La vergüenza
La desesperación de Felipe Calderón en su intento por evitar la
vergüenza en el “caso Cassez” lo llevó a recrudecer las presiones contra
la Suprema Corte de Justicia para evitar la liberación de la francesa
sentenciada por secuestro
MÉXICO-PARÍS, 10 de marzo.- Viciado de origen, el “caso Cassez” se
desmorona en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y ante la
posibilidad de convertirse en un duro revés a su política de seguridad,
el gobierno de Felipe Calderón reactivó las presiones al máximo tribunal
para que una mayoría tradicionalista de ministros le niegue la libertad
a Florence Cassez Crepin.
El gobierno federal reactivó sus gestiones ante la Suprema Corte por el
caso de la ciudadana francesa. Esta vez para lograr que algún ministro
solicite llevar al pleno del tribunal la revisión del amparo solicitado
por la ciudadana francesa, rechazado hace un año por el Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.
Tal y como ocurrió entonces, cuando esa instancia estaba por resolver el
amparo, el gobierno de Calderón actúa desde distintos frentes.
Consultados, algunos ministros confirmaron que en aquel momento
recibieron a representantes de la Consejería Jurídica de la Presidencia
de la República, la secretaría de Gobernación, la Procuraduría General
de la República e incluso de la Secretaría de Relaciones Exteriores que
argumentaron por qué el Colegiado debía negar el amparo.
Ahora, la pretensión es sacarlo de la Primera Sala, donde su presidente
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea busca el apoyo mínimo necesario –de tres
de los cinco votos– para conceder el amparo y en consecuencia darle la
“libertad inmediata y absoluta” a Cassez, encarcelada desde hace seis
años por su alegada participación en la banda de secuestradores Los
Zodiaco.
El miércoles 7, Zaldívar hizo público su proyecto de resolución a favor
de Cassez, poco después de distribuirlo entre los otros cuatro
integrantes de la Primera Sala, encargada de resolver los asuntos
penales que llegan al máximo tribunal en los que se alegan violaciones
constitucionales.
Condenada a 60 años de prisión por secuestro, delincuencia organizada y
posesión de arma reservada a las Fuerzas Armadas, la ciudadana francesa,
de 37 años, pidió la intervención de la Corte para que revisara el
amparo que el Colegiado le negó en febrero de 2010.
El responsable de la negativa fue el magistrado Carlos Hugo Luna Ramos,
hermano de la ministra Margarita, de los mismos apellidos, quien llegó
al máximo tribunal a propuesta del expresidente Vicente Fox y que forma
parte del bloque conservador en la Corte.
Su hermano Alejandro es presidente del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación y fue uno de los siete magistrados electorales
que en septiembre de 2006 le dieron el triunfo a Calderón en la
cuestionada elección presidencial.
Respuesta a Calderón
De llegar el amparo directo en revisión (ADR) al pleno de la Corte, la
mayoría conservadora podría echar abajo el proyecto de Zaldívar,
programado para discutirse en Sala el próximo miércoles 21.
Aunque el asunto corresponde a la Primera Sala, varios ministros de la
Segunda Sala, entre ellos Salvador Aguirre Anguiano, ya han estudiado el
proyecto ante la eventualidad de que el caso pase al pleno. El interés
de Zaldívar es que esa eventual decisión se tome en votación de la Sala.
Ante la percepción social acerca de la supuesta vinculación de Cassez a
un grupo de secuestradores, algunos ministros se limitarán a
pronunciarse sobre la procedencia del ADR, en vez de referirse a los
conceptos de violación presentados por el abogado de Cassez, Agustín
Acosta.
Por los antecedentes inmediatos, en la Primera Sala hay más condiciones
para que Cassez logre el amparo. Esa instancia ya ha ordenado en dos
ocasiones la liberación inmediata de personas a las que se les han
violado sus derechos durante el proceso judicial.
La primera ocurrió en agosto de 2009, cuando determinó la liberación de
los indígenas acusados de la matanza de Acteal en 1997. La segunda, en
abril de 2010, al liberar a las indígenas nañú Alberta Alcántara Juan y
Teresa González Cornelio, acusadas también por Genaro García Luna de
secuestrar a seis de sus agentes de la AFI durante un operativo
antipirata en el mercado de Santiago Mexquititlán, en Querétaro, en
2006.
En el primer caso, la votación fue de cuatro votos a uno. La opinión
contraria fue la del ministro Sergio Valls, entonces integrante de esa
Sala. En el segundo caso, la decisión fue unánime a propuesta de la
ministra Olga Sánchez Cordero. A ella se sumaron los ministros José
Ramón Cossío, José de Jesús Gudiño Pelayo, Juan Silva Meza y el propio
Zaldívar.
Ahora, Zaldívar podría tener el apoyo de la ministra Sánchez Cordero,
quien el jueves 8, en varias declaraciones públicas, insistió en que el
amparo de Cassez “es un asunto estrictamente penal”, por lo que está
radicado en la Primera Sala.
Gudiño, fallecido en septiembre de 2010, fue sustituido, a propuesta de
Calderón por Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se ha sumado al ala
conservadora de la Corte. Ahora Silva Meza preside la SCJN y no
participa en las votaciones en Sala. Su lugar en la Primera Sala fue
ocupado por su antecesor en la presidencia de la Corte y del Consejo de
la Judicatura federal, Guillermo Ortiz Mayagoitia, también ubicado en el
tradicionalismo judicial y en cuya presidencia Calderón cabildeó en el
Poder Judicial la condena a Cassez.
A diferencia de Ortiz Mayagoitia, como presidente de la Corte, Silva
Meza ha respondido en público y en privado a las críticas de Calderón al
Poder Judicial. El año pasado, el mandatario fustigó a los jueces que
por “corruptos” o por ser “sólo verificadores de datos” liberan a
algunas personas que su gobierno considera como delincuentes.
Silva Meza le respondió el pasado 15 de diciembre, durante su primer
informe como máximo representante del Poder Judicial de la Federación:
“Entendemos que, a veces, pero cada vez con mayor frecuencia, las
resoluciones del Poder Judicial, especialmente aquellas con un alto
impacto social, político o mediático, causen dificultades para algunos
actores políticos… Lamentamos que en muchas ocasiones sus fundamentos y
consideraciones se vean como meros legalismos o tecnicismos judiciales.
No compartimos que se desacrediten, sin fundamentos, expresó ante
Calderón.
Escenificaciones
Esta no es la primera vez que el ministro Zaldívar elabora un proyecto
que polariza a la Corte. En junio de 2010, propuso fincar
responsabilidades “políticas” a todas las autoridades implicadas en el
incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, en junio de 2009 y
que causó la muerte de 49 niños. El ministro pretendía que esa
responsabilidad alcanzara a funcionarios federales. El proyecto fue
rechazado luego de varias sesiones en el pleno.
El miércoles 7, en cuanto se difundió la propuesta de Zaldívar se
reavivaron las críticas contra García Luna, por el montaje televisivo y
las violaciones al procedimiento judicial con los que ha sostenido la
acusación contra la ciudadana francesa desde que la detuvo en diciembre
de 2005.
Director en ese entonces de la Agencia Federal de Investigación (AFI),
García Luna queda muy mal parado en el proyecto de Zaldívar, pero no es
el único responsable de las graves violaciones que, de acuerdo con el
ministro, se cometieron contra Cassez.
De acuerdo con una investigación interna en la AFI, realizada en 2006
luego de que García Luna admitiera que se recreó la detención de la
francesa, los otros implicados directos en esa fabricación fueron dos de
sus hombres más cercanos: Luis Cárdenas Palomino y Francisco Javier
Garza Palacios. El primero, entonces, director de Investigación
Policial, y el segundo director de Operaciones de la AFI.
Según las investigaciones realizadas por la Dirección General de
Supervisión e Inspección Interna para la AFI consultadas ambos policías
montaron el escenario que ahora se convierte en el principal argumento
de Zaldívar para desactivar el proceso judicial contra Cassez.
Además, Cárdenas Palomino fue señalado por Cassez, durante las pesquisas
ministeriales, como el policía que la torturó y presionó desde el 8 de
diciembre de 2005, cuando ocurrió su detención –y no el 9 como dice la
AFI– para que ante las cámaras de Televisa y TV Azteca apareciera como
secuestradora.
Cuando Calderón designó a García Luna secretario de Seguridad Pública
los mantuvo como cercanos colaboradores. A Cárdenas Palomino lo nombró
jefe de la división regional de la Policía Federal, mientras que a Garza
Palacios primero lo hizo jefe de Seguridad Regional de la desaparecida
Policía Federal Preventiva y luego lo envió a Colombia como
representante de esa corporación, en medio de las acusaciones en su
contra por su presunta vinculación con el narcotráfico.
En la investigación interna en la AFI, fueron interrogados los cuatro
policías que irrumpieron en el rancho Las Chinitas, donde se realizó lo
que Zaldívar define como “la escenificación ajena a la realidad” por
parte de la corporación con el apoyo principal de las televisoras.
Los cuatro agentes son: José Aburto Pazos, José Luis Escalona Aldama,
Germán Ovidio Zavaleta Abad y Carlos Alberto Servín Castorena, quienes
identificaron como jefe de ese operativo a Israel Zaragoza Rico, en ese
entonces director de Secuestros de la AFI.
Los policías coincidieron en que iban vestidos de civil cuando entraron
la madrugada del 9 de diciembre al rancho para rescatar a tres personas;
también mencionaron que no había medios de comunicación y que el lugar
no estaba acondicionado con las armas, documentación y otros objetos que
fueron exhibidos en la televisión.
Más aún. Mencionaron que uno de los rescatados estaba sin la venda en la
cabeza, a diferencia de como apareció en los reportes de las
televisoras. Los agentes identificaron a Cárdenas Palomino y a Garza
Palacios como los jefes de la AFI que estuvieron en el lugar. También
negaron conocer el video que las autoridades investigadores les
mostraron sobre el reporte presentado por el conductor Carlos Loret de
Mola en Primero Noticias, con el entonces reportero de Televisa, Pablo
Rehina.
Para Zaldívar, la teatralidad de la AFI “corrompió” desde el inicio el
proceso judicial contra Cassez. Explicó que al retenerla por varias
horas y hacerla declarar en la Subprocuraduría de Investigación
Especializada (SIEDO), sin asistencia de su embajada le violó “el
derecho fundamental a la asistencia consular”.
Reacciones
En Francia, el proyecto de Zaldívar suscitó sorpresa y prudencia. Todos
los medios de comunicación del país –prensa escrita, radial, televisiva y
electrónica– retomaron la noticia. Lo hicieron de manera sobria, sin
triunfalismo alguno.
Por el contrario, periodistas y comentaristas, tras repasar la historia
de la presa del reclusorio femenil de Tepepan, se limitaron a exponer
los principales vicios de procedimiento señalados por Zaldívar.
También hubo moderación por parte de la familia. Sólo Bernard, padre de
Florence, comentó brevemente las conclusiones de Zaldívar. Habló de
esperanza y luego rehusó todas las solicitudes de entrevistas.
En el Palacio del Eliseo, casa del gobierno francés, también prevaleció
la mesura. Consultado telefónicamente por la corresponsal, el servicio
de comunicación de la presidencia gala insistió en que no habría
comunicado oficial al respeto.
Una vocera del Eliseo precisó que la única declaración que Nicolas
Sarkozy había hecho sobre el tema el jueves 8, durante una entrevista
con el canal televisivo BFM TV y la cadena radial Radio Monte Carlo,
había sido hecha a título personal.
“Habló el candidato presidencial y no el presidente en ejercicio”, recalcó.
Muy cauteloso –actitud inusual de su parte– Sarkozy dijo: “Florence
Cassez es una mujer joven que hace seis años se enamoró de alguien que
no era una buena persona… Desde entonces vive el infierno en una cárcel.
Confío en la justicia mexicana. Damos la pelea para hacer valer sus
derechos. (…) Pienso en Florence, con quien hablé por teléfono hace
poco. Tiene que resistir. No diré nada más para no influir sobre el
proceso de la justicia mexicana, pero es la primera buena noticia que
recibimos desde hace cinco años”.
Ese mismo día el embajador de México en Francia, Carlos de Icaza,
canceló su participación en la inauguración de Resisting the Present,
una exposición de arte contemporáneo mexicano presentada por el Museo de
Arte Moderno de Paris. Eduardo del Río, vocero de la embajada mexicana,
manifestó que el caso Cassez no tenía nada que ver con la decisión del
embajador, sino que fue su agenda como representante de México ante la
UNESCO la que le impidió acudir al evento.
El tono de Frank Berton, el muy expansivo abogado francés de Cassez,
también fue medido. “Ya ve, comenta a la reportera, llevo casi 18 meses
callado. Eso no significa que no trabajamos intensamente con mi colega
mexicano Agustín Acosta. Mantuve un contacto permanente con mi clienta y
acabo de pasar una semana en México. Regrese hace sólo 10 días”.
Y apunta: “Me siento muy satisfecho, por supuesto, al constatar que el
presidente de la Primera Sala de la Corte tomó en consideración puntos
esenciales que estuvimos denunciando a lo largo de todos estos años…
Se
nota que el ministro Zaldívar analizó con cuidado todos los elementos
del expediente confrontándolos con los principios generales del derecho
mexicano y con la reciente reforma constitucional en materia de derechos
humanos. Se advierte su voluntad de aplicar esa reforma así como la del
sistema de justicia penal y la de amparo”.
–¿Se siente optimista?
–Me siento prudentemente sereno. Temí que el caso de Cassez, tan
polémico, tan politizado y tan mediatizado, pudiera escapar a las
jurisprudencias que va estableciendo la Suprema Corte. El proyecto
demuestra que no fue así. Es evidente que el ministro analizó el caso
como cualquier otro, desde un punto de vista estrictamente jurídico. Es
muy importante tanto para Florence como para muchísimos otros presos
mexicanos que están en la misma situación que ella”.
Después de un breve silencio Berton enfatiza:
–El ministro Zaldívar reconoce que mi clienta no se benefició en
absoluto de la asistencia consular a la que tenía derecho inmediatamente
después de haber sido detenida. La violación de ese derecho es
anticonstitucional. Es interesante que haya empezado por ese punto
porque la protección consular es un tema permanente de tensiones entre
el gobierno mexicano y el de Estados Unidos. Es obvio que considera que
la Corte mexicana no puede negar a mi clienta un derecho que las
autoridades mexicanas exigen para sus propios nacionales. No puede haber
dos pesos y dos medidas.
(Apro/ Jorge Carrasco Araizaga y Anne Marie Mergier, corresponsal)
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