista plurinominal de senadores por parte del Partido Revolucionario Institucional, PRI, el nombre del político yucateco ocupa el primer lugar convirtiéndose en un verdadero paria del erario público.
Gamboa Patrón se ha hecho millonario a costa del país y va su sexto sexenio con las manos llenas de poder, con una fuerza siempre heredada desde las esferas políticas, jamás obtenida en urnas.
Es un priísta que no ha salido a las calles a hacer campaña; que, según sus críticos, “nunca se ha ensuciado los zapatos”.
Lejos de Yucatán, Gamboa Patrón sólo va a su estado el fin de semana para estar con su familia y ver a sus dos nietas.
Gamboa Patrón es un hombre que se ha mantenido en cargos de la administración pública durante los últimos cinco sexenios.
En esos 30 años ha ocupado ocho puestos clave, que lo mismo le permitieron tener voz en las sucesiones presidenciales, que crear paquetes de frecuencias para los medios de comunicación electrónicos.
Más allá de eso no ha hecho ningún tipo de trabajo a favor de los mexicanos y por el contrario, ha generado riqueza con el erario y sus nexos cuestionables con Kamel Nacif, el cártel del Golfo y el pederasta Jean Succar Kuri.
Incluso, en Cancún ese es el principal recuerdo que se tiene de Emilio Gamboa, ya que es mencionado en las averiguaciones previas del caso de la red de pederastas que encabezó el empresario de origen libanés hoy recluido en la cárcel.
Gamboa Patrón es sinónimo del PRI clientelar, el PRI corporativo y el PRI corrupto, el PRI que realmente no cree en la participación ciudadana o en los contrapesos o en la rendición de cuentas o en la apertura de la vida sindical al escrutinio público.
Si la biografía es micro-historia, entonces se vuelve indispensable desmenuzar la de Emilio Gamboa ya que su selección reciente para una de las posiciones más importantes del priismo revela mucho sobre el ideario, los principios y el modus operandi de la organización.
Emilio Gamboa es descrito, en el libro, “Los intocables”, como el broker emblemático de la política mexicana; el intermediario entre el dinero y el poder político. Vinculado al Pemexgate, al quebranto patrimonial en Fonatur, al crimen organizado vía su relación con Marcela Bodenstedt y el Cártel del Golfo, a las redes de pederastia, al tráfico de influencias. De nuevo en la punta del poder dentro de su propio partido.
Ese es el PRI que cobija a los vividores como Emilio Gamboa, y si no lo fuera, su dirigencia ya habría denunciado al político yucateco junto a tantos que se le parecen.
Pero no es así. El PRI nuevo milenio y el que se apresta a gobernar a la República sigue.
Emilio Gamboa, Kamel Nacif y Jean Succar Kuri
Emilio Gamboa Patrón siempre saluda agitadamente, reparte sonrisas aún a sus más incómodos críticos, contesta decenas de llamadas a su celular, al tiempo que está pendiente de las conversaciones circundantes. No pierde el detalle ni la compostura, aunque siempre ande con prisa. Es un vividor de la política.
Hábil para olfatear algún asunto que necesite de sus artes como “operador político”, veloz para ofrecer sus servicios de intermediación. Eficaz y discreto, según sus seguidores.
Sin embargo, aquella mañana del 12 de septiembre de 2006 el buen semblante le cambió, la indiscreción estalló y la prisa lo alcanzó. Recién nombrado coordinador de los diputados del PRI para la legislatura que culminó en el 2009 y presidente de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, Gamboa Patrón enfrentaba un nuevo escándalo mediático que lo vinculaba con uno de los empresarios corruptores cuyo rastro llegaba hasta la red de pederastas de Jean Succar Kuri en Quintana Roo.
En una conversación telefónica grabada y ampliamente diseminada -que a pesar de ello no ha hecho mella en su carrera política- Emilio Gamboa le dice a Kamel Nacif: “va p’a tras”. Y ése es el mismo mensaje que el PRI envía sobre el país bajo su mando.
-Papito, ¿dónde andas cabrón? –saluda Emilio Gamboa Patrón.
-Pues aquí estoy en este pinche pueblo de los demonios, papá –le responde con voz ronca Kamel Nacif.
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